SANTIAGO.- El Tribunal Superior de Londres revisará a las 14:00 horas locales de hoy, las nuevas evidencias científicas que la familia de Charlie Gard ha presentado para tratar a su hijo de 11 meses que padece una rara condición genética.
La audiencia fue solicitada por el hospital Great Ormond Street, luego de que siete médicos sugirieran que una nueva terapia puede funcionar para tratar el Síndrome de Agotamiento Mitocondrial que afecta al pequeño. El juez que escuchará los argumentos será Justice Francis, el mismo que en abril pasado dictaminó que al niño se le debe permitir morir con dignidad.
"Espero que puedan ver que hay más oportunidades de lo que se pensaba anteriormente, y espero que confíen en nosotros como padres y confíen en los otros médicos", declaró Connie Yates, la madre del pequeño Charlie, en entrevista con BBC News.
Durante el fin de semana, Connie y su esposo Chris Gard, realizaron diversas actividades en el marco de su campaña para evitar que su hijo sea desconectado de las máquinas que lo mantienen con vida. En este sentido, ayer ofrecieron una conferencia de prensa en la que le suplicaron al hospital Great Ormond Street que permita que su hijo pueda ser sometido al tratamientos experimental ofrecido por un médico estadounidense.
"No estamos haciendo esto por nosotros. Creo absolutamente que la medicina funcionará. No soy médico, pero ahora me siento como una experta en su condición", sostuvo la madre de Charlie.
Connie y Chris llevan varios meses luchando para que la Justicia británica los autorice a tratar a su hijo a Estados Unidos. Sin embargo, a fines de junio pasado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tuvo la que -se creía- sería la última palabra en el caso, tras resolver que el niño debía ser desconectado.
Desde entonces, el recinto donde se encuentra internado Charlie ha agendado dos veces la desconexión, pero luego la ha aplazado. Asimismo, el dramático caso traspasó las fronteras británicas, y tanto el Presidente estadounidense, Donald Trump, como el Papa Francisco, han manifestado su disposición de ayudar a la pareja.
La Primera Ministra británica, Theresa May, también ha sido foco de presiones para que intervenga en el asunto. Sin embargo, en la única declaración que ha realizado sobre el caso, May sostuvo que "es una situación inimaginable para cualquiera" y agregó confía "que el hospital Great Ormond Street ha considerado y siempre considerará cualquier oferta o nueva información que se presente con respecto al bienestar de un niño desesperadamente enfermo".