Es el tema que está de moda. Todos apuestan a él como la gran solución a los problemas que presenta la educación y la competitividad en Chile y que pueden retrasar su ingreso al grupo de los países desarrollados.
Por eso, la innovación ocupa la agenda pública y privada y Jacqueline Plass, directora ejecutiva del
Foro Pro Innovación, no escatima energías intentando contagiar a todos los actores de la sociedad con la necesidad de apretar el acelerador a fondo en este camino.
El momento que se vive no deja de ser complejo. Se han levantado algunas críticas al actuar del Consejo de Innovación para la Competitividad que encabeza el ex ministro Nicolás Eyzaguirre que debe resolver el uso que se le darán a los recursos dejados por el ‘royalty’.
-Partiendo por lo básico, ¿qué se debe entender por innovar? ¿Uso de tecnología o ser ingenioso?
“En Chile, normalmente se comete el error de relacionar el término con la computación como si innovación fuera sinónimo de tecnología. Sin embargo, innovación se entiende como diferenciación - creación de valor - generación de utilidades, cuestión que se puede conseguir a través de un producto, de un proceso productivo o de una gestión”.
-La tecnología sería un instrumento.
“Absolutamente, es un instrumento que permite, que facilita”.
-¿O sea, se puede ser innovador sin tecnología?
“Sí, aunque ello es difícil. La tecnología facilita el acceso a los últimos conocimientos. En teoría, en todo caso, se podría”.
-¿Es lo que antes entendíamos como valor agregado?
“Sí, en definitiva quien se diferencia de su competencia con valor agregado, gana más. Y eso es lo que tenemos que hacer en Chile”.
-Entonces, ¿cómo estamos como país?
“Lentos… lo que pasa es que Chile ha tenido la suerte, de alguna manera, de haber dependido de la exportación de sus materias primas, es decir, exportamos el salmón o los rollizos de celulosa. Pero, ahora, si queremos volvernos ricos tenemos que dar el salto, hacer lo que hizo Finlandia que dejó de exportar materias primas y se volcó a producir el Nokia”.
-¿Nos jugó en contra porque nos comparábamos con el barrio?
“Absolutamente, a lo que se agrega que todo el mundo nos decía siempre
ustedes lo están haciendo muy bien porque hicieron una transición política estable. Es decir, desde afuera nos vemos como un país seguro, pero en materia de innovación nos hemos quedado atrás, no hemos hecho nada para diferenciarnos”.
Pero Jackie Plass no tiene una visión pesimista. Pone como referencia de los pasos que se están dando el proyecto de los Montanari llamado “Chile, potencia alimentaria” que apunta a innovar en el mercado del salmón y ya no enviar para afuera sólo el producto fileteado, sino que procesado de diferentes formas con salsas y especies.
-El ranking del World Economic Forum pone a Chile un lugar más arriba en materia de competitividad, pero al evaluar diversos factores, nos ubica más abajo en innovación. ¿No resulta contradictorio?
“Aparentemente sí lo es, pero lo que pasa es que el ranking que mide la competitividad, valora muchos factores, entre ellos, educación, tecnología e innovación. En todo caso, como proyección, el resultado en el ranking es muy malo, porque si queremos seguir avanzando y llegar al puesto 15 al 2018 o 20, tenemos que necesariamente avanzar en innovación -caímos del 40 al 45-, y educación, que retrocedió del 74 al 110.
“Puede ser que la estabilidad y otros factores siguen siendo preponderantes, pero como proyección, el resultado es muy malo. Estamos perdiendo un año”.
-¿En qué áreas se tiene que ser innovador?
“Nosotros, como Foro, identificamos algunas, como la infraestructura; ésta es fundamental para fomentar la innovación. Un país que quiere estar a la vanguardia no puede tener un 6% de penetración en banda ancha de 256 MB, ni siquiera de 1 GB que no supera el 2%. Si no logramos expandir la penetración de la banda ancha a un 30 o 40% nos vamos a quedar atrás y hay que tener presente que esto es clave para las pymes.
