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“En Chile, el concepto de consumidor tiene mucho más peso que el de ciudadano”

La directora de Foro Ciudadano, un medio de comunicación de base, asegura que la gente está cansada de ver pasar a Chile por la vereda del frente y por ello, ha despertado. Agrega que la democracia está en deuda con el movimiento social y que los funcionarios públicos, temen, e incluso desprecian, la participación ciudadana.

17 de Enero de 2008 | 10:04 |
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Todo el mundo la conoce como “Vicky”, y cuando hablamos de todo el mundo apuntamos a esos miles de oyentes que escuchan su voz pausada y un poco ronca que está al frente de los programas Foro Ciudadano que se transmiten por más de 116 radios comunitarias a lo largo del país.

Sí, porque su tema es eso, los ciudadanos y su agenda, aquella que se preocupa de los problemas reales y no de los grandes titulares que copan los medios masivos.

Virginia Quevedo, Vicky, creadora y directora de Foro Ciudadano, sabe de lo que habla. Por algo recibió este año el Premio Mujeres y Medios que entrega el Sernam por el aporte que realiza desde su tribuna a la difusión de temas que involucran a la mujer y sus realidades.

-¿Cuál es la suerte que corre el ciudadano en este país?
“El ciudadano de hoy está entendiendo que solo no va a llegar a ninguna parte, que si no trabaja en la defensa de sus derechos y en el derecho de poder tomar decisiones en su vida cotidiana, de región, de país, solo no va llegar a ninguna parte”.

-¿Está muy jibarizado? ¿Ha sido disminuido a su mínima expresión?
“Lo que pasa es que, lamentablemente, el concepto de consumidor tiene mucho más peso que el concepto de ciudadano y el consumidor es una persona individual, es una persona a la cual se dirigen muchas empresas cada segundo del día para definir sus opciones y decisiones. El ciudadano no, él, en base a diversas informaciones y en conjunto con otros, toma decisiones.
“Creo que Chile se ha ido complejizando tanto que se requiere que este ciudadano tome decisiones cada vez más colectivas. Por ejemplo, las organizaciones que trabajan en San Pedro de Atacama preocupados del tema del agua se dieron cuenta que si seguían solos no iban a llegar muy lejos, entonces se junta la gente que se opone a Pascua Lama y la que defiende el río en San José de Maipú; o sea, si estas organizaciones no trabajan en red, no van a llegar a ninguna parte”.

-¿Estamos asistiendo a un despertar de los ciudadanos? El gobierno militar lo dejó adormecido, pero tampoco despertó en la democracia.
“Sí, el gobierno militar no le permitió que se organizara y luchara por sus derechos. La impresión que tengo es que parte importante de los ciudadanos y ciudadanas que lucharon contra la dictadura, finalmente, cuando viene el inicio de la transición, un número no menor son cooptados tanto por los partidos como por el Gobierno y una cantidad importante de mujeres y hombres pasaron a ocupar cargos importantes de manera tal que por eso se dice que si bien la dictadura desarticuló los partidos políticos, la transición desarticuló el movimiento social. Y por lo tanto, ha tomado bastantes años para que esta ciudadanía se vuelva a organizar y a tener más peso, más impacto y poder en la instalación de su propia agenda”.

Vicky Quevedo intenta explicar la cantidad de años que le cuesta a la ciudadanía instalar en la agenda pública temas que le son propios como es el caso del género, la paridad y el femicidio, que parecieran –dice- materias descubiertas por el actual gobierno, cuando en realidad han sido demandas de los movimientos feministas desde hace muchos años. “Me molesta que muchas veces esto no se hace público; más de alguien puede pensar que el femicidio se instala en la agenda por el gobierno de Michelle Bachelet y me gustaría que ella reconociera que ese concepto fue trabajado por el movimiento de mujeres por muchos años y que hoy logra entrar a la agenda”.

-¿Da la idea de que los gobiernos democráticos no han sido capaces de defenderlos?
“La ciudadanía entiende la defensa de sus derechos como un trabajo conjunto con el Estado y no de un gobierno que se va a preocupar de la defensa de esos derechos, sin ese trabajo conjunto las cosas no funcionan, porque para que yo pueda tener conciencia de mis derechos y reaccione cada vez que son vulnerados, tengo que tener una conciencia ciudadana desarrollada y eso no lo da una ley. Por eso no me gusta cuando los temas quedan encerrados en la lógica de los partidos políticos y del Gobierno y sometido a las presiones de los empresarios y de la Iglesia como si el mundo social no existiera”.

-Pero es la lógica en la que se ha estado los últimos 15 años.
“Es la lógica en que se ha estado durante todo el período de la Concertación, entre otras cosas, porque todavía corre el fantasma de que una ciudadanía organizada, de que gente defendiendo sus derechos pone en peligro la gobernabilidad del país. Probablemente es un susto que se heredó de la época de la UP, pero eso es una muy mala virtud de lo que fue ese proceso. Lo he conversado con empresarios y les da pánico esto de la gente en la calle, llamando a una huelga y lo entiendo, porque es un Chile que nos ha costado mucho construir, pero el desarrollo no lo entiendo si no es con una alta participación ciudadana.
“En Chile hay muchos miedos, hay políticos de la Concertación que les gusta tomar distancia de esa mirada y no hacen ningún esfuerzo por construir un diálogo permanente con la ciudadanía”.

-¿La democracia ha sido deficiente?
“La democracia tiene una enorme deuda para con los movimientos sociales, sin duda, y dentro de eso, el movimiento de mujeres. Pero no sólo ello, sino que el mundo medio ambiental ha tenido que acudir a presiones foráneas, a instituciones y capitales extranjeros, a grandes abogados y ecologistas para que vengan a hacer lobby de una política medio ambiental, porque sino lo hacen así, si no acuden a poderes externos, es muy difícil que en Chile puedan atenderlos y tener un contacto más directo con quienes toman las decisiones.
“Aquí en Chile, el ámbito de las decisiones ha estado absolutamente copado por el empresariado, los partidos políticos y algunas instituciones religiosas”.

-¿La Concertación también está en deuda?
“La Concertación y el actual gobierno. Yo le creí a la Presidenta Bachelet cuando en campaña dijo que para ella la participación ciudadana era fundamental, pero, sin embargo, si revisas los ministerios, las seremías, no se encuentran expertos en participación ciudadana que estén asesorando esos gabinetes. Nosotros tenemos una gran cantidad de funcionarios públicos que les da temor la participación de la gente y en algunos lugares, incluso, la desprecian. Uno se pregunta si los profesionales que tienen la expertisse en participación ciudadana son asesores de ministros o están en el segundo piso de La Moneda y uno los sigue viendo en las ONGs y universidades y no necesariamente, en el gobierno”.

-¿Qué explica que el ciudadano, finalmente, se haya liberado?
“Creo que hay un gran cansancio con el hecho de que Chile siempre está en otro lugar y no donde uno está. Siempre Chile está en la vereda de frente y se vive la esquizofrenia de vivir en la vereda del frente y mirarlo desde el otro lado. Hay un gran cansancio con eso, que en los sectores poblacionales yo llamaría una gran rabia; o sea, cuando se tiene jóvenes que se sienten orgullosos porque roban, pero no se drogan, uno dice aquí algo está pasando. No se han podido sentir parte de los 4 gobiernos de la Concertación, donde en 4 campañas se les ha llamado a ser parte del gobierno, cuestión que no ha ocurrido”.


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