No para. Actualmente está ensayando "Una mirada desde el puente", de Arthur Miller, que dirige Gonzalo Meza. "Considero que es un premio que me hayan invitado a hacer el personaje de Eddie Carpone", dice. Se estrena el 6 de abril en el Teatro del Parque, en el Parque Arauco.
También va a remontar varias obras, como director, con Tomás Vidiella en el anfiteatro de la Municipalidad de Vitacura. Después va a estrenar "La escalera" y hacia fin de año, como es el centenario de Henry Ibsen, probablemente actuará en "Espectros", dirigido por Ramón López. También tiene que hacer algo en TVN el segundo semestre, todavía no sabe si la teleserie prime, la nocturna o la juvenil, "allí obedezco órdenes, no más".
Salió de las pantallas del 13, después del colapso del área dramática que se produjo con "Piel Canela". Ese año se dedicó exclusivamente al teatro y a las clases. "Fue muy bueno, porque pude hacer el personaje de Huidobro, el montaje de Radrigán en la Católica, que era prácticamente un monólogo de dos hora. No podría haberlo hecho si hubiera estado en la tele", cuenta.
En el plano más personal, es un personaje algo enigmático, tal vez por la timidez que arrastra de niño. Vestido de gris, con la barba a medio afeitar y el pelo revuelto, parece un eterno adolescente o un artista bohemio. Sin embargo, es de los pocos actores que puede vanagloriarse de haber tenido relaciones estables en su medio.
Por más de 17 años vivió junto a la actriz María Izquierdo, con quien tiene dos hijos. Habían prometido casarse cuando cumplieran 20 años de pareja, pero la ruptura se produjo antes. "Ahhh, el tema aquel", dice, cuando se le empieza a mencionar.
-¿Cómo lo evalúas hoy?
"Es papaya, porque la María es una tremenda mujer. Lo que pasa es que la vida nos cambió mucho y nos hizo tomar caminos distintos, pero no dejamos de ser familia; ponte tú ahora estuve una semana con ellos de vacaciones, en la casa que tenemos en el sur.
"Buscamos la forma de facilitarnos las cosas, porque la María y yo vamos a seguir siendo los padres de nuestros hijos por el resto de nuestras vidas, nos guste o no nos guste, así que mejor que nos guste. Mutuamente lo entendemos y nos facilitamos las cosas para que así sea".
Martín y Julián tienen 14 y 16 años, respectivamente y heredaron la veta artística de sus padres. "El más chico tiene mucha onda con lo audiovisual y con el trabajo digital. Los dos tienen mucha onda con la música, pero mucha, mucha. También con el arte y la búsqueda espiritual. Además, somos todos vegetarianos".
-¿Estás emparejado?
"Sí. Fui hacer una película… ¡y salí con mujer! Conocí a la Carol Raddatz, que era la vestuarista de "Chile puede", la película de Larraín-Quercia. Nos conocimos y nos enamoramos, poh. Ya van a ser 10 meses".
-Ah, de relaciones estables.
"Siií, yo soy de pareja" (tiene argolla de plata en la mano derecha).
-¿Y se proyectan con hijos y todo?
"Ojalá que sí, poh".
A Willy le gusta leer y su fetiche es Shakespeare –cómo no-, también le gusta Nicanor Parra, Bukowski, Neruda; pero, por sobre todo, literatura técnica. En este momento relee ("lo hago compulsivamente siempre") "La poética" de Aristóteles y un libro para principiantes de mecánica cuántica, porque está tratando de entender algo de eso.
Cuenta que cuando hace deporte, trota, anda en bicicleta, hace pesas y, cada vez que puede, se juega un partido de vóleibol; pero reconoce que no es muy buen deportista, que lo hace más por salud que por otra cosa.
-Cambiando de tema ¿qué te parece todo el vuelo que ha tomado el tema de la mujer?
"Bueno, estoy muy expectante con todo este fenómeno. Yo creo que se nos va a dar vuelta la cabeza, el sentido del humor que está empezando a agarrar esto, de que cada 28 días va a quedar una crisis política mayor (se le ríen los ojos, pero lo dice muy serio). Está muy entretenido.
"Yo lucho contra mi machismo implícito, mi machismo heredado; me carga el machismo y trato de superarlo constantemente".
-Debe haber sido potente con cuatro mujeres detrás.
"Sí, claaaro. Existe en todos nosotros y especialmente en este país pechoño e hipócrita en ese sentido, porque nos la damos de liberales y ¡no!, todo patas pa' arriba".
-¿Alguna vez ayudaste en tu casa?
"Lo hacía por imitación, por aprendizaje, más que nada; no me obligaron nunca, era muy regalón. Pero salí un excelente cocinero, gracias a eso".
-¿Qué te gusta cocinar?
"De todo, de todo. Miro un plato y ya sé cómo hacerlo. Me encanta, me fascina".
-¿Vicio privado?
"Cocinar. No tengo mayores vicios hoy en día".
-No en el sentido de vicio, sino lo que más te gusta hacer.
"Lo que más me gusta hacer es actuar… y… cocinar, pero cada vez que puedo me juego
un solitario en el computador, jajajaja".
-Es la primera carcajada. Eres harto serio.
"No, no, no, no soy serio pa' na, soy cagao de la risa, pero tengo una apariencia adusta".
-¿Por qué?
"De tímido, yo creo".
