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La discapacidad y la sana envidia que genera la Teletón

A veces sueña con clonar personas o ser un personaje de ficción. Andrea Zondeck es una idealista que no se conforma con la realidad, sobre todo con la de la discriminación a las personas que tienen alguna discapacidad.

20 de Abril de 2006 | 10:02 |
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Hace más de 20 años Andrea Zondeck se puso como misión hacer más grande nuestra sociedad. No se trataba de tener una decena de hijos o de aumentar la estatura promedio, sino de lograr que los discapacitados fueran integrados a los ámbitos de los que habían sido excluidos. Para ello ha trabajado en tres organizaciones, primero en el mundo privado y hace seis años en el servicio público como directora del Fondo Nacional de la Discapacidad (Fonadis).

Andrea no para. Al momento de dar esta entrevista venía llegando de La Serena. Al terminarla, partió rápidamente al aeropuerto. Trabaja demasiado, porque sabe que las posibilidades de ayudar a los discapacitados no se han agotado. Tampoco se extinguen sus energías. A sus 50 años es una mujer jovial que emana frescura a pesar del velo rojizo que cubre sus ojos verdes.

Entre las muchas labores que Andrea ha realizado en Fonadis, impulsó la realización de un Estudio Nacional de la Discapacidad. La investigación reveló que en Chile una de cada ocho personas tiene discapacidad.

-¿Cuál es la relación entre cantidad de hombres y mujeres con discapacidad?
"Hay más mujeres que hombres, pero no es significativa la diferencia. Sin embargo, hay que entender por qué son más mujeres que hombres. Cuando expongo este tema siempre pregunto: si usted tiene mellizos con discapacidad, un hombre y una mujer, pero sólo tiene dinero para rehabilitar y capacitar a uno ¿a quién rehabilitaría? El 95% de las veces gana el hombre. Tenemos culturalmente establecido en nuestra sociedad que el hombre es el que provee y que la mujer sirve más en la casa".

-¿Entonces habría más mujeres discapacitadas por un asunto cultural?
"Apunto a que esto es más un tema cultural que hereditario. De hecho, la discapacidad se nos dispara sobre los 30 años. Claramente no es un problema hereditario. El factor género es importante porque aún la mujer sigue siendo discriminada en cuanto a oportunidades. Pero yo diría que en 15 o 20 años más esa brecha va a estar equiparada porque estamos avanzando hacia iguales oportunidades para hombres y mujeres en cuanto a acceso a educación, trabajo y rehabilitación".

-¿Cuáles son los problemas más comunes entre las mujeres discapacitadas?
"Primero, enfrentan el estigma social en la familia. Segundo, las oportunidades que la sociedad ofrece para la incorporación de esa mujer al trabajo. Sabemos que es más difícil que las mujeres opten al trabajo. Son estadísticas que no tienen que ver con discapacidad, tienen que ver con cuántos hombres y cuántas mujeres acceden al trabajo. En este caso pasa exactamente lo mismo".

-¿Cuál es la actitud que tienen las empresas?
"Cada vez más positiva. Sin duda que hay un avance significativo en la incorporación de la persona con discapacidad al empleo ordinario. Cada vez los empresarios están más disponibles, porque hoy es un tema que se trata en los medios de comunicación, que está más accesible y que ya no implica un estigma tan fuerte. Además se han ido derribando los temores que muchos empresarios tenían por desconocimiento".

-Pero ¿se les hace más difícil a las mujeres con discapacidad entrar a una empresa?
"Los empresarios que están disponibles a abrir las puertas para incorporar a personas con discapacidad, en general, son personas que tienen menos barreras culturales que la norma. Por lo tanto, si hemos derribado la barrera para que la persona con discapacidad se incorpore al puesto de trabajo, el género ya no es un problema".

-¿Se considera que algún tipo de discapacidad inhabilita cumplir el rol de madre?
"La ley, basada en los derechos de la personas, no las inhabilita de por sí. Sin embargo, se toman los resguardos necesarios cuando hay un miembro de la familia en riesgo a raíz de la discapacidad de la madre o del padre. Es bastante sensible el tema porque, en muchas ocasiones, se pueden violar los derechos de las personas y, por lo tanto, el tema tiene que ser tratado con peritos ¡No es posible que se diga que alguien no puede hacerse cargo por el sólo hecho de desarrollar una discapacidad!"

