Además de una buena alimentación y ejercicios, los nutricionistas van a tener que agregar “dormir bien” a las recomendaciones básicas para bajar de peso. Esto porque investigaciones recientes apuntan a quienes duermen poco serían propensos a consumir mayor cantidad de comida chatarra que quienes de verdad descansan.
Un primer estudio hecho por la Universidad de Nueva York realizó una encuesta a 12 mujeres acerca de sus hábitos de sueño y de alimentación, además de llevar un diario de siete días en el que detallaban cuántas horas dormían en el día y cuánto comían.
El resultado preliminar indicó que las participantes que presentaban problemas de sueño eran más propensas a consumir comida procesada o en restaurantes que las que no reportaban esta clase de percances.
Un segundo estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud, de EE.UU, el Centro de Obesidad de Minnesota y la Clínica Mayo, indagó más sobre el tema y determinó cuántas calorías más se consumían si se pasaba una mala noche.
Los investigadores supervisaron a un grupo de 17 adultos jóvenes por ocho noches. La mitad de los participantes durmió la cantidad considerada normal por los especialistas, mientras que el resto sólo descansó por dos tercios de ese tiempo.
Los primeros resultados indicaron que el grupo que durmió menos consumió, en promedio, 549 calorías más durante el transcurso del día siguiente, aunque no se reportó mayor o menor gasto energético en ninguno de los dos grupos, por lo que dormir más de lo normal no ayudaría a bajar de peso, pero si a evitar un alza.
Uno de los doctores que trabajó en el reporte, Andrew Calvin, declaró durante la Sesión Científica 2012 de Epidemiología y Nutrición de la Asociación Americana del Corazón, que los problemas de sueño se están incrementando, ya que “un 28% de los adultos están reportando dormir seis horas o menos”.
Para Giselle Muñoz, nutricionista de la clínica Las Condes, el sueño es parte importante de una dieta saludable, puesto que advierte que el mal dormir también lleva a las personas a caer en la tentación del “refrigerio de medianoche”.
“El hecho de dormir poco hace que muchas veces realicemos colaciones nocturnas altamente calóricas, las cuales no se usarán como fuente de energía para alguna actividad física y van directamente a la reserva”, afirma.
Muñoz también apunta que el ritmo de vida de la sociedad actual es lo que ha llevado a muchos a empeorar su horario de descanso, y llama a respetar la recomendación de ocho horas de sueño diarias, especialmente en los niños. Dormir no sólo incide en nuestra alimentación, sino también incide en una adecuada función hormonal.
Como recomendación, para evitar pasar una mala noche, la nutricionista sugiere cenar aproximadamente a las 20:00hrs. Según la especialista, esto ayuda a tener una mejor digestión, que a su vez hará que el sueño sea más reponedor.