"Hace 4 años que me cambié a la medicina antroposófica y mis niños se han enfermado menos, creo que es porque te lleva a vivir la vida en un camino más consciente de todo. De la alimentación, del sueño, del juego, de las relaciones que haces en tu vida. Lo bueno es que tampoco llenas el cuerpo de tus niños con medicamentos que no los ayudan a superar los procesos internos. El cambio lo hice porque tuve un crecimiento personal, donde me di cuenta que el ser humano es cuerpo, alma y espíritu, que evoluciona en la vida y que esta medicina se preocupa de este desarrollo anímico espiritual. Si tu alma o espíritu no están bien, tus órganos tampoco estarán bien y la medicina antroposófica te orienta a vivir mejor", cuenta María José Navarrete, mamá de dos niños y directora de la Escuela Especial de Lenguaje Carnaval.
La medicina antroposófica surgió a principios del siglo XX en Alemania y Suiza como una rama de la ciencia espiritual de la Antroposofía creada por el doctor en filosofía Rudolf Steiner, en respuesta a los procesos de cambios que, a su juicio, el ser humano en su proceso de evolución iba a experimentar.
Como un adelantado, Steiner entendió que el ser humano es un ser espiritual teniendo experiencias terrestres y que es también parte importante de la evolución de la tierra y la naturaleza.
De ahí que desde la historia personal y biográfica, los médicos antroposóficos -que son doctores con título profesional- puedan conocer las causas que llevan a un individuo a perder su equilibrio natural.
"Como cualquier otro doctor hacemos un examen físico al paciente, pedimos exámenes pero también indagamos en otros miembros constitutivos del ser humano, mas allá del cuerpo físico, conocidos como cuerpos suprasensibles y también en cómo se ubica la enfermedad en el contexto de su biografía personal", explica el doctor
Andrés Ogino, médico cirujano y antroposófico.
Pero la gran diferencia con la medicina alópata es que la antroposófica no busca suprimir síntomas, sino que ayuda a regular el proceso curativo del cuerpo, para que éste no sea dañino, excesivamente doloroso ni incómodo. Por ejemplo, si uno tiene tos no va a desaparecer, sino que se va atenuar para que ésta sea menos molesta.
"No es terapia supresiva sino reguladora o armonizadora", aclara el doctor.
Tratar la enfermedadEn la misma línea, la doctora Ema Rui-Pérez, pediatra y neonatóloga antroposófica, postula que la enfermedad es la posibilidad que nos da nuestro cuerpo para superar una situación anímico espiritual o resignificarla.
Es decir, en el caso del adulto sería para tomar conciencia de lo que llevó a su organismo a presentar esta enfermedad. Mientras que en los niños, serán sus padres los que le acompañarán en este caminar.
"Creo que la diferencia con la medicina tradicional está en que la antroposófica considera a la persona como un ser anímico espiritual, que viene a desenvolverse en esta vida terrenal y que su vida, tiene un propósito que si se logra plasmar será en beneficio de él y de toda la humanidad", reafirma.
Para ayudar en esta tarea, los antroposóficos usan medicamentos derivados de plantas, animales, minerales, y utilizan la dinamización, que se parece a la medicina homeopática, pero la recolección y preparación tiene otros procedimientos.
"El objetivo será siempre que a través de la enfermedad, el organismo aprenda sin ser intervenido con sustancias químicas y su sistema inmune se 'ejercite'", acota la pediatra.
Pero a veces simplemente no resulta, como le ocurrió a Cynthia Contreras con su hijo. "Me acerqué a los médicos antroposóficos también buscado una alternativa a la sobre medicación con químicos tóxicos que los alópatas suelen dar a los niños, y los dos doctores que visité me dijeron que debía dejar de darle suplementos de hierro y vitaminas que me había dado un médico alópata", cuenta.
Sin embargo, esa recomendación le jugó en contra cuando a los 8 meses su hijo tuvo una crisis respiratoria muy agresiva y al margen empezó a perder sus glóbulos rojos que hacía más compleja su recuperación. "Una vez en la UCI, un doctor de confianza me preguntó si le estaba dando hierro. Le dije que no, porque los antroposóficos me habían dicho que no era necesario y me contó que eso le estaba pasando la cuenta. Le hicieron una transfusión. Ahí me explicaron por primera vez que el hierro es para que tenga reservas y pueda enfrentar una emergencia como la que estábamos viviendo. Me sentí podrida por no haberle dado a mi hijo algo que hubiese ayudado a enfrentar esa crisis", confiesa.
Al margen de esta polémica, cada caso debe ser analizado en particular y tal vez, la mejor recomendación es informarse y complementar las miradas.
Enfoques polémicosAhora bien, se dice que los doctores antropósicos aconsejan no vacunar a los niños, que no coman ciertos alimentos y, si tienen fiebre, que no hay que bajarla. La doctora Ema Rui-Pérez, responde y aclara esas dudas.
Vacunas: "La práctica de la vacunación es un tema que no tiene consenso dentro de los mismos médicos antroposóficos y es una decisión individual que se hace responsablemente con los padres. Pero, si se aconseja vacunar, usar lo estrictamente necesario y evitar contaminantes potencialmente tóxicos en los preparados", afirma.
La pediatra menciona que hay padres que deciden no vacunar a sus hijos. "De acuerdo a mi experiencia personal, los niños no vacunados parecen enfermarse menos", declara.
Fiebre: "Existen preparados antroposóficos para conducir la fiebre y no usar antipiréticos, cosa que también existe en la medicina tradicional, ya no se usa dar antipiréticos por cualquier estado febril", dice Rui-Pérez.
La doctora explica también que la fiebre tiene un significado muy importante dentro de la evolución de una enfermedad, porque es la reacción en un organismo sano para defenderse de algún elemento patógeno.
"Cuando los padres optan por no dar antipiréticos se requiere contenerlos, apoyarlos y controlar al paciente antes de llegar al uso de sustancias químicas", aconseja.
Alimentos: "En niños que se sospeche alguna alergia alimentaria se recomienda suspender el alimento en cuestión mientras el niño cursa su enfermedad y se corrobora si existe realmente una alergia alimentaria", declara.
Carácter: "Con medicina antroposófica se puede tratar cualquier tipo de enfermedad porque el concepto es diferente. Somos seres anímico espirituales, un niño de carácter difícil, irritable o agresivo tendrá un entorno que genera esa respuesta en él, por lo general hay que revisar relaciones familiares, escolares, etc.", explica.