-¿La discapacidad afecta los lazos familiares?
"Sin duda que cuando una persona adquiere una discapacidad algo se produce dentro de la familia. Cuando es la mujer la que genera la discapacidad, la relación de pareja se rompe con mayor frecuencia.
"Nosotros estamos por el trabajo de reubicarse dentro de la familia, porque los lazos son elementos sustanciales para la rehabilitación, para la superación del problema y para salir adelante".

-¿Somos una sociedad discriminatoria?
"Creo que hemos ido avanzando una enormidad. Hoy vemos una sociedad mucho más inclusiva, pero creo que estamos a mitad de camino. Todavía falta, todavía hay prejuicios, todavía hay gente que encuentra espantoso que haya una persona con discapacidad en la familia. Pero vamos por el camino correcto hacia una sociedad mucho más inclusiva. La legislación hoy protege a las personas con discapacidad, su derecho a ser ciudadanos de plenos".

-¿Qué es primero la ley o el cambio cultural?
"Es a la par. La ley claramente no basta. Nosotros como país hemos firmado la convención contra la no discriminación de las personas con discapacidad y no por eso en este país no se discrimina. Por lo tanto, la ley no basta porque sólo es un instrumento más. El cambio cultural es lo más importante para avanzar hacia la sociedad inclusiva".

- Si influyen tantos factores ¿crees que la integración es una meta posible?
"Total, si la hemos visto en muchísimos casos. La empresa y la educación se han ido abriendo. Hoy ves a personas con discapacidad en la calle, mientras hace diez o quince años las personas con discapacidad no salían a la calle. Por lo tanto, tú vas viendo como se va integrando y se va haciendo visible una temática que era transparente. Hoy día el tema de la discapacidad es tema".

-Pero que sea tema ¿no lleva a que se produzca una sensibilidad tendiente hacia la lástima y pena?
"Yo pienso que justamente eso es lo que ha ido cambiando, porque antes de la ley de integración, la discapacidad se atendía a través de la asistencialidad y con un chequecito era suficiente. En cambio, hoy se ha desarrollado toda una política de intervención para respetar el derecho de participar de la persona con discapacidad. El lenguaje también ha ido cambiando. Así como hay personas rubias, personas gordas y personas flacas, hay personas con discapacidad y personas sin discapacidad, pero son personas. Entonces el lenguaje, la forma de entender el tema, los servicios, las mayores oportunidades de participación, todo eso es cambio cultural".

-Pero todavía en el día a día las personas con discapacidad sufren la violación de sus derechos.
"Por supuesto, todavía hay violaciones a los derechos y aún hay gente que discrimina, pero no tan cotidianamente porque yo diría que eso va en retroceso, que todos los días hay más personas que se incorporan al mundo de las no barreras culturales en materia de discapacidad. Aunque claro que todavía falta. Los cambios culturales son muy lentos. De repente uno quisiera ser como la Hechizada: mover la nariz y decir listo, todo el mundo cambió la mirada. Eso falta, pero vamos por buen camino".

-Dentro de todo este proceso de cambio cultural e integración ¿qué papel juega la Teletón, es relevante o por ser sólo una vez al año y tener reportajes lacrimógenos no aporta tanto?
"Yo creo que la Teletón ha jugado un rol fundamental para que hoy el tema de la discapacidad esté como está. Si Teletón no hubiese iniciado su trabajo hace 26 años, probablemente el ´94 no hubiéramos tenido la ley de integración. Teletón puso un tema en todos los chilenos y por eso da lo mismo que sea un puro día o que sea lacrimógeno como tú dices. Podemos discrepar o estar de acuerdo en la forma en que Teletón reúne los fondos…"

-¿En tu caso?
(Permanece en silencio por un rato y comienza a hablar cuidando cada palabra) "Creo que uno puede trabajar en materia de discapacidad sin la parte sensible. Sin embargo, en conversaciones con Mario Kreutzberger me ha dicho que le dé una estrategia para conseguir los recursos que necesitamos y él la aplica, pero yo no la he encontrado.
"Ahora, una cosa es la campaña comunicacional de Teletón y otra cosa es lo que hace diariamente en todas las regiones. Claramente la atención que da a los niños de Chile no tiene que ver con la sensiblería, no tiene que ver con la campaña que es el instrumento que tienen para recuperar fondos y poder atender a esos 22 mil niños al año.
"Que más quisieran las otras discapacidades y todos nosotros que poder clonar a Mario Kreutzberger y tener uno para cada discapacidad y para todas las edades, pero lamentablemente no se puede".

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