En los deportistas de alto rendimiento, el deporte no es salud. La sobrecarga de ejercicios y competencia es un abuso para el cuerpo y la mente que llegan a espacios de depleción energética, más allá de los cuales acechan lesiones y enfermedades.
La competencia y la búsqueda de resultados son grandes factores de estrés para los deportistas, entendido aquél como tensión, una reacción interna, generalmente de adaptación, a raíz de un estímulo y que conlleva un gasto de energía. Existe una justa medida para esa tensión, necesaria para responder en la brega deportiva. Más allá, un exceso de tensión o estrés deja a los deportistas vulnerables a enfermedades y lesiones y, por supuesto, a un detrimento de su rendimiento.
Sabido es que en estados de agotamiento aumenta significativamente la probabilidad de lesiones Una de las mejores líneas de investigación fue la expuesta por Hans Selye (1946), quien demostró que el estrés está relacionado con la aparición de ciertas enfermedades en el proceso de adaptación del sujeto a los cambios del medio ambiente, y que él llamó Síndrome General de Adaptación.
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Se entiende en los deportistas como una tensión, una reacción interna, generalmente de adaptación, a raíz de un estímulo, y que conlleva un gasto de energía.
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Veinte años más tarde, Holmes y Rahe demostraron una relación evidente entre elevados niveles de estrés sicosocial y elevados índices de enfermedades y lesiones. Recientemente, en esta misma línea, se ha demostrado la relación entre altos niveles de estrés y alteraciones del sistema inmunológico. La Psiconeuroinmunología (PNI) estudia justamente eso. Borysenko (1984), Glaser (1987) y Kennedy (1988), entre otros, han investigado activamente, al punto de confirmarlo.
El Síndrome General de Adaptación y la PNI tienen claras proyecciones en el campo de la medicina del deporte, debido a que los atletas experimentan altos niveles de estrés que, entre otras cosas, comprometen la función de su sistema inmune. Y no sólo eso...
Por esto, los responsables de la salud de los deportistas -más allá del sujeto mismo- y sobre todo su entrenador, deben ser conscientes de estas premisas y evaluar los niveles de estrés de sus dirigidos. Hay que poner especial atención en aquellos deportistas con altas cargas de entrenamiento, en aquellos que entrenan y estudian o trabajan al mismo tiempo, en condiciones difíciles; o en los que muestran un cargado calendario de competencias.
En general, estos atletas están en situaciones de estrés y, por tanto, son más susceptibles a lesiones y enfermedades. Sin duda, el sobreentrenamiento es una fase final del Síndrome General de Adaptación, cuando ya hay deterioro orgánico y se pierde la capacidad de respuesta al estímulo, que en el caso del atleta es el entrenamiento. A menudo, el entrenador y el médico del equipo son conscientes de esta situación, cuando el deportista está "fundido", o sufriendo ya de lesiones crónicas.
Es en estos casos donde el equipo de trabajo del deportista debe saber llevarlo a un alto, si es que una gran lesión no termina por hacerlo antes. Aunque el tratamiento es el alejamiento temporal de la práctica.
Deportivamente, este enfoque es muy pasivoy existen técnicas para acelerar el proceso de recuperación, y para ayudar a evitar futuras recaídas. Un elemento importante es la distracción del deportista de su foco de competencia y superación, del tedio, dándole a entender que su descanso es parte del proceso.
Y que el entretenimiento es fundamental. Así, su descanso es un descanso activo, en el que se introducen juegos y prácticas deportivas no relacionadas con la suya y recibiendo energía como masoterapia, hidroterapia, ejercicios de respiración, entre otras, técnicas que le permiten aprender a entrar en estados de relajación profunda. Y restauración. La base para atender un cuerpo abusado.
