“El coraje es una decisión. El miedo, una reacción”. Esa es una de las tantas frases que cito en mi libro –“La dieta de la muerte. Soy anoréxica y esta es mi historia”- y que me repito a diario hasta el día de hoy.
Desde que lancé la fundación, he podido palpar, sentir y vivenciar la necesidad de ayuda, escucha, de ser comprendidos, de tantos y tantas que me han escrito, se han acercado, que me han visto como una luz. Me he visto envuelta en miles de preguntas y he tratado de contestar cada una de ellas, pero hay una que se ha repetido una y otra vez, tanto así que yo misma me la he llegado a preguntar.
¿Cuál es la receta para sanar? La primera vez que me hicieron esa pregunta fue cuando recién había lanzado mi libro. Hoy, 8 años después, me veo enfrentada nuevamente a ella.
Y la verdad es que no tengo la respuesta… No, no la tengo. ¿Y saben qué? No quiero tenerla, porque creo que aquí no existen recetas ni píldoras mágicas. No, no existen. Yo no las tengo, su familia no las tiene, sus amigos tampoco, el mundo no las tiene. ¿Saben por qué? Porque nadie más que ustedes puede elegir vivir, solo ustedes pueden optar por la vida, dejar de sobrevivir y empezar a vivir. Sé lo difícil que es vivir con estas enfermedades, sé del mundo escalofriante que se esconde detrás de ellas, la soledad, el dolor, el abandono. No me lo han contado, lo he vivido en primera persona; no hablo desde la vereda del frente, hablo desde lo conocido, desde lo vivido, llorado y sufrido.
Pero si bien tengo claro que son enfermedades que muchas veces te consumen y carcomen por dentro, que arrasan con todo dejando a veces solo el silencio, también tengo claro que hay algo que nunca se llevan: tu decisión y tu voluntad.
Si hay algo que yo puedo decir y me siento con el deber de decir es que depende de uno que te sigan consumiendo, depende de uno seguir perdiéndose momentos de la vida, depende de uno seguir mintiéndose. Porque no es al mundo a quien engañamos, es a nosotros mismos.
Yo opté por la vida, opto por la vida, porque tal como cito en mi libro, me di cuenta que ya no me podía permitir ser cobarde y que si había tenido la fuerza para destruirme de esa manera tenía que tener la fuerza para construirme, para ponerle un disco pare a ese camión que quería llevarse mi vida, porque aún tenía mucho por vivir y, lo más importante, es que quería y elegía vivir. Lo sigo eligiendo a diario porque, cueste lo que cueste, duela lo que duela, me quedo con la vida, opto por el coraje. Esa es mi receta, ahora yo les pregunto a ustedes ¿Qué eligen ustedes?
Cariños,
Denisse Fuentes Estrada
Fundadora y Directora de Fundación “Pesa Tu Vida”
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