Justamente el único hermano del paulista lo visita por estos días. Es bien parecido a él, pero en versión morena y con varios kilos (de musculatura) menos. Es su primera vez en Chile y Fabricio lo lleva donde vaya. Desde sus eventos hasta “Locos por el baile”. “Quedó loco, muy impresionado. No se imaginaba que yo era tan conocido acá. Le había mandado videos pero no es lo mismo que verlo en vivo. Mis papás, en cambio, ya habían venido antes y son mis fans número uno”, dice orgulloso.
Su familia es fundamental para él y no lo esconde. “Mis padres son todo para mí. Soy demasiado apegado a ellos y he sufrido estando lejos. Sobre todo de mi mamá, que es una persona muy especial y espiritual. Ella se guía por las vibras y energías de las personas y siempre tiene la razón, es muy visionaria”.
Cuando llegó a Chile, sus compañeros de “Porto seguro” se convirtieron en su familia sustituta. De hecho, hasta vivían todos juntos en una casa en Vitacura, en un principio. Pero con las divisiones se alejó de ellos y ahora vive con su representante y a la vez mejor amigo en Las Condes.
-¿Eres buen dueño de casa? ¿Cocinas?
“¡Soy el mejor! Cocino una pasta de mariscos que es lo más rico del mundo. A veces también hago feijoada (plato típico brasileño a base de porotos negros y carne). No paso hambre”.
-¿Te cuidas? Se te ve muy preocupado de tu físico.
“Antes era demasiado vanidoso. Por mi trabajo siempre tenía que estar bien pero me obsesioné e iba todos los días al gimnasio. Igual creo que el hombre tiene que preocuparse para la mujer y viceversa. Mirar a una mujer hermosa y tener una guata gigante… ¡no se puede! Acá eso pasa más porque el clima influye. Pero es lindo ver una pareja sana en la que los dos se preocupen y se vean bien”.
-¿Y de quién heredaste ese temperamento tan explosivo que te caracteriza?
“Es que tengo dos caras, esta que me ves, pero si hay algo que me molesta yo exploto y mando todo al carajo, donde y con quien sea. Me carga la mentira. Yo no miento”.
Asegura que el axé ya pasó en su vida y que ahora escucha desde reggaeton (a qué no) hasta los roqueros “Yes”. “También me encanta ver todo tipo de películas, menos las de ficción, ¡nada de mentira! Lo que tenga contenido, lo miro”.
Otra de sus pasiones, pese a que hace un par de años sufrió un accidente en éstas maquinas, son las motos. Se acaba de comprar otra nueva y dice que ésta es mucho más veloz aún. “Las motos me encantan, todo lo extremo y lo loco. Cuando veas algo negro pasando rajado por las calles, ése seré yo arriba de la ‘viuda negra’”, cuenta entre risas y recreando la escena.
- Apasionado, gozador, explosivo y extremo. ¿Esa es la mezcla?
“Sí. Vivo la vida día a día, cualquiera puede ser el último. Si quiero a alguien se lo digo, no me guardo nada, ni bueno ni malo. Trato de hacer siempre lo que me gusta, disfruto mucho de la vida. La persona que esté a mi lado tiene que ser gozadora y un poco loca, porque me gustan las cosas fuera de lo normal. No me gusta la rutina, me gusta hacer cosas distintas”.
- ¿Cuál es tu vicio privado?
“Soy adicto al sexo. Soy demasiado apasionado y necesito mucha compañía por eso quedé tan mal cuando me separé, por quedarme solo y porque se me subieron las hormonas a la cabeza. No puedo estar solo”.
- ¿Cual brasileño candente?
“(Se ríe) Claro, por ahí también va la cosa. Es que siempre he estado en pareja: pololeé seis años en Brasil, luego cuatro con Viví y después dos y medio con esta última (nunca nombra a Evangelina). Más que nada necesito cariño y me acostumbré a estar con alguien. Ya llevo un buen tiempo solo ¡y ya estoy que me subo por las paredes!”.
- ¿Con un letrero en la frente que dice soltero busca?
“Sí, estoy solo y buscando. Aunque igual siempre hay alguna guatita caliente que me salva por ahí…” (risas).