Agencias
NUEVA YORK. — Silencio, por favor, ahora le servimos la cena. Ese es el mensaje que se ofrece a los comensales en un restaurante de Nueva York que prohíbe hablar durante una cena de cuatro platos a un costo de 40 dólares.
Nicholas Nauman, chef principal del restaurante 'Eat' en Greenpoint, vecindario de moda en Brooklyn, dijo que se inspiró en su experiencia en la India, donde vio a monjes budistas desayunar sin hablar una palabra.
"Es una oportunidad para disfrutar de nuestra comida de una forma fuera de lo común", dijo el chef, señalando que el sonido de los platos, cubiertos y los cocineros crean el fondo sonoro de la experiencia. "Hay mucha energía en el comedor".
La experiencia de cenar en silencio, dicen algunos expertos, parece ser parte de tácticas para atraer la atención a las que muchos dueños de restaurantes y chefs echan mano en el notoriamente competitivo mundo de los restaurantes.
En el Moto, en Chicago, los clientes pueden comerse el menú. En París, Londres, Barcelona y Moscú, a los que van a Dans le Noir —"¿En la oscuridad?", en francés— comen a oscuras como en la boca de un lobo.
"Como madre de dos muchachos de 15 años, es una fantasía ir a un lugar así", dijo Tanya Steel, editora en jefe de Epicurious.com, sobre la experiencia de comer en silencio en 'Eat'.
"Pero como alguien que paga dinero por salir a comer, me parecería que estoy en una película muda, sería muy difícil". Una noche reciente en 'Eat', a los comensales no parecía molestarles el silencio mientras atacaban sus ensaladas y sopas.
Un cliente muy educado salió del local para estornudar, para no romper el silencio. Otro casi no podía contener la risa. Y una pareja encontró la forma de comunicarse con gestos del rostro en vez de hablar.
"Es como una medittación", dijo Jordon Colon, dueño de 'Eat'. "El silencio lo dice todo".