"Alrededor de un 87% de la piel está constituida por agua. Por eso, el requerimiento esencial para mantenerla hidratada es consumir entre 2 y 3 litros de líquido al día. Eso incluye también leche, sopa, té, café", explica la doctora Zegpi. "Otra forma es nutrir la piel, hidratarla con productos específicos, cremas, lociones, que tengan alto contenido de agua".
La especialista agrega que es muy importante aplicar los productos en el momento ideal. O sea, de 3 a 5 minutos después de la ducha. Así no queda en la superficie y penetra bien en la piel.
"Las aguas termales envasadas también son estupendas porque están altamente mineralizadas", comenta. "Las usamos después de los procedimientos dermatológicos, ayudan a disminuir la sensibilidad a nivel del rostro y descongestionan. También sirven para tratar quemaduras solares o térmicas".
Para saber si existe deshidratación, la doctora Emilia Zegpi recomienda hacer un pequeño pliegue en la piel, que debiera volver casi instantáneamente a su estado normal. Si no lo hace, quiere decir que es necesario hidratar. Y, en muchos casos, se debe pedir asistencia médica para lograrlo, por ejemplo, mediante suero.
"Una deshidratación puede darse como consecuencia de una gastroenteritis fuerte", agrega la experta. "Pero también puede darse como consecuencia de haber tomado mucho sol, o haber hecho ejercicio sin haberse hidratado".