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Trucos para manejar la hipersensibilidad

Ya sea por el sol, los cambios bruscos de temperatura o el contacto con agentes irritantes, hay pieles que reaccionan con picazón o irritaciones exageradas. Son las llamadas pieles sensibles, que se enrojecen y/o inflaman frente a determinados estímulos externos, y que requieren de cuidados y cosméticos especiales para mantenerse saludables.

15 de Junio de 2007 | 09:52 |
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"Tengo piel sensible". Esta es una de las frases que más oyen los dermatólogos en sus consultas. Y es que a menudo se confunden las reacciones del cutis ante agentes irritantes con una hipersensibilidad natural. Condición que a veces se percibe a simple vista, pues aparecen rojeces y capilares rotos, o bien se manifiesta con molestias, picazón o ardor.

La doctora Juana Benedetto, dermatóloga de Clínica Alemana, aclara que una piel sensible es aquella que se enrojece y altera frente a estímulos externos, ya sean físicos, mecánicos o químicos. "Existen factores hereditarios que determinan que una piel sea sensible, y cualquier tipo de piel (blanca o morena, grasa o seca) puede serlo". También existe una sensibilidad inducida, y es la que sufre la piel por influencia de agentes externos como cosméticos inadecuados o tratamientos muy abrasivos.

La doctora Benedetto explica que los cutis sensibles por lo general se sienten tirantes, tienden a agrietarse y a mancharse, pueden sufrir de escozor y picazón. "Incluso pueden reaccionar con dolor a la aplicación de productos que le son inadecuados". Esto está directamente relacionado con que este tipo de pieles presenta una barrera cutánea o capa córnea deficiente y más permeable, que permite que los agentes irritantes penetren con facilidad y que se evapore más agua de la debida. Por eso tienden a deshidratarse con facilidad.

Se estima que las pieles sensibles también son más propensas al envejecimiento prematuro. Esto, porque los agentes externos son vistos como irritantes, y la piel se enrojece e inflama más allá de lo normal, lo que genera radicales libres que a la larga colaboran en el deterioro precoz. Asimismo, el organismo reacciona liberando neuropéptidos que se traducen en molestias y dolor. Por eso las pieles sensibles a veces se sienten incómodas o irritadas.

Enemigos en el ambiente

Entre los factores que causan sensibilidad hay agentes físicos como el calor, exposición al sol o exposición al frío extremo. Agentes mecánicos como la fricción, y agentes químicos, sean estos irritantes o alérgicos. La doctora Benedetto explica que en general las pieles sensibles lo son a varios factores a la vez. "Aunque pueden ser a uno y no a otro. Las reacciones son individuales".

SOL: Cuando la piel es fotosensible reacciona enrojeciéndose exageradamente ante la exposición solar, y aumenta la temperatura cutánea. El grado de la reacción depende de la intensidad de la exposición y de la fotoprotección con que se cuente. En algunos casos se produce urticaria solar, que es cuando la piel se enroncha. También hay ocasiones en que se produce una reacción alérgica ante el contacto de la piel con alguna sustancia fotoalergizante, lo que se traduce en un eczema con picor que se puede extender a todo el cuerpo.

COSMÉTICOS: Es habitual que las pieles sensibles reaccionen a ciertos cosméticos, ya sea porque les resultan irritantes o porque desencadenan una respuesta alérgica. Entre los irritantes están algunos jabones, detergentes, ácidos y sustancias alcalinas. Los alergenos son más variados y deben hacerse pruebas para cada caso. "La piel reacciona con enrojecimiento. En etapas iniciales pueden formarse ampollas que más tarde se descaman. También hay escozor y picazón", añade la doctora Benedetto.

COMIDAS: También puede haber sensibilidad a ciertos alimentos o condimentos. Éstos pueden irritar la piel por vía directa o bien desencadenando una respuesta alérgica. Puede manifestarse sólo con enrojecimiento y picazón, o bien con ronchas.

CAMBIOS DE TEMPERATURA: Es común que una piel sensible reaccione ante los cambios de temperatura. El calor provoca vasodilatación intensa y se manifiesta con enrojecimiento inmediato y aumento de la temperatura cutánea. Y el frío puede enrojecer y agrietar la piel.

El tratamiento básico

Pese a la fragilidad de este tipo de pieles, es posible mantenerlas saludables si se tienen ciertos cuidados. Estas son las recomendaciones de la doctora Benedetto.

-Deben evitarse los factores sensibilizantes como cambios bruscos de temperatura, mucho sol, exceso de condimentos... y tener precaución al elegir productos de limpieza e hidratación; no pueden poseer irritantes.

-La cara debe lavarse con agua tibia, y con emulsiones suaves que no alteren el pH de la piel y posean agentes hidratantes, a fin de evitar su deshidratación. Deben evitarse los productos de fricción.

-Es importante mantener la piel hidratada con productos adecuados, así como usar filtros solares que contengan pantallas minerales especialmente formulados para piel sensible, debido a que hay menor penetración cutánea.

-En caso de enrojecimiento de la piel se puede aprovechar el efecto calmante de los cosméticos con agua termal o activos naturales como la manzanilla.

-Hay que ser cautelosa en el uso de cremas que contengan ácidos como el AHA, retinol o glicólico, pueden resultar muy agresivos. Mejor consultar con el dermatólogo antes de probar.

-Se deben preferir cosméticos que no contengan perfume, ya que pueden causar reacciones alérgicas e irritación.

-No se deben utilizar técnicas de rejuvenecimiento como el peelingo láser; son efectivas pero resultan muy agresivas.










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