SANTIAGO.- Todos pesan más de dos kilos y medio, y los médicos aseguran que están fuertes para salir al mundo. Neeta, Dries, Bence y Fjonn, los cuatrillizos alemanes hijos de Annegret Raunigkv -una profesora de 65 años-, recibieron la autorización para dejar a fines de agosto el hospital donde se encuentran desde que nacieron hace tres meses.
"Se han desarrollado bien, han crecido de manera extraordinaria en un corto tiempo", aseguró Christoph Buhrer, director del departamento de neonatología del Charité University Medical Center de Berlín.
Todo un logro para los médicos, ya que los pequeños nacieron mediante cesárea, y con sólo seis y medio de gestación. Por esta razón, debieron recibir asistencia respiratoria y permanecer en incubadoras. Incluso, dos de ellos -Neeta y Dries- necesitaron ser operados. De esta manera, los doctores estimaban que si sobrevivían, los cuatro niños tendrían que enfrentar diversos problemas de salud en el futuro.
Pero no ha sido así. "Son niños comunes que quieren irse a casa para ser cuidados por su madre", dijo Buhrer, según publicó hoy el "Daily Mail".
En abril pasado, Annegret Raunigk sorprendió al mundo con la noticia de su embarazo. En esa oportunidad reveló al diario "Bild" que su hija de 10 años le había pedido un hermano o una hermana, por lo que viajó a Kiev a hacerse un tratamiento de fertilización in vitro, procedimiento que médicos alemanes se negaron a hacerle en su país por su avanzada edad.
Raunigk utilizó óvulos y espermios donados, y así quedó embarazada de los cuatro niños, quienes tienen otros 13 hermanos y hasta siete sobrinos.
La mujer ha afirmado que prefiere ignorar lo que los demás dicen de ella. "Esto no se trata de egocentrismo o de egoísmo. Me gustan los niños, me mantienen joven. Te vuelves más tolerante a medida que envejeces", señaló.
Una vez que los cuatrillizos abandonen el hospital, el proyecto de su madre es trasladarse a un área rural. "Quiero que crezcan en un lugar más tranquilo que Berlín", aseguró.