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"Mis profundos estudios y observaciones en esta materia, me han demostrado que no hay ninguna conducta humana en la que hombres y mujeres se sientan tan inseguros de estar haciendo lo correcto como en la actividad sexual", parte diciendo en su libro Lord Badmington, y tiene razón. Entre las sábanas mostramos todas nuestras vergüenzas, temores, miedos e inseguridades.
Por ejemplo, ¿alguien nos enseña a rechazar correctamente una propuesta indecente sin herir susceptibilidades?, ¿alguien le explica a un hombre cómo debe satisfacer a su mujer?, o ¿alguien te ha dicho que aquellas frases eroticonas que le dices a tu pareja por el teléfono de la oficina, deberías hacerlo mejor por uno público?
Bueno, ya es hora de aplicar la versión sexy del Manual de Carreño y aprender a comportarse en la cama. Atención mujeres:
Cuidado con los gestos
Especialmente las mujeres silenciosas que no expresan verbalmente lo que quieren o cómo lo quieren, deben tener sumo cuidado en sus gestos. Es decir, no fruncir el ceño cuando se te acaricia alguna parte que te gusta pues quedará la sensación de dolor o molestia por ese cariño. No poner cara de asco cuando se realiza voluntariamente el sexo oral a la pareja.
No limitarse a decir que duele cuando en realidad duele, y sólo dejes escapar un grito, pues éste será señal de placer y no de dolor puro. "Las minas siempre ponen caras raras, como de dolor, pero dicen que no le duele aunque sea sexo normal o anal", advierte Tomás.
Etiqueta del acercamiento
Si acabas de conocer a ese tipo que te revuelve las hormonas y figuras con él en plena oscuridad besándote apasionadamente, detente cuando tu mano se tiente de bajar y tocar toda su humanidad. Y es que no se ve nada de fino toquetearle toda su masculinidad de una sola vez y tan pronto. Parecerás una muerta de hambre e intimidarás a tu reciente aventura. Y mucho menos hacerlo por debajo del pantalón.
No a la penetración sin previo juego
Lord Badmington dice simpáticamente al respecto: "El abc de la cortesía sexual indica que en ningún caso es elegante que un caballero refinado penetre a una dama sin lubricar, porque además raspa y después arde que es un fastidio". "Estábamos por segunda vez juntos y queríamos hacerlo desesperadamente. Mi nana salió dos segundos a comprar y nosotros, en casa de mis papás, nos bajamos la ropa y lo hicimos… Me llegaron a salir lágrimas de dolor. Lo peor es que él no paró. Tal vez creyó que lloraba de placer", señala Sofía.
Los elogios post sexo
Alabar a tu amante después de haber tenido sexo con él es tan importante, dice el autor, como celebrar un rico plato recién servido. Sobre todo si deseas que te inviten a cenar otra vez. En este contexto, el autor señala algunas frases que jamás debes decir:
-Creo que nunca estuve tan caliente. Es la primera vez que me trago todo sin vomitar inmediatamente sobre la cama... Ay...
-Eres un amante maravilloso. Es la primera vez que gozo así sin necesidad de que le cambien el cabezal a mi vibrador.
-¡Me vuelves loca, mi vida! Es la primera vez que lo paso tan bien con un tipo que la tiene tan chiquita.
-Te juro por ésta que es la primera vez que salí volando de la cama, choco contra la pared, doy tres vueltas de carnero en la alfombra, y termino desmayada en el suelo.
En definitiva, olvídate de decirle que con él fue la primera vez de cualquier cosa, porque primero, no te creerá y segundo, puedes herir su masculinidad sin querer queriendo.
Cuidado con los sobrenombres
Nada más picante y desmotivador que hablar con seudónimos, poniéndole nombres siúticos o graciosos al pene, la vagina o al acto sexual. De allí que se recomiende no hablar del órgano masculino como: plátano, berenjena, salchicha, chorizo, o cualquier otro nombre relacionado a alimentos. Además, es necesario dejar fuera de nuestro léxico los sobrenombres infantiles como pilín, pirulín y similares. Y para qué decir con los términos despectivos como maní y cosas por el estilo.
Asimismo, no lo invites a tener sexo diciendo: 'vamos a copular', fornicar, coger, realizar el coito, etc.
"Tengo una amiga que no encontró nada mejor que ponerle nombre al pene de su pololo y lo llamaba ‘Soldado Ryan’. Cuando nos contó nos reíamos a destajo. Lo peor es que así le decía en plena calentura", recuerda Karina.
Cosas que jamás debes hacer durante el sexo
Durante, jamás debes contestar el teléfono (y peor, ponerte a hablar con quien te llama), hacer comentarios sobre las ideas de decoración que tienes para el dormitorio, enumerar lo que tienes que hacer al día siguiente, silbar o tararear alguna canción, rascarse más de la cuenta y, lo peor, quedarse dormida roncando ruidosamente.
"Una vez estaba con un pololo en medio de todo el juego cuando me desconcentré y lo llamé como un compañero de trabajo. Hasta ahí llegó todo. Me pasé meses tratando de explicar el por qué dije Pedro en vez de Juan José, pero él nunca me creyó", dice Camila.
Y lo que no debes hacer después
Por muchas ganas que tengas, no partas corriendo al baño a orinar y menos avisando a qué vas. No te limpies compulsivamente después de un encuentro sexual y menos te pongas a lavar los dientes después del sexo oral. Y peor aún, nunca, pero nunca, comas una mentita antes de realizar este sexo oral.
Sin sobre exigencias
Todos somos diferentes y si bien a unos les gusta hacerlo por mucho rato, otros lo prefieren cortito. Sobre todo si no han comido bien antes. "Una vez se me desmayó una mina con la que estaba teniendo sexo. Como soy de tiro largo, le dio fatiga y se ¡desmayó! Me urgí caleta. Después revivió y se tuvo que tomar todas las bebidas que habían en el lugar", recuerda Eduardo.
Cuando su 'amigo' no funciona
Nada peor para un hombre que en el momento de los 'quiubo' no logre mantener una erección. Sin embargo, esas cosas pasan y hay que saber cómo actuar cortésmente ante esa situación. Por eso, Lord Badmington señala que nunca debes decir:
-A ninguno de mis otros 847 amantes le pasó esto conmigo, ni con ninguna otra.
-Ni siquiera le pasa a mi mismísimo marido.
-No te preocupes, seguro que esto solamente te pasa con las mujeres.
-No te preocupes, igual estuviste muy por encima de lo que yo esperaba.
-No es nada, igual es lindísimo estar contigo.
-No tiene importancia, mi vida, ya me contaron las chicas de la oficina que te especializas en trabajos manuales.
Suerte y recuerda siempre ser muy educado, hasta en la cama.
Karen Uribarri (@karenuribarri), periodista diplomada en Sexualidad, SexBlogger.