Lejos de la triste imagen de anoréxicos en los huesos comiendo apenas unas hojas de lechuga, o de bulímicos engullendo todo para después botar su culpa de forma dramática, existe una enfermedad psiquiátrica de alimentación –recientemente clasificada como tal- que parece ir expandiéndose cada vez más entre la población mundial: el trastorno por atracón.
Como su nombre lo indica, se trata de la conducta que algunos que no pueden parar de comer, terminando con una excesiva ingesta de alimentos, pero, a diferencia de la bulimia, no viene acompañada de vómitos, sino que solo de la culpa y una sensación de odio a sí mismos.
Tomando en cuenta que cerca de un 3,5% de las mujeres y un 2% de los hombres de Estados Unidos presenta este trastorno, y que un 30% de las personas que se someten a tratamientos para bajar de beso también muestra los síntomas, el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) de ese país decidió integrar este año el problema de los atracones a su lista de enfermedades psiquiátricas.
Pero, ¿quién no ha tenido al menos un episodio de atracón en su vida? ¿Esto hace a una persona propensa a sufrir este mal?
Para distinguir lo normal de una problemática realidad, la directora asociada del Programa para la Obesidad, Peso e Investigación de la Alimentación de la Universidad de Yale, Robin M. Masheb, escribió una columna para despejar las dudas de qué es exactamente el trastorno por atracón, aclarando que como referencia, la periodicidad de las comilonas deben ocurrir al menos una vez a la semana, extenderse, generalmente, por dos horas, y durante un mínimo de tres meses.
Para ser más gráfica, explicó que como atracón se entiende como el “consumo de dos menús completos, comprendiendo dos o más platos, o tres platos principales”. Como ejemplos, explica que un atracón de brownies se cuenta desde cuatro de ellos en adelante-, y de frutas, con cuatro a cinco manzanas –como referencia- según su tamaño. “Por lo tanto, comer una casata de helado a lo largo de una semana, no cuenta”,
aseguró en The Huffington Post.
“También debe haber una sensación de falta de control. Los individuos con esta condición dicen que sienten como si no pudieran parar de comer, o no pudieran controlar qué o cuánto están comiendo”, agregó Masheb, subrayando que es este factor de salirse de las manos el orden con la comida, lo que distingue una comilona inocente con el trastorno por atracón.
Otros datos son los aportados por el psiquiatra de la Universidad de Oxford, Christopher Fairburn, quien
comentó al Daily Mail que quienes sufren de esta enfermedad suelen presentar sobrepeso, debido a su conducta, la que realizan casi siempre en secreto. Sin embargo, se ha señalado que alguien, aparentemente, con una cantidad normal de kilos, también puede padecer trastorno por atracón, el que afectaría a hombres y mujeres por igual.
Asimismo, éstos presentan generalmente, cuadros de depresión y una autocrítica importante hacia su persona, utilizando la comida como una vía de escape de estos sentimientos. Lamentablemente, este comportamiento se transforma en un círculo vicioso, al agravar su culpabilidad e insatisfacción consigo mismos.
Si bien aún no se ha determinado qué causa exactamente el trastorno por atracón, se cree que puede haber factores de herencia genética de por medio, junto con un largo historial de dietas a lo largo de la vida y, por supuesto, asuntos psicológicos por resolver.
Por su parte, y como forma de difundir y alertar a la población acerca de esta enfermedad, la Clínica Mayo hizo un listado de los síntomas que acompañan este desorden alimenticio:
-Comer sorprendentes cantidades de alimento
-Alimentarse incluso cuando ya te sientes satisfecho/a o sin hambre
-Devorar la comida rápidamente en los atracones
-Comer hasta que se sienta incomodidad de lo lleno que se está
-Consumir comida generalmente solo/a
-Sentir que tu comportamiento está fuera de control
-Sentirse depresivo/a, angustiado/a, avergonzado/a, culpable o decepcionado/a acerca de tu forma de comer
-Notar que se está con depresión y/o ansiedad
-Sentirse aislado/a y con dificultad para expresar los sentimientos
-Ponerse frecuentemente a dieta, intención que, generalmente, no tiene éxito
-Ser una víctima de las dietas yo-yo, ganando y perdiendo peso a cada rato