Rosa tiene 53 años, es originaria de un país latinoamericano, pero vive hace 30 años en EE.UU. junto a su esposo Juan, y a sus hijos Elsa y Luis. Es dueña de casa, y se encarga de cuidar a sus nietos y de realizar las labores del hogar. Habla muy poco inglés y vive en un barrio predominantemente latino.
Un día, Rosa comenzó a sentirse mal, tomaba mucho líquido y bajaba de peso, por lo que, motivada por sus hijos, fue a ver al doctor, quien le diagnosticó diabetes tipo 2.
"En ese momento sentí que no podría hacer nada más en mi vida, imaginé que perdería mis piernas, quedaría ciega y después de algún tiempo de mucho dolor y sufrimiento, moriría al igual que mi abuela. Me sentía desanimada y culpable (…) Inmediatamente sentí que el mundo se me venía encima (…) El saber que tengo diabetes fue un golpe muy duro para mí".
Así comienza "La Historia de Rosa", una audionovela desarrollada por el
Centro Joslin para la Diabetes y que forma parte del programa que tiene ese establecimiento para ayudar a los hispanos que viven en Estados Unidos, pero también a todos los latinoamericanos que padecen la condición que, de acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la octava enfermedad que causa más muertes en el mundo.
Se trata de una serie de seis capítulos sobre esta mujer -un personaje ficticio, pero que representa las experiencias que viven las personas con diabetes-, en los cuales se entregan pautas para comprender mejor la condición, y para que quienes la padecen puedan vivir una vida más saludable y feliz.
Según explica Enrique Caballero, endocrinólogo y director de la
Iniciativa para los Latinos del Centro Joslin, "La Historia de Rosa" es una herramienta que se diseñó tomando en cuenta que la diabetes tipo 2 es la que más afecta a la población hispana y que para combatirla es fundamental que exista una buena educación.
"Desafortunadamente, la población hispana en EE.UU. tiene un nivel educativo más bajo que otros (…) Entonces, cuando uno tienen que hacer programas educativos para este grupo, tiene que tomar en cuenta el nivel en que se deben implementar", plantea el médico, quien expuso en el XI Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud que tuvo lugar en Boston, Estados Unidos.
En este sentido, Caballero considera que "La Historia de Rosa" ha tenido un éxito sin precedentes como material educativo porque "ayuda a la gente con un nivel de comprensión en salud muy bajo, a entender las cosas fundamentales para el cuidado de la diabetes en nutrición, en el ejercicio, los medicamentos, la medición de la glucosa y la prevención de la salud".
De hecho, la recepción que ha tenido la audionovela ha sido tan buena, que ahora se graba una orientada a los hombres llamada "La Historia de José". "Ya tenemos a la mujer, ahora necesitamos al hombre porque ellos tienen algunos aspectos particulares. Por ejemplo, José va a tener disfunción eréctil, que es una de las complicaciones más importantes de la diabetes. Son dos historia que se van a complementar muy bien", adelanta el médico.
Los otros componentes del programaEnrique Caballero creó la Iniciativa para los Latinos, al darse cuenta de que "el centro educativo por excelencia en el área de diabetes a nivel mundial", no estaba ayudando a las personas que más presentan la condición y que sufren las mayores complicaciones a raíz de ella: la población hispana.
"Yo me planteé como una misión personal el desarrollar una iniciativa para poder ayudar a nuestra comunidad hispana en Estados Unidos y por extensión en América Latina", explica. Y agrega: "Ha sido un trabajo hermoso, arduo por supuesto, pero muy satisfactorio porque hemos logrado muchas cosas".
Además del foco educativo, el programa tiene otros dos ejes: la atención clínica y el apoyo emocional. "Tenemos personas que hablan español -enfermeras, psicólogas, nutricionistas- para poder prestar educación y servicios a la población hispana", cuenta el médico.
En el aspecto clínico, la Iniciativa para los Latinos incorporó una actividad bastante innovadora: las visitas médicas en grupo. "Se atiende a las personas en un grupo y se va revisando con cada una de ellas, qué es lo que ha pasado con su diabetes. Es lo mismo que se haría en la consulta de manera individual, pero en este caso frente a otros", explica Caballero.
La ventaja de este enfoque -asegura el endocrinólogo- es que las personas aprenden de los otros. "Por ejemplo, hace algunos meses tuve a una paciente que no quería inyectarse insulina porque pensaba que eso para ella era el fin del mundo y entonces vino a una de las sesiones en grupo. Y resultó por coincidencia que todas las personas que estaban allí usaban insulina. Lo que yo no había podido lograr de manera individual, se logró en esa visita en grupo, porque la influencia de los otros fue muy positiva", ilustra.
En relación al apoyo emocional, el médico afirma que también es un aspecto fundamental ya que muchos pacientes con diabetes tienen depresión, ansiedad y estrés. "Si uno no maneja esa parte, cualquier cosa que se quiera hacer no va a funcionar", enfatiza.
Para cubrir ese tema, la Iniciativa para los Latinos organiza, por ejemplo, actividades recreativas. "Tenemos clases de salsa que hacemos en la comunidad con los pacientes. Ellos traen a su familia y es una manera de motivarlos para que hagan ejercicio en un ambiente más culturalmente apropiado", afirma.
Todo esto -asegura Enrique Caballero- ha ayudado a que los pacientes que se atienden en el Centro Joslin, mejoren sus resultados de A1C o hemoglobina glicosilada, una prueba que todo diabético debiera realizarse cada tres meses y que en definitiva muestra si su condición está bien controlada o no.
Una condición que comienza cada vez más tempranoConsultas |
"Cuando fui a la escuela de medicina me acuerdo que decíamos: 'La diabetes se da sólo después de los 50 años'. Eso ya no es cierto: ahora hay niños y adolescentes con diabetes tipo 2", revela Enrique Caballero.
Quienes corren riesgo de desarrollarla son aquellos niños con sobrepeso y obesidad, cuyos padres están convencidos de que están sanos porque "son robustos". Sin embargo, los estudios demuestran que en realidad la mitad de su cuerpo es grasa y que están produciendo más insulina para tratar de compensar ese problema.
Asimismo, a pesar de su corta edad, presentan inflamación vascular. "Estos son los niños que van a tener diabetes cuando tengan treinta y tantos años, y van a tener un infarto al corazón también muy jóvenes", advierte el médico.
Por esta razón, Caballero insiste en que es fundamental que la población tome conciencia de que la diabetes es una condición que empieza muy pronto en la vida. "No es cuando uno es adulto, esos problemas empiezan mucho tiempo antes y ahí es donde hay que ayudar a la población cambiando los hábitos", sostiene.
En este sentido, el llamado es a llevar una buena alimentación, hacer ejercicio y adelgazar, porque se ha demostrado que “el perder un poco de peso (5% del peso corporal) puede tener un impacto enorme en el riesgo de desarrollar la diabetes”. |