“Te mentí, él no es tu padre”, suena una voz temblorosa que revela la verdad dolorosamente anquilosada en el corazón de una madre que, por temor y horror frente a un affaire mal visto, revela a su hija que quién cree que es su papá, no lo es.
Podrá sonar a teleserie mexicana y hasta venezolana, pero no. Un secreto de familia, como éste es más común de lo que se cree. Los secretos que se guardan por años son como un dolor sordo, que se enquista en una persona que apesadumbrada por las circunstancias opta por el silencio en vez, decir la verdad de un suceso.
Es que a veces la vida pesa y enfrentarla se hace cuesta arriba, sobre todo cuando el “problema” , está relacionado con fuertes emociones, que se dan al interior de un núcleo familiar. Es que las familias son intensas. ¿O no?
“El mundo familiar es mucho más expresivo de sentimiento negativos, en comparación con personas más distantes, como tu jefe, por ejemplo. Esto ocurre porque la familia es un contenedor de emociones intensas y donde más mostramos lo que sentimos”, explica Karin Fouchs, psicóloga de la Clínica Ciudad del Mar.
Añade que una situación de esta naturaleza dentro del núcleo puede tener consecuencias profundas y dejar huellas, que en una relación de amigos, porque acá el compromiso con la otra persona es mayor. “Hay sentimientos como mamá, mujer, la autoimagen y autoestima que se ponen en juego. Son muchas emociones al mismo tiempo”.
¿Por qué se oculta?
Las causas son variadas pero influye fuertemente, resguardar la estabilidad familiar, según la psicóloga y porque se cree que la desinformación significa menos conflicto.
“Se cree que al no enfrentar situaciones dolorosas, reconocer que hiciste algo incorrecto, que cometiste un error o que tuviste una relación amorosa que no quieres compartirla con tus hijos porque crees que no tienen que saberlo vas a mantener estable a tu familia”, detalla.
Sin embargo, afirma que en un 99% de los casos, la verdad sale a flote. “Y que un hijo descubra que le han mentido sobre quién es su padre puede ser muy doloroso y difícil de asumir. Mucho más que haber sabido la verdad desde pequeño y no en la adolescencia o juventud, cuando los hijos son más críticos respecto a la actitud de los padres y tienen que reeditar su vida a partir de ese momento”, acota.
Para el psicólogo Miguel Ángel Serrano de Clínica Dávila, las causas se deben a querer mantener una imagen a nivel social.
“Hay un miedo a tener que enfrentar la reprobación social, la vergüenza, el estigma y en casos específicos es para proteger y protegerse de una gran tristeza”, afirma.
El mecanismo, comparte la psicóloga Fouchs, es reprimir y ocultar la verdad en una actitud evasiva, al evitar una situación que se cree que es peor que la misma realidad.
Otros secretos que ocultar
El suicidio, la muerte de un hijo, situaciones de infidelidad, violencia psicológica, física, son algunas otras situaciones que se tornan tabú y desaparecen de la lista de temas que fluctúan en las conversaciones familiares.
Todos ellos son secretos que se guardan bajo siete llaves por temor, como dijo la psicóloga.
Pero muchas veces para restablecer una verdadera paz y comunicación en la familia será necesario hablar y poner sobre la mesa esos temas espinudos.
“Lo ideal es poder tener la instancia para darle un significado distinto al interior de la familia y en vez, de desatar el caos, lo que sucederá que la familia saldrá fortalecida”, añade el psicólogo Miguel Ángel Serrano.
Promueve que, al revelar la verdad o abordar un tema conflictivo se haga con cierta naturalidad, quitándole dramatismo al dolor y la vergüenza. Errar es humano, aunque duela y reconocer las responsabilidades puede engrandecer, sanar y hasta amortiguar cualquier sea el impacto.
“Al enfrentar el caso de una paternidad oculta, primero hay que trabajar con los padres para resignificar sus miedos y dar valor a la historia de la familia”, aconseja.
Y si los niños son pequeños, dice, habrá que ir respondiendo con la verdad las preguntas que hacen y no decir más que solo lo que inquieren, ya que con el tiempo la situación se aclarará.
Por tanto, para salir de los secretos de familia será fundamental reformular lo sucedido y para ello, tal vez sea mejor contar con una tercera persona que ayude a liberar aquello que se ha ocultado por largo tiempo y no se ha querido mirar. Es que siempre será tiempo para hablar con la verdad adelante y mirándose a los ojos.