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“Estoy decepcionado de la clase política”

12 de Agosto de 2008 | 08:45 |
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En busca de la memoria nacional, Andrés junto a su compañía de teatro, “Versión Oficial”, elaboraron una pentalogía teatral, en la que celebran los 200 años del país, a través de obras llamadas por cada letra de la palabra Chile.

Así, en el 2006 se comenzó, en Matucana 100, con “H (versión libre de Hiroshima Mon Amour)” y en el 2009 vendrá “C (Ciudadano)” e “I (Indígena)”. Mientras que el 11 de septiembre de este año se estrenará “E (Ejército)”, que, como explica Andrés, “habla sobre todo lo que no son las glorias del ejército”, por lo que su personaje será “el soldado congelado”.

Ya el año pasado fue posible ver a Reyes interpretando a Enrique Krauss, en “L (La Oficina)”, obra inspirada en el Consejo de Seguridad Pública, creado en el gobierno de Patricio Aylwin, cuyo objetivo era desarticular grupos de izquierda que obstaculizaran el proceso de transición a la democracia.

“Me da bastante lata. Ya estoy bien enojado en ese sentido con los políticos, ya no les creo nada. Soy un tipo súper central, neutro, pero mi opinión es que estoy decepcionado de la clase política. Ahora, lo lamentable es que la misma gente lleve gobernando 18 años. No estoy diciendo que quiero que salga la derecha, pero tampoco quiero que estén los mismos que no han hecho nada”.

En “La Oficina” hay entrevistas a personajes que participaron o fueron testigos del tema. ¿Cómo fue el proceso de investigación?
“Cuando fuimos a preguntarles a todas estas personas que formaron parte o que están operando actualmente en el sistema político y en el Gobierno, dijeron que es un período de su vida del que no quieren acordarse… Y es algo que pasó no hace tanto tiempo. Entonces, uno empieza a decir: esto es un poco terrorífico.
“Pedimos entrevista por carta con todos y fuimos al Partido Socialista para hablar con Marcelo Schilling, que fue el gran operador de ‘La Oficina’, pero él no se manifestó por ningún lado. Jorge Burgos habló, pero cosas absurdas, como quitándole peso. Este fue un período muy poco transparente y se puede ver a gente que reprochaba la dictadura, pero operó de forma similar después, en una supuesta democracia. Nosotros pensábamos que nos iban a meter demanda… Todos cagados de miedo, porque tratamos de ser súper objetivos”.

-¿La pentalogía es a raíz de algún proyecto Bicentenario?
“Sí, pero personal. Se mandó al Fondart, pero como hay críticas directas a la Concertación, evidentemente, no nos dieron ni medio fondo. Pero Matucana 100 acogió el proyecto y nos prestó las salas”.

-Con esto se habla de teatro político. ¿Qué otro tema crees que sería importante recordar a través de un montaje?
“El teatro ya no va a movilizar gente para los partidos políticos. Entonces, lo que hay que hacer es agudizar la contradicción del individuo con algunos temas. Uno importante de rescatar sería el cómo se le vende la pomada a la gente de escasos recursos. Sin ir más allá, con algunas tarjetas de casas comerciales que no le piden ningún comprobante de ingresos a la gente, todo para endeudarla. Al final, los tienes en un sistema que no tiene vuelta y van a pique”.

Así piensa el mismo joven que trabajaba como garzón mientras estudiaba en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Fue en esos momentos cuando su mamá llevó a Francisco, el hermano menor de Andrés, a un casting para una teleserie juvenil de TVN: “Floribella”.

Francisco se quedó con el papel de Tomás Fritzenwalden, pero necesitaban actores para hacer de sus hermanos. Para suerte de la producción de la teleserie, daba la casualidad de que Francisco tenía un hermano actor.

“Cuando me llamaron para una teleserie juvenil, dije: ¿Yaaaa? (pone cara de circunstancia) Vamos a cachar igual”.

-¿Tenías muchos prejuicios?
“Un poco, cuando me hablaron del personaje que me iban a dar, fue como ’tú vas a hacer el personaje del feo’. ¿Yaaa? (repite la cara de circunstancia) Y bueno, dije, ¡hagámoslo! Me entregué a la cosa. Había que entrar de alguna forma y la gracia era no quedarse pegado en eso. Así que bien”.

Buen alumno, Andrés Reyes asegura que aunque era desordenado en el San Ignacio del Bosque, su promedio de notas era de 6 y que además ponderó 698 en la prueba. Decidió dedicarse al teatro, motivado por su profesor, Gilberto Ponce, que desde segundo medio le inculcó el interés por el arte.

Ha regresado a la casa de sus padres, después de vivir dos años junto a cinco amigos. “Tenían un despelote importante, que a veces no me quería bancar. Me di cuenta que necesitaba vivir solo, solo. Volví para buscar un poco de estabilidad, pero a final de año vuelvo a emprender el vuelo. Me las puedo arreglar solo. No cocino tan bien, pero puedo hacerme las cosas típicas. No te hago porotos con rienda, pero carne, huevo… Eso sí”.

¿Cuál es tu vicio privado?
“Dormir… ¡Heavy! Soy demasiado bueno para dormir. A veces duermo catorce horas los fines de semana. Trato de dormir siestas, también. Cuando puedo lo hago, pero en el verano son sagradas”.
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