El blondo descendiente de croatas cuenta que sus bisabuelos llegaron directo a Calama desde tierras yugoslavas, hasta que su papá decidió emigrar a la capital. “En todo caso no conservamos tradiciones pero sí quiero aprovechar de sacar la doble nacionalidad”.
Confiesa que, si bien le encantaría viajar al viejo continente para conocer más sus raíces, prefiere por lejos escaparse a parajes más bien tropicales, como Brasil. El país de las caipiriñas es su favorito y destino recurrente por lo que planea pasar unas vacaciones en familia por allá, un ritual que el clan Matulic repite año a año pero que por esta vez, dice, “invitaré yo a todos (entiéndase papá, mamá, hermano, cuñada y sobrino). ¡Alguna vez que tenga la opción de hacerlo!” Porque está claro que en cuanto a medios para hacerlo, ahora no tiene por qué quejarse.
“JP” explica que estudia ingeniería eléctrica en la Universidad de Santiago ya que las matemáticas y los números brotan por su sangre. “Soy matemático puro y por todos lados: mi papá es ingeniero comercial, mi hermano es ingeniero civil en transporte y mi mamá es profesora de matemáticas”.
Además de las cifras, otra de sus pasiones es la natación y el Taekwon-do. Nada desde que tiene uso de razón. “No tengo recuerdos de haberme metido al agua sin saber nadar. Hice tenis por mucho tiempo y me dio asma y como era gordo, tenía que buscar algún deporte que me hiciera bien”.
-Difícil imaginarte gordito.
“Fui muy pero muy gordo hasta los 15 años, ahora tampoco estoy taaan flaco, pero es que he tenido que dejar el deporte un poco de lado. Pero ya estoy tratando de volver a las pistas porque si no hiciera nada de nada sería un chancho. Es que soy demasiado bueno para comer, no tengo problemas con levantarme y hacerme un churrasco a las dos de la mañana”.
Por lo mismo, declara que el tema de las comidas, durante el encierro en “Pelotón”, se convirtió en su peor pesadilla. Comilón pero a la vez mañoso, en su estadía bajó considerables 11 kilos. “Imagínate, comer pata de chancho toda la semana, con cuero, pelos, ¡todo! Hubiera sido feliz comiendo arroz con pollo todos los días”.
-¿Y tú cocinas?
“Sí, me gusta cocinar. Hago asados al disco, comida china. También organizamos con mi polola noches mexicanas y le preparo tacos y siempre me reta porque me voy al chancho con la comida y cocino como para diez personas”.
-Llevan seis meses juntos pero prácticamente ya convivieron durante el encierro. ¿Existe algún plan de formalizar la relación?
“Lógico que me proyecto con ella, pero no podría convivir con alguien -en la vida real, digamos- prefiero casarme de una y pasar el resto de mi vida con esa persona así. Quiero salir de la casa de mis papás casado. Ahora, si ya voy por los 30 y no tengo una pareja estable, obviamente no seguiré viviendo con mis viejos, no es la idea, aunque ellos son muy generosos en ese sentido”.
-¿Y te gustaría casarte por la Iglesia y todo?
“Sí, de todas maneras, por Iglesia, con fiesta y todo, a la antigua, como corresponde. Y no es que sea un católico fervoroso, pero igual hice los sacramentos sin estar en un colegio católico (Manuel de Salas) y a veces me gusta ir a misa”.
-A la antigua… ¿tendrás algo de marido machista a la antigua también?
“No, para nada. Respeto a las amas de casa pero una mujer encerrada en la casa no lo soporto, ¡por favor que trabaje!”
-¿Cómo te verías como papá?
“Me gustaría tener cuatro, si estoy bien económicamente. Haría de todo, lo único que no podría soportar es cambiar pañales, ¡qué asco!”
-¿Vicio privado?
“Cocinarle cosas ricas a mi polola pero con un ‘caché’”.
- A ver, ¿cómo sería eso?
“Mmm, no sé, como ponerme sólo un delantal, cosas así. Hacerle un show, que sea todo un ritual, mezclar comida con erotismo (con tono vergonzoso)”.
-A propósito, tu polola es actriz y protagonizó unas candentes escenas en la serie “Infieles”, ¿qué sentiste?
“Fue súper fuerte y explotaron ese capítulo, la reventaron con eso y me dio pena. Pero es su trabajo y va dentro de un contexto y ya no haría ese tipo de papeles porque se dio cuenta que fue un error. Ella es súper pudorosa y todos deben pensar que es fácil llegar y desvestirse pero yo no puedo, no sería capaz. No se arrepiente, lo vio como un desafío, después no se sintió cómoda y no lo hará más y punto. Es como yo con el reality, fue difícil, lo hice pero no lo haría de nuevo”.