Las banqueteras simplemente quedarán cesantes. Sí, de continuar la tendencia de un aumento en las cifras de convivencias e hijos nacidos fuera del matrimonio, no cabe duda de que quienes hoy trabajan en la realización de fiestas de matrimonio no tendrán en qué ocuparse. Ya no habrá bodas y tampoco se necesitará enviar regalos.
Aunque el comentario puede resultar frívolo grafica muy bien la realidad que vivirá la familia chilena hacia el 2020.
En la actualidad Chile registra una de las tasas de nupcialidad más bajas del mundo (3,4% comparado con Dinamarca de un 6,5%) y una caída sostenida en los matrimonios. Si en 1990 estos eran de 105 mil al año, en el 2005 alcanzaban los 55 mil.
A este desolador panorama se suma que la tasa de natalidad alcanza apenas el 1,9% (China, con su impresionante control de natalidad, tiene una tasa de 1,8%), que traducido en nacimientos nos dice que si en 1990 nacían 387 mil niños al año, en 2005 sólo 240 mil. Y a mayor abundamiento, hace 50 años en Chile la tasa de natalidad era de 5,4%.
Pero el escenario se ve más complicado aún si se agrega las cifras que verifican la cantidad de niños nacidos fuera del matrimonio, que en 1990 era sólo del 36% y 15 años después ya supera el 58%. Es decir, nacen más niños fuera del matrimonio que dentro.
Con estos datos sobre la mesa, la Fundación Chile Unido convocó a un grupo de especialistas a debatir sobre las medidas que se pueden adoptar para fortalecer la familia y sus integrantes, especialmente en lo que se refiere al papel que puede y debe jugar el Estado.
En este sentido, la filósofa Carolina Dell´Oro hizo ver que el tema de la familia ya dejó de ser una cuestión valórica abordada por personas idealistas, sino que pasó a ser una cuestión de capital humano que impactará fuertemente en el crecimiento y desarrollo del país.
De ahí, que el Estado deba tomar cartas en el asunto, pensando políticas integrales que no tengan una mirada sobre el individuo, sino que en el grupo familiar.
La economista española Nuria Badenes adelantó las consecuencias que tienen dejar a la familia sin resguardo, revelando que en España, como en otras naciones de la Unión Europea, la cifra de hogares monoparentales ha aumentado notoriamente tanto por una baja de la nupcialidad como un aumento de los divorcios. Y la tendencia más grave es que una gran cantidad de esos hogares monoparentales quedan expuestos a caer en la pobreza.
Roberto Méndez confirmó que la tendencia en Chile ya se presenta y que del total de hogares donde la jefa es una mujer, el 44% se encuentra en situación de indigencia, mientras que en estado de pobreza un 34,7%. O sea, la realidad de los países desarrollados ya se experimenta en Chile. Se debe tener en cuenta que en Chile ya el 25% de los hogares es monoparental y de ellos el 85% está a cargo de una mujer.
Por lo mismo, urge adoptar políticas integrales. Así lo arguyó el diputado Marcelo Forni, quien indicó que mientras el Gobierno pone en práctica programas positivos como “Chile Crece Contigo”, simultáneamente aplica sanciones a las farmacias que no distribuyen la píldora del día después, o sea, se contradice, a su juicio.
Forni fue crudo al exponer que en Chile, el 74% de las madres primerizas no están casadas y que el 34% de las parejas convive, lo que augura que al 2030 ya no habrán matrimonios y por ende, las banqueteras quedarán cesantes.
Dell' Oro llamó la atención al hecho de que la familia chilena registra heridas que se deben reparar; mencionó que mientras las personas expresan su deseo de querer hijos, la tasa de natalidad es sólo de un 1,9%, lo que refleja claramente que hay una disociación entre las aspiraciones y la realidad.
La experta Nuria Badenes pauteó los principios bajo los cuales se deben inspirar las políticas del sector público que vayan en apoyo de la familia señalando que se debe crear una cultura de familia donde se hable de responsabilidades y no de cargas. Añadió que se debe atender a los más necesitados y además, se debe conseguir que los dependientes (niños, enfermos y ancianos) permanezcan en la familia y no deriven a otras instituciones.
Asimismo, se deben eliminar los obstáculos en el trabajo que atentan contra la familia y respetar los derechos de todos y la libertad.