EMOLTV

Hidratado y brillante

Para mantener un cabello saludable durante todo el verano es imprescindible reforzar los cuidados desde ya. Las claves son hidratar, nutrir y proteger, para lo cual la industria cosmética pone a su disposición productos de acción específica que aseguran resultados en poco tiempo.

16 de Diciembre de 2005 | 09:38 |
imagen
La tendencia actual en cuidado capilar es ir más allá de la rutina del champú y acondicionador, tratándolo en forma más específica según las necesidades propias de cada tipo de cabello, y las exigencias del medio ambiente. Es que si bien el pelo es una estructura programada para ser resistente y durable, está expuesta diariamente a factores ambientales y de manejo que alteran su estructura, a lo que se suma el que no cuenta con mecanismos naturales de reparación.

El pelo es como la piel. Sufre con las agresiones del entorno y ese daño se ve acrecentado por la falta de cuidados, provocando que se vuelva opaco, quebradizo y se desvitalice. El panorama es aún más complejo en verano, cuando se necesita hacer frente a varios factores que pueden alterar el pelo más de lo normal.

Entre los principales agresores está el sol - que lo deshidrata y reseca a un punto que puede destruir la hebra- ; el agua salada - que ayuda en esa deshidratación- , y el cloro, que oxida la cutícula más rápido que cualquier otro factor alterando la pigmentación. A estos factores se suma el aire acondicionado, que, junto con resecar el ambiente, contribuye a deshidratar la fibra capilar. Por si fuera poco, también se produce resequedad, producto del viento, el humo, la contaminación y el uso excesivo de secadores.

En términos generales, se podría afirmar que la principal consecuencia de las agresiones que recibe el pelo en este tiempo es la oxidación capilar. Es decir, la cutícula, que es la capa externa, se abre y altera el tono. Como resultado, el pelo se aclara, se pone áspero, se ve opaco y pierde flexibilidad.

Otro efecto relevante es la deshidratación, que se hace evidente por las puntas partidas. Cuando la falta de agua es demasiada, la hebra incluso puede quebrarse. Asimismo, no importa si el color es natural o tinturado, todos se desgastan por la oxidación. Por último, se altera la capa lipídica encargada de proteger la estructura del pelo.

Para comprender mejor todo este daño, es necesario aclarar que el pelo está compuesto en un 80 por ciento por proteínas y que el resto se reparte entre agua, grasas, pigmento (melanina) y elementos químicos. A su vez, su principal proteína es la queratina, que está formada por veintiún aminoácidos, que son los que aportan las propiedades físicas como la elasticidad, fuerza tensil y resistencia. Pero estas propiedades se deterioran o pierden cuando los aminoácidos se destruyen o degradan por la agresión constante del ambiente y por malos hábitos de cuidado como los cepillados fuertes o una mala técnica de lavado. Entonces el daño se traduce en un pelo reseco, poroso y sin brillo.

Prevenir y reparar

Muchos de estos problemas se pueden disminuir con una terapia de cuidados intensivos a partir de algunos productos y hábitos claves. Para empezar, sería ideal que al inicio de la temporada estival se acudiera a la peluquería para recibir un tratamiento de shock que hidrate y revitalice. Ello debiera complementarse con el cuidado en la casa con productos específicos, a fin de dar cierta continuidad a los resultados conseguidos en el salón. Luego vendrán cuidados que deben tenerse en mente durante todo el verano.

Lo primero es la hidratación, una necesidad que cuando es cubierta resulta una efectiva forma de prevenir y mantener el pelo en buen estado. Para revertir su pérdida de humedad se recomienda el uso de champúes con agentes hidratantes, que hacen que las escamas superficiales se acomoden, mejorando la textura. También se vuelven esenciales las cremas de tratamiento que contienen moléculas de agua capaces de penetrar en el interior de la fibra capilar.

Asimismo, se recomienda olvidarse del lavado diario, pues mientras más se lava, más se deshidrata la fibra capilar. Evitar también el agua muy caliente y asegurarse de un buen enjuague para eliminar residuos que lo resequen aún más. También se aconseja que los cambios de color o textura se realicen con el mayor intervalo posible.

A menudo, producto de la deshidratación, se parten las puntas. En ese caso la recomendación básica es cortarlas, pues eso ayudará a mantener el pelo en buenas condiciones durante toda la temporada. También es aconsejable el uso de productos sobre la base de silicona en las puntas, ya que ayudan a reparar la hebra y evitan una posible abertura.

Otra prioridad es la nutrición, para lo cual se requiere de champúes que contengan proteínas y/o vitaminas, que ayudan a fortalecer la fibra capilar. También se puede sacar provecho de tratamientos nutritivos profundos, ya sea en mascarillas o ampollas, que no sólo aportan nutrientes, sino que también ayudan a recuperar la flexibilidad y protegen de futuros daños.

En el caso de las mascarillas, qué tan seguido deban ser aplicadas dependerá del estado de salud del pelo, aunque en general se recomienda empezar con dos o tres veces por semana y luego seguir con una. Para aplicarlas correctamente se debe retirar el exceso de champú y agua y ponerla en el pelo a través de un suave masaje con las yemas de los dedos, asegurándose de que se reparta en toda la cabeza. Las mascarillas pueden multiplicar sus beneficios si se usa calor para favorecer la penetración de los activos.

También se vuelve importante potenciar el brillo, sabiendo que para ello es esencial que las escamas que recubren la capa externa de cada hebra estén cerradas y en perfecta alineación; así pueden reflejar mejor la luz. Para que eso ocurra se necesita proteger la cutícula evitando los factores que la dañan, como los tratamientos químicos y mucho aire caliente del secador.

En este sentido, uno de los productos que más beneficiosos es el acondicionador, ya que, al depositar sus activos a lo largo del cabello, va alisando la cutícula, y así restablece su capacidad para reflejar la luz. Aquí también será importante usar un champú con una base ligera y enjuagar muy bien. Como medida preventiva se aconseja el uso de filtros solares. Los hay en spray, con o sin enjuague, y también se han incorporado a algunos champúes. La idea es que actúen creando una película que proteja la fibra capilar de la agresión de los rayos UV y la ayuden a mantener el color.

Otra recomendación que no está de más dar es tratar con más cuidado el pelo cuando está mojado, ya que los enlaces de queratina se debilitan en contacto con el agua, por lo que con la humedad se fragiliza, pierde sus propiedades de elasticidad y resistencia y se vuelve más vulnerable al daño. De ahí que resulte un error cepillarlo o atarlo cuando está mojado, así como usar el secador recién lavado, pues lo hace hervir y lo deteriora aún más.




EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?