“Mi público es como mi familia y no todos los artistas tienen la suerte de tener un público como el que yo tengo”. Para Joe Vasconcellos, la relación con sus seguidores es de total naturalidad, “ellos son los que me dicen si estoy gordito, si tengo que mejorar mi show, y esa gente maravillosa la encontré en Chile”.
Hace diez años que Joe graba sus discos solo, como él señala, “totalmente independiente”, se aburrió de que en la casa disquera a la que pertenecía hablaran de su carrera como un simple negocio, “no entendían que se trataba de algo tan mío, que mi música es parte de mi vida”. Desde ese día trabaja con Oveja Negra, sello chileno, como aliado.
Sin embargo, no ha sido un camino fácil, ya que sin respaldo, mantener un nivel de permanencia en los medios es tarea dura, “cuando me retiré del sello bajó la promoción y la exposición a los medios, o sea todavía hay gente que en la calle me pregunta ‘y ¿Cuándo va a sacar algo nuevo?´ no saben que después de “Vivo” hay más discos”. Es por esto que decidí armar la
página web y llamar a la gente a que vote, es una forma de acercarlos a lo que he hecho y que no conocen, además de hacerlos que participen en este aniversario que es tan importante para mí”.
Participó en la Cumbre del rock de este año y fue en ese momento en que se dio cuenta de la magnitud de la nueva música de Chile, “me pareció increíble, habían 50 mil personas divididas entre los diferentes escenarios que teníamos. Toda la música chilena tiene su público, los metaleros, los cantautores, las batucadas; todos tenían su público mirando y coreando a los artistas”.
-¿Haces coincidir el concierto con tu cumpleaños número 50, eso por qué?
“Yo creo que nunca me he celebrado nada. Hay bandas y artistas que se celebran los diez años, 15, años, 25 años, y ahí siempre tienen pretextos para volver. Yo nunca me he celebrado nada, pero creo que 50 años hay que celebrarlos. 50 años haciendo lo que más amo”.
-¿Por qué es tan importante para ti el disco “Vivo”?
“Fue un disco que yo quise hacer para poder documentar lo que realmente es un concierto en vivo, porque es muy distinto a hacer un disco en estudio. El sello no quería que hiciera un disco en vivo, así que comencé a montarlo solo, sin decirle a nadie. Hicimos un recital en el Teatro Caupolicán. Tuve que hacer tres horas de show dos días seguidos, o sea seis horas en total, de ahí se eligieron los mejores momentos para que quedaran en el disco. No sólo las mejores partes a nivel de canciones sino que a nivel de público. Al final, el disco fue una sorpresa, pero vendió muchas copias y la gente lo recuerda con mucho cariño”.
-¿Por qué decidiste venirte a Chile?
“Uno en la vida hace elecciones, en un momento que decidí venirme a Chile mis amigos me dijeron que estaba loco, ellos se estaban yendo a Nueva York porque apostaron por seguir su carrera Nueva York, yo aposté por Chile. Me siento muy feliz de estar aquí y quiero celebrarlo y creo que merece ser celebrado.
“En un momento de mi carrera estudié en el conservatorio, luego descubrí la percusión y eso me empezó a dar pega. Mi nombre es José, pero en Italia me pusieron Joe porque era más fácil para ellos. Justo en ese momento me puse a trabajar en la música como profesional, entonces lo mantuve casi como una cábala. En ese ir y venir vi a unos percusionistas de verdad tocar, eran cubanos y dije yo no sirvo para esto, mejor me dedico a otra cosa, y me puse a trabajar en navegación.
“Ahí conocí mucha gente, pilotos y oficiales de barcos que cuando venían de Brasil me traían música y discos, de esa forma yo seguía escuchando esta música.
“Después del golpe hubo una difusión de música chilena que yo no conocía, Víctor Jara, Inti Illimani; ahí empezó el hámster de la cabeza a dar vueltas más rápido, quería ser parte de eso. Yo compartía con mis amigos italianos el gusto por esta música, pero no la disfrutaban con ese sentimiento casi cebollento que sentía yo. A mi me emocionaba, me hacía llorar. Fue la música la que me trajo de vuelta a Sudamérica”.
-¿Crees que estos 50 años van a marcar un antes y un después en tu carrera?
“Mi carrera es un constante buscar ritmos nuevos, lo que pasa es cómo divulgar. Te diría que cuando yo llegué acá, hace 20 años, los únicos que hacían algo así, que mostraban el lenguaje del tambor, era De Quiruza, que ya existían, y yo vine a aportar un granito más del lenguaje afro. Pero no por sentirme negro o creerme africano, sino porque, como músico consideraba que el lenguaje africano aporta mucho a la música y la da sabor, le da aire y creo que lo hemos demostrado con el éxito del disco Vivo”.
