Hace un año se conoció, en Estados Unidos, el desarrollo de unas singulares fiestas en la que mujeres adultas, entradas en los 50, celebraban la llegada de la menopausia. Sí, de la menopausia.
Esto era algo impensado hace algunos años en sociedades como la americana o la chilena, pero debido al mismo proceso liberador que ha vivido la mujer, resulta congruente.
Estas fiestas han llegado a Chile de la mano de la psicóloga
Pilar Mir, quien en el pasado ejerció de asesora de imagen y hoy está enfocada en el coaching integral. Bajo este alero realiza desde este año las denominadas “Junta sin reglas”.
Hablar del tema sigue siendo difícil por la cantidad de estigmas que se dejan caer sobre las mujeres y por ello, Pilar desea sacar a la luz este tema para que se hable de él y se logren superar una serie de prejuicios que sólo hacen que las mujeres vivan con mayor intranquilidad esta etapa de su vida.
Cuenta que se acercó al tema precisamente por haber empezado a experimentar ciertos síntomas de la perimenopausia, especialmente, por pérdidas de memoria o los cambios fisiológicos como la piel más seca. Desde entonces se abocó a estudiar.
-De la menopausia se habla muy poco. No lo hablan las mujeres entre ellas, ni con sus parejas. ¿Por qué?“Bueno, los hombres nos siguen mirando en forma súper despectiva. Es común escuchar a modo de mofa ‘ah, ahí está la menopaúsica’ porque efectivamente experimentamos cambios en el humor y las relaciones de pareja se resienten por una tensión. Nos denostan.
“En el caso de las mujeres, hay total desinformación, porque entre otras razones, se va poco al ginecólogo. No quieren hablar y lo abordan en forma tímida”.
-¿Por qué las mujeres no quieren hablar de menopausia?“Porque se percibe la sanción social al respecto; ésta les hace caer encima la vejez cuando ellas no se sienten así. Ellas viven con mayores oportunidades, la medicina hace que su vida no sea achacosa, y se mantienen muy bien con la terapia de reemplazo hormonal. Hay remedios, vitaminas que las ayudan a tener una mejor calidad de vida, entonces, ¿por qué se deben sentir viejas?”
-¿Hay un tabú? ¿Está eso ligado a que se cree que con la llegada de la menopausia se acaba la vida sexual de las mujeres?“Efectivamente, hay condiciones como la resequedad vaginal que pueden dificultar esa vida sexual, y también baja en la libido; en el hombre también baja el deseo por la andropausia, pero en la mujer es un castigo”.
-Bueno, los hombres tampoco hablan de andropausia.“No, no lo hablan. Ellos pueden experimentar más sueño, una baja de la libido, cuestión que es en su caso se externaliza con problemas de erección, y por eso mismo no lo hablan”.
-¿Cuál es el impacto de esto en la pareja?
“En la pareja y en la familia, los hijos, porque efectivamente la mujer puede estar más irritable. Pero como esto, además, no se conversa, la tensión se impone en los ambientes familiares. No tomar las medidas, no consultar con los médicos, probablemente, impide que el tema se exponga y se adopten modos de conducta”.
Pilar señala que hoy los avances médicos permiten tratar los efectos de la menopausia no sólo con terapias de reemplazo hormonal, sino que con antidepresivos en los casos de que ellas lo necesiten.
-¿Cuánto influye en todo esto el temor de que la terapia hormonal pueda tener efectos secundarios, que incluso se la liga al cáncer?“Sí, hay un temor muy grande respecto de este tema, pero los últimos estudios han demostrados que no es una casual lineal. Muchos médicos no recetan las terapias porque los antecedentes no lo hacen recomendable, pero hay otros que sí lo hacen bajo control”.
-Es explicable que con la sanción social que cae sobre las mujeres de esto no se hable. ¿Aún así, ves algún cambio cultural?“Algunas mujeres sienten ese cambio en ellas, pero el imaginario social las sigue denostando. Los hombres son bastante machistas en este aspecto y eso sigue generando el temor suficiente como para que el tema se esconda”.
-En EE.UU. se han creado las ‘fiestas de la menopausia’, ¿cómo se explica?“Hay un trasfondo de liberación detrás de todo esto, porque es un hecho de que cuando pasan todos los síntomas, las mujeres se ponen bastante ganosas, por decirlo de algún modo. Es cosa de ver que en los clubes de vedettos, las mujeres mayores son las que se vuelven loquillas.
“Se produce un despertar en la mujer, pero no sólo en el plano sexual”.
-¿Por qué trajiste estas fiestas a Chile?“Porque creo que el tema hay que instalarlo, hay que hablar de la menopausia positiva. Son una suerte de baby shower, en el cual una dinámica permite abrir el tema. Las que hemos hecho han dado paso para que las mujeres se convenzan de que estos temas los tienen que hablar con sus parejas”.
Pilar da pautas para que una mujer enfrente esta nueva etapa de su vida: ir al ginecólogo y al psicólogo, conversar el tema con la pareja, pero por sobre todo, armar un grupo de amigas que puedan ser de contención más cuando la pareja no hace sintonía con lo que a una le pasa.
“Son muchas las amenazas que se hacen presentes sobre la mujer menopáusica, la posibilidad de perder a la pareja, el nido vacío, perder el trabajo por alguien más joven, y los cambios hormonales, entonces requieren un apoyo frente a toda esa incertidumbre”, dice.
-¿La menopausia tiene que salir del closet?“Sin duda, y cuesta mucho. Esto es como remar contra la corriente, de alguna forma. Se debe instalar un tema aún cuando la sociedad no lo quiere hacer”.
-¿Juega en contra que estemos en un momento en que la sexualidad y el sexo están sobrevalorados?
“Bueno, el hedonismo, el culto a la belleza, a la juventud son parte del problema. Eso tiene que ver con el ser atractivas para el otro, sin derecho a envejecer. Por suerte, ha habido un cambio de paradigma y muchos no reducen todo a lo meramente sexual.
“Las ‘Junta sin reglas’ tienen que ver, precisamente, con aceptar que ya no somos jóvenes, que ya formamos y es el momento de preocuparnos de nosotras; de hecho no es raro que muchas emprendan”.
Reflexionando, Pilar dice que esta etapa de la mujer debe ser nominada de alguna manera; así como están la infancia, la adolescencia, la juventud, la adultez y la tercera edad, es necesario darle un nombre a esta etapa tan especial en la vida de las mujeres. “Porque lo que no está nominado, no existe y ese es el problema. Hay que buscar un concepto”.
