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Relaciones internacionales

Son varios los que fracasan y muchos más los que no se atreven, porque mantener una relación a la distancia no es nada fácil, a pesar de la existencia de internet. Pero como todo, otros triunfan y se sienten aún entusiasmados con sus pololeos a distancia.

04 de Abril de 2008 | 09:28 |
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“Amor de lejos, disfrutan los cuatro” o también “amor de lejos, amor de pendejos” son algunos de los dichos que surgen cuando alguien comenta que mantiene una relación con otra persona que, por distintos motivos, no se encuentra en el mismo país.

Pero los avances de la tecnología hacen pensar que mantener una relación a distancia hoy no es tan imposible como lo pudo ser cuando el único medio de comunicación entre un territorio y otro eran las cartas de amor que una pareja se enviaba y que antaño demoraban semanas en llegar con el cartero.

Webcams, mensajería instantánea y carriers que economizan la comunicación, han hecho las de celestinos para los que se ven en la dificultad de mantener el contacto con el ser querido. Pero, ¿basta con eso para mantener una relación amorosa?

Para Jorge (28) no basta, pero se puede. Desde hace un año que pololea con Andrea (28), una cantante lírica que en septiembre pasado tomó sus maletas y se fue a ganar experiencia musical a Francia. “Es cierto que hay cosas que con el tiempo se empiezan a olvidar… los cariños, los gestos. Pero qué mayor muestra de amor que dejar que la otra persona se realice por un tiempo”.

Es exactamente lo que comenta la terapeuta de parejas Ximena Santa Cruz, quien incluso explica que “la lejanía puede ser aprovechada para que cada uno se reencuentre con su proceso… Todo depende de la historia que tenga la pareja, que tengan un camino en común. Si no, es poco probable que se mantenga en la distancia”, asegura.

Pero otros no creen en esto del amor internacional y prefieren tomarse las cosas con más racionalidad, antes de sufrir con la distancia.

Pese a que han pasado cuatro años desde que se despidió de Jennifer en el aeropuerto de New Jersey, Fernando (25) se acuerda de ella constantemente. Apenas empezaron, acordaron que la relación duraría hasta el regreso de él a Chile. Fue como una larga y cruel cuenta regresiva, hasta el día de la despedida.

“La última imagen que recuerdo es bien triste. Después de dejarme en Policía Internacional, me di vuelta para mirarla. La vi de espalda, subiendo por una escalera mecánica, agarrándose la cabeza con las manos”.


“La distancia nos estaba matando”

Una encuesta hecha por el portal de dating Match.com reveló que tras preguntarle a dos mil 200 usuarios repartidos entre España, Francia y Alemania, el 68% de los solteros españoles y el 59% de los franceses cree en las relaciones a distancia, prefiriendo las experiencias puntuales con la pareja, antes que la rutina. Y no les importa que su pareja pueda incluso estar a más de mil kilómetros de distancia.

Pero fue precisamente un español, Sergio (28), quien le dijo a su ex chilena, Carolina (25), “la distancia nos estaba matando”, por messenger, como argumento fundamental del porqué terminaron hace unos meses. Es que ni los mails, ni las eternas llamadas por teléfono, contándose cada detalle de lo que hacían, pudieron evitar que tras unos meses los dos se sintieran amarrados a una relación de la que no podían disfrutar. ¿En qué fallaron?

“Es distinto hablar cosas cotidianas que las que realmente son importantes”, asegura Santa Cruz. “Lo mejor es contarse lo que se va sintiendo en la distancia, lo que cada uno va aprendiendo en la lejanía: cómo se han ido sintiendo mientras el otro no está… Ese es el tipo de conversaciones que debe haber, no lo que les pasó hoy”, ejemplifica la terapeuta.

Eso es lo que ha estado haciendo Javiera (25). Desde Alemania se conecta cada vez que puede por Skype para hablar con Gonzalo, su pololo chileno, al que tuvo que dejar momentáneamente mientras termina los ramos que fue a cursar al viejo continente.

“Obviamente, se producen muchas discusiones cuando uno queda de juntarse a hablar a una hora y el otro se atrasa por cualquier motivo: un taco, que no pasa el bus… Pero no creo que la distancia mate la relación si existe una fuerte amistad, que en el fondo es en lo que se transforma con los meses de espera. No lo puedes abrazar, no hay ratos románticos, pero puedes compartir y saber que sigues siendo pilar del otro y eso te alimenta para seguir con tu pareja”, cuenta Javiera desde Alemania.

Fernando prefiere no preguntarse si habría sido mejor seguir la relación con Jennifer. Es la mujer con la que más cosas ha tenido en común, pero dice que él no es lo suficientemente duro como para haber aguantado la distancia hasta un próximo encuentro.

Así quiso evitar lo que le pasó a Carolina, que al tiempo se enteró que Sergio llevaba una relación viento en popa con una mujer que, al menos, vive en su país. Según él, todo empezó después de haber terminado de pololear con la chilena, pero ella tiene dudas, cuando piensa en que sólo pasaron unas semanas antes de que el español recomenzara su vida amorosa.

“Cuando se trata de relaciones que se dieron de repente y se basan sólo en la atracción física, suelen presentarse casos de infidelidad. Así que, cuando la historia de la pareja no es muy profunda, es mejor que no se estresen, que prueben a separarse y ver qué pasa en el camino”, aconseja Ximena Santa Cruz.

Es duro; se aguantan las bromas de los amigos, que se compensan con horas frente al computador, a ver si la pantalla logra reflejar la sonrisa de la persona que queremos, y se vive con la ilusión de que tras el reencuentro todo será perfecto.

Esa idea mantiene felices a Javiera y Jorge. Otros, como Carolina, deberán desecharlas. Sin embargo, y pese a su desilusión, ella asegura que valió la pena intentarlo.

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