Un mayor número de chilenos está dispuesto a trabajar más horas por más sueldo, mientras que un menor número de personas está dispuesto a quedarse con la misma jornada actual y el mismo sueldo.
Así lo refleja el tercer Barómetro Laboral emitido por ComunidadMujer, DataVoz y la OIT que también da cuenta de que los chilenos que están en el mercado formal tienen una mayor inclinación a trabajar más horas por un mayor sueldo (49% los hombres y 39% los mujeres) y poca disposición a tener cierta flexibilidad laboral si ello significa perder beneficios previsionales.
Al respecto, los expertos se plantearon si está tendencia de los chilenos a trabajar mucho decía relación, quizás, con el hecho de que el problema está en que los salarios son bajos.
Asimismo, la encuesta realizada entre marzo y abril de 2011, hace un cuestionamiento al sistema de capacitación que se aplica en el país, donde parte de la fuerza laboral se perfecciona de acuerdo a las necesidades de la empresa y no de las demandas del mercado laboral, fue una de las conclusiones derivadas del estudio.
El tercer Barómetro Laboral en esta oportunidad se abocó a los trabajadores que se encuentra bajo un sistema de contrato formal, pero que excluye el servicio doméstico, porque lo que se buscó determinar en esta oportunidad son las posibilidades de ascenso y de capacitación que se tienen.
Los datos señalan que el porcentaje de chilenos que están dispuestos a trabajar más horas por más sueldo ha crecido entre 2007 a 2011, siendo en el caso de los hombres de un 39% a 49% y en el caso de las mujeres de un 33% a un 39%. Igualmente, las personas que quieren mantener sus actuales condiciones ha disminuido entre igual período. Si en 2007 un 53% de los hombres quería mantener su jornada y sueldo igual, hoy sólo son un 41% piensa lo mismo. En el caso de las mujeres bajaron de 55 a 54%.
En este sentido, Andrea Betancor, jefa de estudios de ComunidadMujer, relevó que un alta porcentaje de chilenos, (un 84% de las mujeres y un 82% de los hombres) declara preferir un trabajo con contrato formal, aunque sea rígido, en lugar de un trabajo flexible en que el trabajador deba pagar sus cotizaciones.
Respecto del tipo de flexibilidad que prefieren, más del 50% se inclinó por la posibilidad de escoger el tipo de jornada, seguido por la posibilidad de elegir el lugar de trabajo. En tercer lugar quedó la posibilidad de elegir el horario de entrada y salida del trabajo.
Llamó la atención de este estudio el hecho de que tres de cada 4 trabajadores se declara satisfecho o muy satisfecho con su trabajo, cifra que se eleva según el nivel educacional.
Y también surgió el dato de que en los últimos tres años, ha crecido el porcentaje de trabajadores que cree que tanto hombres como mujeres tienen iguales oportunidades de lograr un ascenso.
En materia de capacitación, menos del 40% de los entrevistados dijo haber recibido algún curso de capacitación en los últimos dos años. Cabe destacar que en el caso de las mujeres la cifra de capacitadas ha crecido de un 24 a un 38% desde 2007 a la fecha, pero lo cierto es que uno de los problemas mayores que se detectan es que 2 de cada 3 trabajadores aseguran no haber accedido a este beneficio porque no se lo ofrecen en su empleo.
En este acápite surgió el cuestionamiento sobre si el sistema de capacitación que se está aplicando es el conveniente o si se debe recurrir a una reforma profunda del sistema Sence.
Considerando que el estudio se realizó después del anuncio del Gobierno respecto del proyecto de ley de post natal, se verificó la disposición de los hombres a ocupar las 6 semanas que la mujer puede traspasarle y se verificó que un 71% de los hombres está dispuesto a utilizarlo. Asimismo, un 54% de las mujeres estaría dispuesta a ceder esas semanas a la pareja, siendo mayores los porcentaje entre las trabajadores que tienen mayor nivel de estudio.
El tema de conflicto en este punto es que el 60% de las mujeres dice que su pareja gana más que ellas, y eso sería un problema a la hora de que los hombres se tomaran las semanas de post natal.
Otro antecedente que corrobora los datos recogidos en los dos Barómetro anteriores, es que las mujeres siguen teniendo una alta sobrecarga de trabajado doméstico, con el cuidado de los niños y el manejo de la casa. Ellas siguen señalando en un alto porcentaje que las tareas de cuidado las realizan sin el apoyo de la pareja.
Este punto fue singular pues el economista Harald Beyer llamó la atención a la suerte de contradicción que se produce entre la disposición de los hombres de quererse tomar el post natal, pero ayudar poco en las tareas de cuidado. Agregó que estudios internacionales señalan que los hombres se toman este período de cuidado del lactante cuando coincide con algunas actividades extraprogramáticas que son de su interés.