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“Estoy demostrando que no soy uno más, que me la puedo y que lo hago bien”

El hijo de Coco Legrand, quiere brillar con luz propia aunque no pretende desenmarcarse del todo de su padre. Pero para el actor, que agarra protagonismo en la teleserie “Fortunato” de Mega, su futuro es incierto, aún. ¿La razón? Una sorpresiva condena de 301 días de reclusión nocturna que lo tiene en suspenso.

22 de Enero de 2008 | 10:14 |
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Sin duda, este ha sido su año más ajetreado. Ha tenido tanto de dulce como de agraz. Había partido bien con su compañía de teatro “Los hemanos brother”, con su papel en el último show de su padre “Los coquitos dicen” y con un personaje importante en una teleserie importante; “Fortunato”.

Hasta que, de un día para otro, todo se vio truncado. Tras ocho años de juicio, hace un par de meses lo condenaron a cumplir 301 días de reclusión nocturna por manejar en estado de ebriedad y por “presunta” reincidencia.

Pero el actor no quiere ser catalogado como un delincuente ni mucho menos. Él mismo se describe como trabajador, responsable y estable (en el amor). En definitiva, un “cabro sano y deportista”. Porque, además de actuar, otra de sus pasiones son las tablas, ya sea de surf, skate o snowboard.

De todas formas, ha tenido que dejar todos sus proyectos, tanto con su compañía como con su padre, ‘stand by’, aún busca minimizar su condena, la que tilda de “excesiva”. Aún así, asegura que su casa televisiva lo ha apoyado por sobre todo. Y aunque en un principio se muestra reacio a hablar del tema, mientras la conversación fluye, se va soltando, de a poco.

-¿Cómo te han tratado en el canal (Mega)?
“Es mi segundo año en Mega, (antes actuó en “Porky te amo”) y es el único canal que me ha hecho crecer, me ha ayudado en mi carrera y me ha apoyado en mis problemas. Me siento en mi casa, muy cómodo. En “Fortunato” teníamos muchas ilusiones, estábamos muy motivados y creamos una relación de hermandad. Es donde mejor lo he pasado. La primera teleserie (“Tentación” de Canal 13) me costaba mucho aprenderme los libretos, porque soy un burro”.

-¿Tus compañeros de elenco te han apoyado?
“Absolutamente, se han portado un siete. Y me siento orgulloso. Sin desmerecer a nadie, creo que este elenco es lejos el mejor de todas las teleseries. Está la Mariana (Loyola), Bastián (Bodenhofer), Gloria Münchmeyer y suma y sigue. También Felipe (Braun), Luciano (Cruz-Coke), un tal Matías González. ¡Un elenco de primer nivel!” (se ríe).

-¿Y por qué ha bajado la sintonía de “Fortunato”, entonces?
“Es que somos principiantes, no tenemos los recursos de los canales más grandes. Además, durante el segundo semestre hay menos televisores encendidos, por el clima y el horario.
Pero no estamos mal porque le estamos compitiendo mano a mano a TVN y quizás para ellos sea un fracaso, pero para nosotros está bien”.

-Por la arremetida de “Lola”, entonces.
“Mega fue arriesgado, porque competimos con cuatro teleseries: la que estaba terminando y la que venía de TVN y lo mismo de Canal 13. Entonces hicieron buena estrategia para competirnos pero nosotros partimos con 23 puntos de rating y ahora “Lola” tiene unos 17 y nosotros unos 12 y TVN, 13. Obvio que uno siempre quiere que le vaya mejor…pero no está para nada mal”.

-¿Por qué el público prefirió “Lola”?
“Porque se sienten identificados y porque los grandes canales tienen públicos cautivos y nosotros estamos tratando de cautivar a las personas para que después nos elijan a nosotros”.

-Se te ve con la camiseta muy puesta.
“Que quieres que te diga... es algo que le sucede a todos. Acá me he sentido súper protegido siempre, por todas las cosas que me han pasado como joven y estoy muy agradecido. Quiero mucho lo que hago y como yo hay muchos que quieren hacer esto, también por algo personal. Nunca he entrado a ningún lugar porque me han llevado de la manito. A cada papel he postulado y he hecho castings, todo lo he logrado por mérito propio”.

-En ese sentido, éste ha sido un buen año para ti.
“Estoy agradecido de cómo me está yendo. No soy ni el mejor ni el peor, pero estoy contento, éste ha sido mi mejor año. No me lo esperaba, partí sin saber qué pasaría y estoy mejor parado y en todos los aspectos: en lo económico, en lo personal”.

-Tu personaje en “Fortunato” ha ido agarrando importancia, de a poco.
“Claro, mi familia es la protagonista y cada historia es importante. En “Porky te amo” también pasó que mi papel empezó a agarrar matices. Pero igual estoy cansado. Imagínate, tengo mi compañía de teatro, el show con mi viejo, estoy agotado. Fue un año duro e intenso pero estoy demostrando que no soy uno más, que me la puedo bien, que lo hago bien”.