“También se tiene que innovar en educación. Hay que cambiar el concepto; mientras tengamos un profesor haciendo clases expositivas, donde la gran innovación que se ha hecho es brindarle el Power Point, no vamos a tener ningún avance. ¿Qué valor agregado le da el Power Point? Ninguna, sigue haciendo la misma clase, pero sin pizarrón. Lo mismo, con la incorporación de computadores”.
-¿La educación está muy ligada a este tema?
“Sí, establecimos que es necesario que desde la pre básica, no sólo se le enseñe a los niños nuevas cosas, sino que también se les encamine en el descubrir y en el fallar. Este es un tema que registramos en un estudio con instituciones extranjeras. Descubrimos que uno de los grandes lomos de toro que tiene Chile en materia de emprendimiento es que se le tiene pánico al fracaso, por lo tanto, el que reemprende no tiene ninguna facilidad, desde el punto de vista del entorno, para hacerlo cuando, en el mundo cualquier emprendedor exitoso ha fallado 2,5 veces”.
-¿Cómo es eso?
“En Chile fallaste una vez y quedaste en la lista negra de todos los bancos, llegaste al Dicom –y limpiar esos antecedentes te quita años-. Tenemos que crear un entorno favorable para el reemprendimiento en Chile, lo que implica, crear una disposición psicológica desde niño de volverse a levantar. Este estudio que hicimos buscó las mejores prácticas de reemprendimiento que habían en Chile y no descubrimos ninguna, no existen”.
-¿Y quienes son los convocados en esto?
“En esto concurren el sector privado, la academia, que está llamada a investigar, y el sector público, que debe establecer un marco regulatorio, las condiciones para que la innovación sea valorada y se fomente. Ahora, nosotros siempre hemos señalado que es el sector privado quien tiene que liderar el proceso de innovación, porque así ha sido en otros países del mundo; la inversión en investigación y desarrollo (I+D) tiene que venir de ellos.
“En los países desarrollados el 80% del gasto en I+D lo hacen las empresas; en Chile alcanza apenas el 10. Mientras no hagamos un cambio, ¿qué se va a hacer en Chile?”.
-Tenemos un Consejo de Ministros para la innovación y un Consejo de la Innovación. ¿Cómo están operando?
“Efectivamente, cuando el Consejo de Innovación fue creado por Lagos se percibió que había un impulso, pero hoy no vemos mayores avances. Se han dedicado, prácticamente durante 2 años, a teorizar, a ver dónde se van a gastar en un futuro los recursos del royalty y aún no se implementan una serie de cosas como los consejos público-privados para los ocho clusters (áreas) de mayor potencial de desarrollo que identificó el Boston Consulting Group.
“Esto está archi estudiado y por eso es que cada vez que se encarga un nuevo estudio para ver cómo ser más innovadores en Chile, la verdad, es que me angustio. Todo está definido, es cosa de implementarlo”.
-¿Y qué pasa con el Consejo de Ministros que preside Alejandro Ferreiro?
“Ahí se está trabajando. En él se expuso el estudio sobre la banda ancha y la importancia, razón por la que debe ser asumida como política pública. Pese a la polémica que se generó por el acuerdo firmado con Microsoft, el ministro firmó otro convenio con la empresa Cisco; o sea, Ferreiro, realmente, se la está jugando por este tema, no tenemos ninguna crítica que hacerle.
“Quien debiera estar haciendo el trabajo es el Consejo de Innovación”.
-¿El tema de la innovación pareciera ser más una materia de las elites?
“No sacamos nada con que, eventualmente la sociedad chilena toda teorice en torno al tema; ella, más que un decálogo del ciudadano innovador lo que tiene que ver son proyectos concretos donde se está innovando y generando retorno”.
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