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A cuidar las flores

Las temperaturas de este mes, desde Nogales a Chillán, son tradicionalmente altas, lo que implica un fuerte consumo de agua en pastos, plantas herbáceas y leñosas recién plantadas. Por ello, diciembre obliga a buscar modos que permitan ahorrar este vital elemento.

07 de Marzo de 2006 | 14:12 |
En zonas de riego difícil hay que evitar el uso del salitre en el pasto, excepto para "desmanchar", es decir, cuando éste está amarillento, falto de crecimiento, raleado o sin fuerza.

Los riegos se deben programar para 10 a 11 litros por metro cuadrado al día, y se deben entregar desde las 20:00 o 21:00 horas, una vez que el suelo esté frío y la evapotranspiración sea la mínima. Según la calidad de la textura del suelo (desde arenoso hasta extremadamente arcilloso), se podrá ajustar el intervalo horario y, a lo mejor, bajar la dosis de agua.

El corte del pastose debe realizar al menos una vez a la semana, excepto desde Osorno hacia el sur que se puede hacer cada 10-11 días, según la localidad. Se corta largo en aquellos lugares donde éste se usa para jugar a la pelota, en parque públicos o en recintos de piscina, ya que de este modo resiste mejor el impacto del sol y el pisoteo sobre la corona, porque la hoja se dobla bien, sin quebrarse, con lo que protege los puntos de crecimiento durante la temporada.

El pasto recién cortado sirve para hacer compostage. Asimismo, se puede extender en delgadas capas y, una vez seco, se pone como acolchonamiento de tazas de árboles y arbustos, para ahorrar agua.
Arbustos

El requerimiento de agua de las hortensias es alto. Como una defensa, a partir del medio día, sus hojas se presentan lacias, cuando baja la temperatura se recuperan. En ese momento, si el suelo no está húmedo a 3 o 4 cm de la superficie, es preciso regar, sobre todo si se trata de plantas pequeñas que no han desarrollado plenamente su sistema radicular. Cuando la planta se ve chica y sus hojas amarillentas y pequeñas, conviene recurrir a una mezcla de salitre potásico y Germinal: 100 gramos del primero y un kilo del segundo, bien revueltos. Se mulle el suelo de la hortensia en cuestión y se pone una cucharada bien colmada de la mezcla fertilizante; se vuelve a mullir para incorporar y se da un riego somero, para no arrastrar lateralmente el abono.

El laurel de flor plantado en lugares asoleados y en suelos bien drenados está en el apogeo de la floración. Muchas veces, particularmente en esta húmeda primavera, los ejemplares de flores dobles de colores claros se han visto atacados por botritis. Si en las cercanías hay rosas o parrón de uva blanca, las posibilidades de esa enfermedad son altas. En tales casos, queda prohibido el riego por aspersión. Conviene hacer pulverizaciones preventivas con Folicur, Indar o Mancozeb. También es muy frecuente el ataque de conchuela. Ello, porque se trata de una especie de hoja persistente, de tallos muy tupidos bastante acuosos, y al interior de la mata hay mucha sombra. Todas estas condiciones favorecen el establecimiento de la conchuela, sobre todo cuando alrededor hay olivos, cítricos, alcornoques, pittosporum o viburnum. Se puede recurrir, con extremos cuidados de protección, al uso de Supracid: 12 gramos en 10 litros de agua. Este insecticida es muy tóxico y, si hay niños, no debe aplicarse. También se debe evitar su uso cuando existen insectos polinizadores o las conchuelas están parasitadas. Esto último se reconoce porque la conchilla presenta un pequeño orificio en su cáscara. Las plantas juveniles pueden ser activadas con fosfato diamónico: primero se suelta el suelo con una horqueta jardinera, se agrega una cucharada sopera del abono, se vuelve a picar para tapar y se riega.

Durante este mes, es frecuente observar en las rosas un nacimiento acelerado de chupones. Se descalza la corona de la rosa tratando de descubrir en qué lugar aparece el chupón para extirparlo, pues éste se debe cortar lo más cerca posible del lugar de origen. La herida se pinta con Podexal y se espera que seque para restituir la tierra original.

Es importante regar las rosas en la taza, sin mojar flores ni follaje. Asimismo, hay que cortar diariamente las flores pasadas; en vez de echarlas a la basura pueden usarse en el compost. Es necesario conservar y/o aumentar la materia orgánica en lugares donde es escasa; lo adecuado para las plantas de ornato es entre un 8 y 10 % para posibilitar la vida microbiana, para esponjar las texturas pesadas y retener agua en los suelos arenosos.

Los ejemplares que han producido muchas flores deben reforzarse con un poco de fosfato diamónico enterrado en el suelo. Si es planta joven, una cucharadita de té; si es adulta, una cucharada sopera. En rosas miniatura, conviene revisar el follaje. Si hay arañitas que defolian prematuramente y hacen que la hoja se vuelva opaca antes de caer, es necesario utilizar algún acaricida, como por ejemplo, Cyhexatín.
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