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Cuando él se desviste

El underwear de los hombres ha evolucionado desde lo más antiestético hasta ajustadas telas de algodón que resaltan su figura cuando ellos se sacan la ropa.

15 de Julio de 2009 | 09:49 |
El calzoncillo largo y fofo fue el rey del antiguo régimen de la ropa interior masculina. Mientras las mujeres gozaban, al menos, de la estética del corset, el hombre debía hacer lo que podía para impresionar a su enamorada estando en paños menores, sólo con un pantaloncillo suelto y blanco que le llegaba hasta abajo de las rodillas.

Pero bastó una provocadora foto de unos bañistas con un magro traje de baño en la Riviera Francesa, para que un diseñador de Jockey -empresa que vendía las prendas largas y fofas- ideara un calzoncillo más estético, agregándole al modelo de la fotografía una abertura en forma de i griega, y revolucionando así el mercado underwear en 1934, con la aparición del slip, la ropa interior masculina más vendida de la historia.

Hoy, mientras marcas como Armani destinan millones en campañas publicitarias de su línea underwear, con rostros como David Beckham, la oferta de ropa interior masculina se ha diversificado, permitiendo a la figura del hombre destacar y lucirse más, entre los diseños, colores y texturas.

A los ya clásicos Calvin Klein, se les han agregado marcas como Dolce & Gabbana y Dirk Bikkembergs -con su llamativa colección Bikkembergs Gold- que aportan estilo a esta prenda tan noble, en sus variedades de slip, boxer y boxer ajustados. Incluso hoy se puede encontrar colaless masculinos con pretinas y telas traseras tan delgadas como los de una bailarina de axé.

“Definitivamente, lo que está más de moda es el slip y el boxer ajustado, hechos de algodón elasticado, con pretinas importantes”, cuenta el asesor de moda y diseñador Sergio Arias.

El papel de la mujer en compra de calzoncillos es muy protagónico. Por un lado, es bastante frecuente que ella sola le compre a su pareja, y por otro, ya sea él o ella el que adquiere la prenda en una tienda, se mantiene siempre un objetivo: que el hombre se vea bien al desvestirse, como explica el diseñador.

“La mujer prefiere el boxer apretado, mucho más que el slip. Ahora existen unos mucho más atractivos, apretados, con una bonita pretina, que obviamente lo hace mucho más varonil y sexy a la hora de sacarse los pantalones”, cuenta Arias, quien relega a casi los últimos lugares del ranking de ropa interior masculina a las zungas, por incómodas, y a los clásicos slips que en Chile rememoran la invención de 1934 en su esplendor –en versiones celeste, blanco y “carne”-, por carecer de connotación estética.

¿Un tema banal? El año pasado, Jeremy Paxman, uno de periodista más temidos y famosos por su rigurosidad en Inglaterra, decidió enviarle un correo personal al consejero de Marks & Spencer, la marca que provee de ropa interior a uno de cada cinco británicos, alegando porque “sus calzoncillos no dan un sostén adecuado”, un tema -junto al de que los calcetines se rompan con facilidad- “de gran preocupación para los hombres de Gran Bretaña”.

Pantys y sostenes, aunque sin “push up”

La evolución de la ropa interior masculina no sólo ha permitido que en el mercado se encuentren diversas versiones de calzoncillos con muchos diseños y telas. Hoy es posible, incluso, adquirir un buen sostén para hombres e incluso pantys con varios motivos y colores.

Cerca de ocho mil personas discutieron una noche en un foro acerca de lo conveniente del nuevo producto de la tienda WishRoom en Japón: un sostén masculino.

Por unos 30 dólares, era posible adquirir por internet esta prenda, que tan sólo en sus primeras dos semanas de lanzamiento se vendió en 300 unidades.

En el caso de las pantys, existe un sitio (E-mancipate) dedicado a fomentar su aceptación “como si fuera ropa normal” de los hombres y enseña sus productos, las “Mantyhose”, en una variedad que incluye pantys de mil diseños y hasta transparentes.

“Imagínate la comezón”, comenta Sergio Arias al ser consultado acerca de esta novedad y recordando la generosa vellosidad masculina.

“Lo encuentro absolutamente antiestético. (El sostén y las pantys) no tienen ninguna connotación masculina. Es como si usara un corset. El tema de la ropa interior va muy relacionado a la hora de querer conquistar a la pareja. De qué estamos hablando”, critica el asesor de moda.
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