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Anticonceptivos masculinos made in Chile

Desde la década de los ’80, la OMS relanzó la idea de un anticonceptivo hormonal para hombres, pero aún no se ofrece un tratamiento definitivo. Mientras, en Chile hacen lo suyo, con estudios que esperan dar buenos resultados dentro de los próximos años.

17 de Septiembre de 2008 | 14:59 |
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En la década de los ‘50, el científico Carl Djerassi patentó la hormona sexual femenina de la progesterona como un anticonceptivo oral. Tras años de evolución en las dosis hormonales de la píldora, se logró que en los ‘60, por fin, se comenzara a comercializar.

No es de extrañar que la misma suerte esté corriendo el tan esperado anticonceptivo masculino, luego de que se haya planteado su creación en los años ‘60, idea que fue retomada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los ‘80, haciendo estudios que demostraron que los hombres sí querían asumir las responsabilidades de la planificación familiar.

A partir de entonces, en varios países se ha comenzado la carrera por encontrar el anticonceptivo de hombre más adecuado, como lo hace el laboratorio holandés Organon, que a través de hormonas que suprimen la producción de los espermatozoides, espera ofrecer una eficaz manera de controlar la fertilidad.

En Chile, la misma idea persigue, desde julio de este año, el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva (Icmer), con una investigación patrocinada por la OMS y la Agencia Internacional Conrad.

El grupo, que encabeza la bióloga Gabriela Noé, quiere reunir 50 parejas para comprobar los efectos anticonceptivos de un andrógeno “y una, entre comillas, progestina”, que serán suministrados a través de inyecciones, uniéndose así a los estudios paralelos que se realizarán en Alemania, Canadá, India, Italia, Gran Bretaña y Australia, y que, en total, reunirán a unas 400 parejas en todo el mundo.

“En este momento son dos (inyecciones), porque son dos hormonas que están inyectándose de forma separada, pero la idea es que vayan juntas, y en el futuro se espera que sea una inyección cada 2 meses (…) Para hacerlo comercial y masivo, ahí tiene que entrar la industria farmacéutica que se interese”, asegura la bióloga, quien agrega que “todavía no se ha encontrado el anticonceptivo masculino que sea administrable vía oral”.

Lo que producen estas hormonas, según explica la propia Noé, es disminuir la producción de espermatozoides, de manera que el hombre quede prácticamente infértil, situación que es reversible cerca de 3 meses después de que se ha abandonado el tratamiento.

“Se considera, por estándares de la Organización Mundial de la Salud, que un hombre fértil tiene, al menos, 20 millones de espermatozoides por ml. de semen y uno infértil baja hasta 1 millón de espermatozoides por mililitro. Lo que se persigue es que no se encuentre ningún espermatozoide, eso se llama: azoospermia”, explica.

Según Noé, en estudios anteriores, utilizando el mismo método y hormonas que la investigación que realizará el Icmer, “el 100% de los que usaron este tratamiento llegaron al nivel de 1 millón (de espermatozoides) por ml y, de ese 100, el 90% no tenía ninguno, de manera de que la probabilidad de que este método sea muy eficaz es muy alta”.

Los picados de la araña

Al sur de Chile, en la Universidad de la Frontera, el biólogo Fernando Romero junto al doctor Raúl Salvatici están “en la búsqueda de la aguja en el pajar”, como dice este último para explicar el trabajo que significa buscar la molécula precisa que sirva como espermicida, dentro del veneno de la famosa araña del trigo.

El proyecto, en el que se ha invertido más de un millón de dólares y que cuenta con el patrocinio del Fondef (Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico) y de Laboratorios Andrómaco, comenzó a principios de esta década, cuando los investigadores descubrieron que el veneno de la Latrodectus mactans, conocida en sociedad como araña del trigo, araña de poto colorado o viuda negra, podría ser utilizado para atacar los problemas de erección de algunos hombres.

Basta recordar que la picadura de esta araña produce en sus víctimas masculinas una dolorosa y prolongada erección, lo que se conoce como priapismo, por lo que se intuyó que entre las proteínas que conforman el veneno de este arácnido podría encontrarse una molécula capaz de hacerle competencia al mismísimo Viagra.

Pero la investigación arrojó también otros resultados, como que los componentes del veneno de la Latrodectus mactans posee un efecto anticonceptivo, al evitar por un corto periodo de tiempo que los espermatozoides tengan su capacidad de fecundar.

“Se han visto resultados in vitro, que muestran que cambia extraordinariamente el ph del espermio, y al pasar esto lo deja sin energía, prácticamente”, asegura Salvatici, quien también explica que de tener éxito en las investigaciones se podría comercializar el espermicida como un gel o un complemento de los anticonceptivos ya conocidos.

Tanto el estudio del Icmer, como el de la Universidad de la Frontera, se encuentran en desarrollo. El primero, espera lanzar los resultados definitivos en un plazo de 5 años, mientras que los investigadores de Temuco deben dar a conocer sus conclusiones en un año y medio más.
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