-¿Ante todo eres un percusionista?
“Soy un percusionista que por necesidad debe tocar guitarra, pero me falta mucho para ser un buen guitarrista. Me considero un buen percusionista, o sea trabajé siete años en Brasil como tal con gente tan importante como María Creuza. Luego, ya en Chile, trabajé en el grupo Congreso. Creo que mi fuerte y lo que ha guiado mis pasos, mi suerte y fortuna ha sido el tambor. Mientras yo sea fiel al tambor, siempre me va a mostrar el camino y siempre va a haber cosas nuevas que hacer”.
-En Chile, podemos dividir tu carrera en dos etapas, primero cuando trabajabas con congreso y luego cuando volviste de tus siete años en Brasil ¿Qué es lo que más te ha gustado?
“De Congreso, primero que nada, vivir en Valparaíso, ser un habitante de la V Región, sin haber pisado Santiago, o sea yo me bajé del avión y me fui a la V Región, me considero un habitante de esa región. Venía a Santiago y me perdía, no sabía cuál calle era cuál, era bien provinciano. Yo venía de Génova, un puerto muy lindo de Italia, una ciudad muy pequeña, entonces para mí llegar de un puerto, llegué a una ciudad con características muy similares a lo que conocía. De hecho la única vez que he vivido en una ciudad que no es puerto es cuando me vine a vivir a Santiago. Lo bueno de los puertos es que te da una posibilidad de conocer gente de todos lados”.
-Participaste en la Cumbre del Rock, ¿Qué te parece la música chilena nueva?
“Me parece muy válida. Es excelente que hayamos tenido 81 bandas que yo no conocía y que no tenía por qué conocerlas. Fíjate que nosotros somos el único país en Sudamérica que no tiene una revistita de música, existe la Rolling Stone pero es una revista que lleva un parámetro y cuento propio. Pero nosotros no tenemos revistas de música, da lo mismo que sean mantenidas o no por los sellos, pero algo que diga la banda de los tales son más metaleros, que los otros son del death metal. Si no es a través de internet o de algún canal privado que a veces pone estas cosas, uno la verdad es que está perdido. Lo que más me emocionó fue haber visto a más de 50 mil personas. Yo conozco el Club Hípico y estaba bien llenito. Había de todo, estaban los metaleros, los dos escenarios del rock, los cantautores, tenemos para todos los estilos”.
-¿Te parece que estamos avanzando en materia musical?
“Ahora viene el jazz y tenemos mucha gente que hace buen jazz. Tenemos un espectro musical en nuestro país que creo que, sinceramente, no nos podemos farrear. O sea, nos farreamos el medio ambiente, nos farreamos la cultura, nos farreamos nuestra amistad y nos farreamos la juventud. Pero creo que hay gente que está haciendo cosas muy buenas. Hay grupos que surgieron de los primeros pasos de las batucadas en Chile como Afroandino, pero que no se quedaron ahí, sino que se fueron a vivir a África para saber cómo era en verdad, ellos han traído un conocimiento que ayuda a completar y darle dignidad al tambor, porque somos un país que hace muy poco empezamos a tener una relación con este ritmo”.
-¿Qué proyectos tienes más allá del nuevo disco?
“Tengo muchos proyectos, tengo muchas ganas de celebrar mi relación Chile- Brasil, es una forma de homenajear a mi padre, a mi madre, homenajear a Chile y homenajear a Brasil, y qué mejor forma de mostrar no sólo los ritmos. Para mi Brasil es mi padre, es la fuente de la armonía, de mi música, de mi melodía, por eso, me gustaría mucho hacer un disco para homenajear la samba, para que la gente sepa lo que es, que es la tristeza más profunda pero expresada de la forma más alegre posible, pero ¡qué bonito poder exorcizar la pena de esa forma!
“Quiero poder invitar a participar a personas que han sido muy importantes en mi vida, como Milton Nacimiento, María Creuza, Chichi Peralta, Alejandro Lerner, o como el mismo Fito Páez.
“De Fito siempre guardo una frase de una de sus canciones: “cuando los satélites no alcancen, yo vengo a ofrecer un corazón”, o sea yo quiero mantener un corazón vivo antes de que se vuelva de piedra. Por lo mismo, cumplir 50 años y haber tenido tantas banderas de lucha, creer y creer y seguir creyendo a muerte es ofreciendo ese corazón. Creo que estamos ad portas de que los satélites no alcancen.
“Por eso a todos los jóvenes que creen en el amor, en la paz y en la ternura y que quieren ver a sus hijos crecer de una manera sana, yo les digo prepárense, preparen sus corazones porque el planeta lo va a necesitar”.
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