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Una inyección orgásmica

El punto G es una zona erógena femenina que desde su descubrimiento, en 1950, ha provocado rechazo y frustraciones entre quienes dicen no encontrarla. Sin embargo, son muchos los expertos que acreditan su existencia e incluso potencian el placer que provoca en las mujeres mediante colágeno.

15 de Febrero de 2008 | 10:03 |
Es un lugar que, según los entendidos, garantiza una sensibilidad única en la relación sexual. Es el punto G, aclamado, desacreditado, aplaudido y menospreciado. Son muchas mujeres las que dudan de su existencia, mientras que son varias también las que aseguran tenerlo y disfrutar de él.

Sea como sea, “el punto G existe”, como asegura el sexólogo de la Universidad de Chile, Eduardo Ceruti. Está ubicado arriba del hueso del pubis, en la pared delantera de la vagina, y si se sabe estimular puede provocar una sensibilidad única en la relación sexual.

Eso fue lo que aseguró su descubridor, Ernest Grafenberg, por quien esta zona erógena se llamó punto G. Desde 1950, cuando presentó su hallazgo al mundo, ha dejado a varias mujeres frustradas con la idea de que carecen de este prometedor punto de placer, porque simplemente no lo sienten. De hecho, una de cada cuatro pacientes que asiste al consultorio de Ceruti, se queja de no experimentar orgasmos en sus relaciones sexuales. Para ellas, el punto G no existe.

Según Simón Dujovne, sexólogo de la Clínica Las Nieves, “hay mujeres que pueden tener más o menos desarrollada esta zona” y algunas “podrían tenerla muy escondida, por lo que sería difícil ubicarla y excitarla”.

Para estimular el punto G, el doctor aconseja hacerlo manualmente o a través de alguna posición en la relación sexual, que permita a la mujer estar sobre su pareja. “Si ella se echa hacia atrás, estando así, sería la postura perfecta”, afirma.

Reivindicando el orgasmo vaginal

Es triste, pero cierto. A las mujeres les cuesta más alcanzar el orgasmo. Ya lo reveló un estudio del 2005, hecho en Inglaterra. Ahí, la Universidad de Londres y la de Keele analizaron el comportamiento sexual de más de 4 mil gemelas, y concluyeron que un tercio de ellas casi nunca o jamás había experimentado un orgasmo. Además, sólo el 25% afirmó que lograba llegar al clímax sin la estimulación del clítoris, demostrando la importancia de éste en la satisfacción sexual de la mujer y la cuestionable existencia del orgasmo vaginal.

Aunque admite que el clítoris es el órgano más importante en la sexualidad femenina, el ginecólogo y cirujano vaginal de la Clínica Las Condes, Jack Pardo, dice estar completamente seguro de que es posible alcanzar el orgasmo a través de la vagina.

“¡Cómo no se podría!, si hay posiciones sexuales en las que el clítoris no tiene ninguna acción, como en la penetración desde atrás, y aún así la mujer logra llegar al clímax!”, exclama.

Una de las maneras de facilitar este tipo de orgasmo es aplicando la G-Shot, que es una inyección de silicona o colágeno que se infiltra en el punto G, para aumentar su volumen y así provocar una mayor sensibilidad, como lo explica Pardo.

El producto, creado por el célebre médico estadounidense, David Matlock, está especialmente dirigido a las mujeres que han tenido partos, ya que la G-Shot ayudaría a recuperar la sensación perdida por la ruptura de ligamentos y musculatura interna, a causa del alumbramiento vaginal.

La inyección aún no llega a Chile, pero Pardo asegura que dentro del plazo de un año podríamos contar con ella en el país. Según los estudios hechos por Matlock, el 87% de las pacientes que la han utilizado han visto acrecentado su satisfacción sexual. El producto tiene efecto por, a lo menos, cuatro meses.

Mientras, si se es parte de ese 30% que nunca o casi nunca ha experimentado el orgasmo y el prometedor punto G continúa perdido en el inexplorado cuerpo, no se debe perder la esperanza. “Existen muchos otros puntos erogénicos que le darán más sensibilidad a la mujer, por la facilidad de llegada que tienen, como las mamas, el clítoris, las manos y el monte de venus”, aconseja Dujovne.

Total, como dice Eduardo Ceruti, “nadie sabe de lo que se pierde, si no lo conoce”.
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