Lo que se celebra durante septiembre y toda la próxima semana debería importarnos desde adentro porque es parte de nuestra historia.
Septiembre es reflejo de nuestra identidad pero por eso justamente es preocupante que lo que estamos mostrando no es celebración sino que farra; no es alegría sino que juerga; no es orgullo sino chauvinismo. A veces más pareciera que lo que se celebra es la oportunidad para salirse de madre, tomar a destajo y dárselas de mejores que el resto. Del resto del vecindario.
Pero no, no somos mejores. A veces mostramos lo peor de nosotros. Tirados en la calle; jóvenes en las cunetas sin saber ya cómo se llaman; peleas callejeras ya sin saber mucho por qué.
Debería ser un momento de revisar nuestra historia: lo que somos realmente como país y dónde queremos llegar. Y sí, celebrar. Pero en familia, saludando amablemente a ese vecino que vimos mil veces pero que siempre corrimos la vista para no cruzarnos con él; mostrarle a los niños, a nuestros hermanos menores o hijos que ser chilenos es mucho más que compartir apellidos, colegios o lazos con Europa u otros países supuestamente "mejores".
Ser chileno es compartir un territorio, integrar, coexistir, convivir. No segregar ni intentar permanecer en un status quo de burbujas de "iguales" en vez de caminar la ciudad y compartir el aire, la mirada, el apretón de manos.
Hoy que es el inicio de la celebración más regada de todo septiembre, los invito a integrar, convivir, celebrar. Y con algo auténtico, autóctono, que no reconoce raza ni condición social porque todos, alguna vez, lo hemos probado. En picadas y en restaurantes de mantel largo. En todas las casas, independiente de su tamaño.
Y, paradojalmente, justamente proviene de esa etnia muchas veces relegada y casi olvidada por el hombre de la ciudad y los grandes negocios: el merkén del pueblo mapuche. El merkén o merquén (del mapudungun: medkeñ ), es un aliño preparado con ají seco ahumado, sal y semilla de cilantro ahumada y tostada.
Feliz 18! Daniel Galaz, chef ejecutivo de Restorán OX