La muerte de un ser querido, que podría convertirse en un momento de unidad y apoyo entre los miembros de la familia, marca muchas veces el inicio de un calvario de enfrentamientos, acusaciones y rabias, por conflictos relacionados con la sucesión del patrimonio.
No es fácil evitar estos problemas. Si la herencia toca a varias personas, basta con que una de ellas tome una actitud hostil para que empiece la tormenta. Así, hermanos que parecían muy unidos pasan a acusarse mutuamente y hasta dejan de hablarse de por vida.
Para la psicóloga de la Fundación de la Familia María Teresa Sanhueza, es importante la transparencia con que se conversen estos temas, ya que en muchas familias el dinero es un tema tabú.
"Abrir la conversación permite que se vayan ajustando las expectativas que cada persona tiene en silencio sobre la materia, de manera de tener una información más realista, para evitar que después aparezcan emociones contenidas".
Una visión similar tiene el abogado experto en temas de herencias, Franco Brzovic. Según explica, es importante hablar del tema, pero sin entrar en muchos detalles. "Hay veces en que no es recomendable decir a cada hijo qué se le va a dejar, para no generar mayores conflictos. Y si, por ejemplo, todos están interesados en un bien, se puede dejar una cláusula en el testamento para que se realice un sorteo".
Según el experto, para evitar los conflictos familiares, lo mejor es dejar un testamento lo más detallado posible, un trámite que no cuesta más de $35.000 en una notaría y que es posible actualizar en el futuro.
De esa manera, la mitad de la herencia la recibe el cónyuge y los hijos, y la otra mitad se puede disponer para mejorar el porcentaje del cónyuge o alguno de los hijos. Mientras que hasta un cuarto de la herencia puede ir para un tercero.
Además, se puede consignar una serie de detalles específicos sobre los diferentes bienes y si surge una desavenencia en la familia la puede resolver un albacea.
Si no hay testamento, en cambio, la totalidad del patrimonio va para el cónyuge y los hijos, recibiendo el primero el doble de lo que reciban los segundos, por lo que muchas veces genera más conflicto.
Renta mensual
Otra modalidad para administrar el patrimonio, que según Brzovic resulta muy positiva, es la llamada Renta Vitalicia, que se encuentra en la actual Ley de Herencias. El sistema consiste en que los mayores le traspasan todo su patrimonio a sus hijos, quienes se comprometen legalmente a entregar una renta mensual por esos bienes hasta que sus padres fallezcan.
Este mecanismo es más conveniente para los mayores de menos de 65 o 70 años, ya que si la persona muere dentro de cinco años de implementado el sistema, no se materializa el traspaso y los bienes pasan a la repartición tradicional de herencias, incluyendo impuestos.
Una fórmula similar, pero sin mediar abogados, utilizó Ferrela Ghersi (70) con sus cuatro hijas. "Cuando teníamos 50 años con mi marido les traspasamos todo a mis hijas con el compromiso de que ellas se hicieran cargo de nuestros gastos. Fui muy criticada por algunas personas, porque el sistema no iba a funcionar, pero la verdad es que no hemos tenido ningún conflicto".
"Repartí la platería, muebles preciosos, los departamentos y hasta la empresa de turismo, lo que me enorgullece conservar en la familia", afirma.
También es posible realizar en vida traspasos, donaciones o incorporar a los descendientes en las sociedades, de tal manera que la herencia futura no tenga impuestos tan elevados.
El respaldo de una propiedad
El Gobierno ha estudiado la posibilidad de poner en marcha una novedosa fórmula para mejorar las jubilaciones. Se trata de la Hipoteca Revertida, mecanismo en el que el beneficiario hipoteca su casa recibiendo un dinero que mejorará sus ingresos, sin perder el derecho de habitar en ella.
Por ahora no hay luz verde respecto a este proyecto, que se espera se reproduzca en el futuro con el éxito que ha tenido en otros países como EE.UU., España y México.
Sin embargo, según explica Vicente Domínguez, director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, quienes poseen una propiedad en la actualidad pueden utilizar el sistema actual de leasing para vender la propiedad al banco y optar a adquirirla a plazo, para obtener una mejor liquidez.
Aunque ello es más factible para quienes no son muy mayores, ya que el sistema opera con seguro de desgravamen.
También se puede optar a vender la propiedad y cambiarla por una más pequeña, más apta a las necesidades de la tercera edad, y con la ventaja de quedar con efectivo.
Según Domínguez, una buena recomendación para los adultos mayores es dejar de lado el valor sentimental de la propiedad y atreverse a tomar decisiones como vender, que les puede aportar calidad de vida.
