AFP
BUENOS AIRES.- Por segundo año consecutivo, este 8 de marzo mujeres, travestis y transexuales de muchos lugares del mundo dejarán sus tareas por unas cuantas horas en el Paro Internacional de Mujeres, para protestar contra la desigualdad que las afecta en la vida laboral, personal y social.
"Si nos paramos todas, la tierra se mueve", es una de las proclamas incluidas en el llamamiento consensuado entre colectivos de mujeres de unos 70 países, con el que en el Día Internacional de la Mujer busca visibilizar el largo camino que aún queda por recorrer para que la igualdad entre hombres y mujeres sea un hecho.
En cientos de asambleas que se celebraron desde hace meses en los diferentes países, se resolvió hacer, además de la tradicional marcha, un paro laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo, para evidenciar la importancia del aporte de las mujeres a la vida y la economía de la sociedad.
"Paramos para que sea un severo toque de atención acerca de la inequidad que todavía sufren las mujeres, las condiciones tan adversas de violencia de todo orden que las acometen, y para interpelar fuertemente a la sociedad pero sobre todo a las propias mujeres", explica Dora Barrancos, socióloga, historiadora e histórica dirigente feminista argentina.
Y es que la violencia contra las mujeres no distingue clases sociales ni fronteras. Según el informe Carga Global de la Violencia Armada (GBAV, por sus siglas en inglés) de la Declaración de Ginebra, se estima que cada año 60.000 mujeres y niñas mueren violentamente a manos de hombres. "Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras", señala el llamamiento.
Pero el feminicidio es sólo la forma más extrema de violencia contra las mujeres en un sistema dominado por los hombres. Las mujeres son más pobres, cobran salarios más bajos, son víctimas de trata de personas, no ocupan cargos de poder ni en la economía ni en la política, son acosadas sexualmente en la vida cotidiana. La lista es larga.
"Paramos porque la violencia patriarcal está íntimamente ligada a la violencia institucional y a las violencias económicas que los Estados nos provocan", señala Marta Dillon, editora del suplemento feminista "Las 12" del diario argentino "Página/12" e integrante del colectivo #NiUnaMenos.
Las banderas que levantaron por primera vez aquellas obreras textiles de Nueva York un 8 de marzo de 1857, son alzadas ahora por nuevas generaciones de mujeres en todo el mundo. Y al fragor de la lucha se afianzaron conceptos nuevos, como el de sororidad (solidaridad entre mujeres), y comenzó a imponerse un lenguaje no sexista, que incluye a todes o todxs.
La idea del paro en sí se remonta a una protesta masiva que tuvo lugar en Polonia el 3 de octubre de 2016 contra un proyecto de ley que penalizaba el aborto. Las activistas polacas conectaron luego con movimientos de otros países y así el 8 de marzo de 2017 tuvo lugar el Primer Paro Internacional de Mujeres.
Bastante influye este año en la convocatoria el movimiento #MeToo, iniciado en Hollywood por las denuncias de acoso sexual contra el productor Harvey Weinstein. Primero habló una actriz, después otra. Y se desencadenó así una avalancha de denuncias contra actores, directores, productores y demás hombres fuertes del mundo del espectáculo. Una vez perdido el miedo, las denuncias por agresiones sexuales se hicieron oír en todos los ámbitos de la sociedad de muchos países.
El #MeToo tuvo uno de sus grandes momentos en esta temporada de premios de Hollywood. La popular conductora Oprah Winfrey hizo un histórico discurso en los Globos de Oro. "Durante demasiado tiempo, las mujeres no eran escuchadas o creídas cuando decían la verdad al poder de esos hombres. Pero su tiempo terminó. Time's Up", señaló.
Y si bien el paro tuvo sus orígenes en Europa, este año es Latinoamérica la región que con más potencia lo impulsa, considera Dillon. En regiones como Asia y África aún es muy difícil tratar estos temas en muchos países, aunque los recientes casos de mujeres quitándose el velo en Irán, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, indican que algo se está moviendo.
Una de las características más sobresalientes del movimiento de mujeres en el mundo es la participación de muchas jóvenes. "Quebrar los paradigmas heterosexuales históricos dentro de una demografía completamente renovada como son las adolescentes de hoy es conmovedor", afirma Barrancos.
"Creo que ser una chica hoy con 15 años es muy interesante", señaló hace poco en entrevista con la Cadena Ser de España la francesa Virginie Despentes, autora de "Teoría King Kong", texto de referencia del feminismo del siglo XXI. "Todas las luchas feministas han cambiado el mundo, no veo otras revoluciones tan victoriosas como la feminista. Soy optimista, creo que vamos en el buen sentido", agregó.
