Bajo la esperanza de que este año el cielo sea generoso con sus lluvias (en plena justicia y no en abundancia), nos preparamos mentalmente y corporalmente para recibir los mejores alimentos para combatir el frío.
Epoca de otoño e invierno, tiempo de buscar los alimentos que nos ayuden a mantener el calor corporal y que dejen a nuestro organismo con la satisfacción del calor interno. En la medida que las temperaturas bajan, el cuerpo se moviliza en la exigencia de alimentos distintos al pasado verano.
Cómo no traer a nuestra memoria la diversidad de las sopas, los postres caceros (horneados en forma lenta y pausada para lograr esa cremosidad como leche asada, creme brulee, etc.), cocciones en ollas con historias, en donde los guisos como el strogonoff, goulash, charquicán, etc, eran esperados por todos los días domingos.
¿Quien no se recuperó con el caldo de ave (a base de ave, zanahoria, puerro, apio, cebolla), cuando un resfrío nos debilitaba? Qué sensación tan agradable de la calidez y el bienestar.
Para nosotros los peruanos recordamos el postre perfecto para combatir el frío que tenemos por estos días. Nada mejor que un champus calentito (dulce peruano), sintiendo los sabores de la guanábana, piña y membrillo, además del infaltable mote, para sacarle la lengua al invierno. No es una preparación muy fácil de encontrar hoy en día, pero en las familias tradicionales aún se prepara.
Si van por Lima no dejen de probarlo en algunas dulcerías que conservan este tradicional postre para delicia de todos nosotros. Una de ellas es Manjares, Dulces Peruanos (Avenida Aviación 3364, San Borja) que, mantiene la receta original del champús, pero con una variante que hará entrar en más calor al que lo beba: le agrega unas gotitas de pisco.
Doña Gloria, nos enseña a preparar este postre. Primero, en una olla, hay que colocar agua, piña, cáscara de naranja, canela y clavo de olor. Luego, tras el primer hervor, hay que colar este concentrado y echarle piña y membrillo picados en cuadraditos. Cuando estas dos frutas ya están cocidas, se le agrega el mote, que previamente ha sido sancochado durante una hora y media, y el azúcar. Después se echa la guanábana despepada ( hoy la conseguimos en Chile congelada). Con este ingrediente, el champús ya va tomando forma. Se pone un poco espeso, no llega a ser como una mazamorra, pero ya tiene cuerpo. Y hay que comerlo inmediatamente.
No dejen de probarlo. Se los recomiendo, Raúl Gamarra, chef del restorán
De Cangrejo a Conejo.