“La energía kundalini del planeta se trasladó desde los Himalayas a Los Andes, donde Chile tiene la disposición energética y espiritual para el cambio. Se siente en la vibración, una cantidad de energía que te inspira a hacer las cosas de una manera fresca, innovadora”, fueron las primeras palabras del doctor Todd Ovokaitys al inicio del Seminario “Coro Lemuriano” que se realizó en Santiago. (www.aquasymterra.com)
El doctor norteamericano tiene un amplio desarrollo científico. Se especializó en medicina interna, pulmonar y cuidados intensivos en la Universidad de Georgetown y desarrolla investigaciones que buscan tratamientos alternativos para el cáncer y el VIH, en la Universidad de California en San Diego.
Pero también es un buscador de sistemas para la curación física y espiritual. En esa línea de convergencia, creó la Gematria, un programa de suplementos nutricionales basado en fórmulas antioxidantes que son potenciadas con un sistema láser, que según prometen, optimiza el funcionamiento de las moléculas y ayuda a retrasar el envejecimiento.
“Esta tecnología nos permite incrementar el poder sanador de la botánica y hemos tenido excelentes resultados en la regeneración de tejidos. Por ejemplo, en África hemos podido revertir en algunos casos el Sida, la malaria y otras enfermedades y estamos planificando iniciar un nuevo programa para la cura de la Diabetes”, señala.
Sin embargo, en su gira por el continente latino, vino a enseñar una nueva técnica de sanación física y espiritual llamada “Los Cantos Lemurianos”, que de acuerdo a lo que explica, complementa su sistema y afán por “transformar la salud, el bienestar a nivel global y llevarlo a un nivel donde se pueda explorar el verdadero potencial humano”.
La técnica consiste en cantar o vibrar 24 resonancias, tonos que indica, pertenecen a un ritual anual Lemuriano ancestral, nombre con que se conoce a un supuesto continente que se habría hundido en forma anterior a la Atlántida.
El doctor comenta, asombrado, que hace un par de años, cuando fueron vibrados oficialmente en la isla Maui hubo un cambio en la vibración del planeta. “Es que pasaron 26 mil años en silencio”, indica.
La mítica Lemuria
Aunque cueste entender, Todd Ovokaitys dice que estos tonos fueron canalizados o recordados por él mismo. El proceso, lo inició el 2001 y fueron diez años los que estuvo investigando hasta que el 2010 pudo entender a cabalidad el propósito y utilidad de estas resonancias.
La revelación sucedió en un encuentro con el famoso canalizador esotérico Kryon o Lee Carroll, quien explicó a Todd que eran estos tonos y la utilización que iban a tener.
Según esta experiencia, hoy puede decir que sabe que los tonos pertenecen a una práctica sagrada que tonifica y activa la glándula pineal, creando profundas experiencias expansivas, según se lee en la web oficial www.lemurianchoir.com.
“Kryon sorprendió a Ovokaitys al identificarlo como Yawee, un sumo sacerdote en los tiempos de la antigua Lemuria y el maestro de coro, que desarrolló los tonos y dirigió el coro en su antigua ceremonia ritual anual”, detallan.
Por tanto, certifican que los 24 tonos pineales que enseña, provendrían de la legendaria Lemuria. Para entenderlos mejor son descritos como resonancias vibratorias que se emiten con la voz y producen estados de profunda paz centrados en el ser, reducen el estrés.
Ovokaitys afirma que también activa la capacidad intrínseca del cuerpo para curar y rejuvenecer. Además, promueve la apertura de las vías internas de percepción, mejora la intuición y expande la consciencia.
Los efectos
"Esotéricamente, se cree que las tonalidades tienen una estructura armónica inter-dimensional que crea luz dentro de su campo de ADN y un patrón que puede ser visto por un motor cuántico”, explica Kryon.
En palabras del doctor, esto significa que estos tonos permiten la conexión con dimensiones más altas y desbloquean habilidades humanas. Menciona, aparte, que mejora sorderas y dolores corporales.
“Genera equilibrio en los hemisferios cerebrales y hace que resuenen ciertas frecuencias que están vinculadas a una expansión de la conciencia misma”, añade.
La idea es ocupar el más poderoso instrumento que existe, la voz humana, ya que al hacerlo, “la persona estabiliza sus ondas cerebrales y particularmente, produce un equilibrio químico en el cerebro y una vibración coherente que puede influenciar a todas las células al mismo tiempo”, afirma.
El creador de los Cantos Lemurianos hace la distinción con los mantras en sanscrito o gurmuki. Dice que se diferencian porque tienen un rango de frecuencias más complejos y que tienen una posibilidad mayor de potenciar el funcionamiento cerebral.
¿Y, como suenan? “A mana ka mana” se lee en la parte de 1 del nivel 1. Para conocer la práctica, por el momento, solo es posible asistiendo a los seminarios de Ovokaitys ya que comercialmente aún no están disponibles.