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La marihuana es la droga más usada en occidente, y también en Chile: la última encuesta del SENDA mostró que el 11,3% de la población consumió marihuana el último año. En Estados Unidos, en agosto de este año se publicó un estudio que analizó datos de 2007 a 2012, revelando que en el último año más del 10% de las mujeres en los Estados Unidos la había usado, y la mayoría de ellas, diariamente.
Durante el embarazo, los estudios muestran que la frecuencia de su uso varía desde 3% hasta 34%, siendo mayor en general su consumo en el primer trimestre. Su uso frecuente se relaciona con el hecho de que los adultos que la consumen no la consideran dañina, a diferencia de lo que los mismos encuestados consideran de la cocaína o heroína.
En nuestro país, la Cámara de Diputados ya aprobó el proyecto que despenaliza su cultivo y consumo. En los Estados Unidos la legalización y su autorización para uso recreacional y médico ha aumentado progresivamente. Actualmente 23 estados han legalizado su uso médico, y 4 han legalizado su uso también recreacional.
La experiencia más analizada hasta ahora es la de Colorado, en los Estados Unidos, donde se legalizó formalmente desde 2009. Este cambio de legislación se ha relacionado con aumento de las ventas, de las formas alternativas de consumo, de las consultas por sobredosis en niños y de las visitas a Urgencia por toxicidad, así como también incremento de los casos que dan positivo entre los individuos que participan en accidentes de tránsito.
El componente activo de la marihuana es un canabinoide que cruza la placenta, produciendo niveles fetales que llegan a alrededor del 10% de los niveles de la madre. Ese porcentaje puede aumentar con exposiciones elevadas a la droga.
Los estudios en animales de laboratorio han demostrado que la marihuana altera el desarrollo y la función cerebral, incluyendo un aumento potencial de las adicciones y de los efectos laterales secundarios a ellas. Su consumo habitual en humanos se asocia a disminución de las capacidades intelectuales y anomalías en el área cerebral de las emociones y la motivación.
La mayoría de los estudios en humanos sobre el consumo de marihuana durante el embarazo han relacionado su uso con disminución del crecimiento fetal, aumento de la frecuencia de parto prematuro y aumento de las muertes fetales in utero (2 y media veces más en estudio caso control publicado el 2014).
No hay data alguna respecto de posibles efectos benéficos de la marihuana en el embarazo.
Respecto del neurodesarrollo infantil, hay que ser prudentes. Si bien los trabajos de los que se dispone pueden estar sesgados por otros factores, como consumo de otras sustancias, dosis y frecuencias de consumo variables, factores genéticos o ambientales; existe un patrón que señala compromiso neurológico en los niños, con el consumo precoz y más duro de marihuana. Esto ha favorecido que todos los grupos científicos contraindiquen la lactancia si hay consumo de marihuana por la madre nodriza, si bien los efectos evaluados hasta ahora en la lactancia pueden ser resultado del consumo durante el embarazo.
Finalmente, su potencial uso médico no ha sido regulado, no hay indicaciones aprobadas ni precauciones sugeridas, no hay formulaciones estandarizadas ni dosis establecidas.
Si se aprueba su uso en Chile, debe incorporarse a la práctica habitual del control prenatal lo que ya es una recomendación de la Organización Mundial de la Salud y de la mayoría de las sociedades científicas del mundo, cual es la pesquisa universal de consumo de sustancias, como hoy se hace con VIH y sífilis, lo que naturalmente constituye un costo adicional.
Del mismo modo que una ley permisiva del aborto se contradice con otros principios legislativos, como la abolición de la pena de muerte, la aprobación del consumo de marihuana no se compadece de las políticas restrictivas con tabaco, alcohol y ciertos alimentos.
Saludos,
Enrique Oyarzún Ebensperger, Obstetricia y Ginecología Clínica Universidad de los Andes.
