PARÍS.- Corsets, escotes y atrevidas transparencias: la moda perfecta para ser amado por el mundo entero.
En realidad es un motivo poco frecuente para sumergirse en el mundo de la moda de alto standing. Pero precisamente así es él, Jean-Paul Gaultier: inclasificable, siempre original.
"A través de eso puedo ser amado", comentó el diseñador hace pocas semanas. Y ahora lo es más que nunca. El ex "enfant terrible" de la moda, que el 24 de abril cumplió 60 años, está en el cénit de su carrera.
Madonna le encarga sus diseños al partir de gira y Lady Gaga lo tiene en alta estima, algo que parece mutuo pese a que el gran maestro opina que la excéntrica cantante no es ningún icono de estilo. Gaultier ha elegido el oficio justo.
Las celebridades hacen cola para asistir a sus desfiles y él, pese a la crisis, sigue bien posicionado en el negocio. "Hay muchas casas que pierden con la alta costura", comentó el diseñador al ser entrevistado por el "New York Times".
En lo que a su caso respecta, aseguró no ganar nada, pero tampoco perder. Para Gaultier lo importante es seguir confeccionando ropa, para las estrellas del espectáculo y para todos los que puedan darse el gusto de adquirir sus productos.
Y no son pocos. Tras 36 años, su lugar en el olimpo de los modistos está asegurado. "Sol naciente" o "Pool party" son sólo algunos de los cautivandores nombres que ha dado a sus creaciones. No hay un vestido o falda que sea igual a otro. Sus cortes lindan con el arte, y eso pese a que jamás aprendió el oficio en un estudio.
Gaultier creció como hijo de un contador y de una cajera en las inmediaciones de París. Y supo desde bien temprano lo que quería. De joven enviaba sus diseños de moda a los grandes modistos. El primero que descubrió su talento fue Pierre Cardin, que lo contrató en 1970 como asistente.
A partir de entonces, todo fue como en un cuento de hadas. A sus 24 años ya estaba presentando su propia línea y en 1978, sólo dos años después, fundó su famosa casa de modas. El francés siempre mostró una gran necesidad de sentirse amado. Sus creaciones apuntan tanto a lo masculino como a lo femenino.
Dese 2004 hasta 2011 diseñó la línea femenina para Herms, y en el sector de los perfumes sacó un clásico tras otro al mercado. Con su pulóver de cuello alto y sus cabellos platinados, Gaultier ha llegado a conseguir todo lo que se puede pretender alcanzar en el mundo de las vanidades.
Sus creaciones no son sólo para llevar puestas, sino también objetos de exposición: algunas de sus prendas están siendo exhibidas en el Museo Young de San Francisco, tras haber llegado de otra entidad similar de Montreal.