Actualmente, vive en La Dehesa; porque cuando él y su hermano Matías entraron a la universidad, su madre decidió venirse de vuelta a Santiago, ya que, entre los estudios y las prácticas de polo, no los veía nunca.
-¿Qué hace tu hermana, entre esta familia de poleros fanáticos?
"Noo, si también le gustan los caballos. Yo juego un caballo que es de ella. Viene al club, anda a caballo, de repente taquea, practica con nosotros, ve los partidos".
-¿Y tu mamá?
"Yo creo que goza viéndonos jugar; entre los nervios y todo. Nos ayudó tanto cuando chicos para que jugáramos, que ahora está feliz viendo los frutos. Lo pasa, de repente, hasta mejor que nosotros".
Se ríe, como pillado en falta, cuando se le pregunta si colabora en alguna labor doméstica: "Cuando no está la Herminia, hay que hacer la cama. Nooo, en realidad ayudamos todos en la casa".
Agrega que la relación de familia "es espectacular" y que su padre es la mano derecha de todos ellos, "hablamos todos los problemas con él; salimos de vacaciones todos juntos; la mamá está siempre preocupada de todos nosotros. En verdá, somos súper pegados todos".
Cualquiera pensaría que con esta vida tan pegada a la familia, el polo ocupando gran parte de la semana y los estudios universitarios, no hay tiempo para pololas; pero no, Alejandro pololea hace dos años y cuatro meses con Antonia Zegers. No se equivoque, no es la actriz; ella estudia diseño de vestuario.
-¡A ella también le gusta el polo!
"Le tuvo que gustar, no más, jajajaja. Cuando la conocí, ella sabía que yo jugaba; además, le gustan los caballos y salimos juntos a cabalgar. Me viene a ver entrenar… ¡le encanta!"
-¿Qué pasa con el carrete? ¿Te lo impide el deporte?
"Hay momentos para todo. Hay ratos que uno sale y todo; si igual soy joven y me gustan las fiestas. Desde el año pasado, eso sí, que me dediqué a jugar más en serio, salgo menos.
"El pololeo ayuda harto, porque ya no estás exigido a salir por salir; puedes cambiar la discoteca por una película o por ir a tomar algo a un pub y te vas a acostar temprano".
Además, la mayoría de sus amigos también son del polo, así que se ayudan entre ellos, acomodando horarios para poder salir a divertirse. "Si juegas temprano, no puedes salir de noche; pero si juegas tarde, también puedes dormir hasta tarde".
- ¿Tienes mucho arrastre con las mujeres?
(Se pone colorado) "Sí, ¡pero yo era más pavo!, como que no cachaba que me estaban mirando o que le gustaba a alguien… prefería andar a caballo.
"Pero sí, igual, ahora en Inglaterra –no es por ser sobrado- te miran y te hablan… ayuda, ayuda la pinta y el deporte… No, pero tampoco soy muy de salir ni nada".
-Eres más bien tímido ¿o no?
"Súper tímido. Me molestaban y todo, porque quedaba como el pavo. Era divertido, porque mis amigos me decían ya, poh, weón, dale, si te están mirando y yo (hace ruido de menso) no, no, no, ¿cachai?... No sé, no cachaba".
Las vacaciones, una vez más, dependen del polo y sus torneos: "Vamos a Cachagua a jugar polo y tratamos de que coincidan con las del papá, para estar todos juntos, porque él no tiene muchas vacaciones. También vamos al sur, pero ahí cada uno por su lado".
El verano pasado (2005) se fue a Sudáfrica, porque lo invitaron a jugar y después se vino a Cachagua, también por el polo. Este año se tomó un descanso y sólo jugó al principio de las vacaciones en el balneario de la V Región.
-¿Eres machista?
"No…eh, de repente; hay cosas en que sí… no sé si será machista o flojo; por ejemplo, estoy viendo televisión y le digo a mi hermana que me traiga un vaso de bebida -como que si lo tuviera que hacer-, pero, de verdad, es de flojo".
-¿Y tu hermana te aguanta?
"Poco, poh".
Aún así, cree que "hay cosas que tiene que hacer el hombre. Cuando salgo con la Antonia, me gusta o trato de invitar siempre yo. Más conservador que machista, yo creo".
-A propósito de eso ¿cómo vez la incorporación femenina al trabajo?
"Está bien. Antes decíamos que el hombre hacía todo, pero la mujer no tiene por qué no tener buenas ideas y hasta pueden ser mejor que las del hombre, ¡si son igual que uno, no más!
"Si las mujeres tienen ganas y pueden trabajar… está bien. Ahora, yo prefiero que mi mamá esté en la casa".
-¿Y cuando te cases?
"También. Ojalá que esté en la casa y no tenga que trabajar nada, pero si es artista y cuestiones -que les encanta andar pintando cuadros, haciendo ropa o lo que sea-, feliz que tenga su taller y que haga su vida entorno a lo que ella ama. Si no, uno la absorbe mucho y, de verdad, el polo te ocupa mucho tiempo… todos los fines de semana hay que ir".
Le encanta la música, de todo tipo y de todos los tiempos. "Es más fácil decir qué música no escucho: el hip hop pesado, pegote, me carga y el rap, nada".
-¿Deseos no cumplidos?
"Haberme dedicado cien por ciento al polo al salir del colegio. Lo pensé bien y dije que no, no más, pero ese era uno de mis grandes sueños".
-¿Vicio privado?, pero no me vayas a decir el polo.
"Comerme un bistec a lo pobre".