-¿Sientes que confiaron en ti, aunque dicen que se te sale más lo ‘cuico’ que lo ‘flaite’?
“Puedo ser más flaite que cualquiera porque tengo mucha calle, por el skate he callejeado, he andado por todo el mundo con mis tablas. Y es la dirección la que se encarga en guiarnos. Larry Moe decía que yo e Iñigo (Urrutia) éramos inverosímiles. En la vida real soy de buena familia pero trabajamos bien para hacer los personajes. Ahora se sabe que somos nietos de la mujer millonaria de la historia. Quizás (a Moe) le hubiera gustado que fuera un erizo chico negrito, para que se justificara más. Salí ‘rucio flaite’, pero acuérdate que Tarzán venía de la realeza y se juntó con los monos y no porque viva en la selva va a ser un indígena chico, para nada. Hubo muchas opiniones apresuradas y a los personajes se les va agarrando cariño con el tiempo. No porque un solo día me vean van a decir altiro ah, este tiene pelo largo, es rucio e hijo del Coco, no poh, nah´ que ver. Hay que ver el desarrollo y podría ser 10 veces más flaite si quisiera”.

-¿Cómo te trata la gente en la calle?
“Cuando actuaba en “Tentación” me molestaban porque mi personaje se tenía que hacer cargo de una guagua. Después hice de borracho pero ahora hago de cabro bueno y la gente lo percibe y tengo buena empatía. También por todo lo que me ha pasado, tú sabes… (la condena). La gente ha solidarizado con eso y recibo buena onda de todos lados, de todos los estratos”.

-¿Tiene que ver porque eres el hijo de…?
“Es que mi viejo no es uno más, como yo. Es un personaje que traspasó todo lo que podía hacer un artista, es un icono. Jamás voy a querer diferenciarme o hacerme un paso al lado de mi papá. Hay gente que me conoce pero el gran cariño lo tiene él, por sobre todo. Y estoy súper orgulloso de eso”.

-¿No pretendes desenmarcarte un poco de él, como para brillar con luz propia?
“Es que yo no hago esto por brillar más o menos, el reconocimiento me lo dará el tiempo. Estoy súper orgulloso de ser el hijo de... pero me he esforzado harto para llegar donde estoy. En cambio, mi papá es un talento y cuando el esfuerzo y el talento se juntan se llama virtuosidad y eso es mi papá. Yo aún estoy en el esfuerzo y quizás no voy a llegar ni quiero llegar a ser lo que ha sido él. Pero sí me ha gustado trabajar en este camino y se fue dando solo, créeme que no lo he buscado. De a poquito, de menos a más, partí mal y ahora estoy bien, aunque quizás me encuentren malo pero yo lo hago porque a mí me hace muy bien, porque siempre he estado ligado a esto”.

-¿Es parte de tu vida?
“Claro, nací viendo a mi viejo arriba de un escenario. Si un papá es marino el hijo siempre estará ligado al mar. Y no tiene que ver con el humor, yo soy actor y disfruto lo que me está pasando y soy feliz de ser su hijo, no me complica para nada. Yo con mi skate, mi snowboard, mi tabla de surf y mi teatro, soy feliz, no necesito nada más”.

-Entonces, ¿no te molesta sentirte comparado?
“No, sólo me dan lata las mismas preguntas de siempre pero ya me da lo mismo”.

-Deberías asumir que, desde el principio de tu carrera, era un poco obvio que siempre te preguntarían por tu papá.
“Sí y me gusta, eso quiere decir que les interesa el trabajo de mi viejo. Yo, porque soy su hijo, me doy cuenta del trabajo que tiene. Se saca la chucha el viejo, tiene 60 años, es un “mostro” y te repito, estoy muy orgulloso. Me encanta estar a su lado, somos uno, nos amamos incondicionalmente, yo lo veo arriba del escenario y me derrito”.

-A él también le brillan los ojitos cuando habla de ti…
“Es que nos amamos, compartimos lo mismo. La única diferencia que tenemos es que él disfruta su tiempo libre andando en moto, yo surfeando, andando en skate y snowboard. Siempre hemos compartido ese espíritu de libertad que este tipo de arte te entrega, porque en cierta forma uno se expresa como quiere y se puede jugar mucho. Nos entendemos súper bien. Yo, como miles soy uno más, él no”.

-¿Qué más te gustaría heredar de él, aparte de la pasión por los escenarios?
“Me gustaría ser como él como persona, con su espíritu soñador y su lealtad, que es lo que se hereda. La pasión por los escenarios la he ido aprendiendo y queriendo, porque lo he pasado mal arriba. Hay veces que tengo un mal día y no me lo puedo sacar y transpiro y lo paso mal y hay otras que soy un ‘mostro’ y sé que la gente queda para adentro”.

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