Para asegurarse de que su escultura se vea las 24 horas, Pelkey puso enormes luminarias.
Captura New York Post
SANTIAGO.- Durante 10 años, Ted Pelkey esperó que las autoridades de Westford, en el estado de Vermont (EE.UU.), aprobaran su solicitud: hacer una ampliación en su casa para poder traer el taller de reparación de camiones que tiene en otra ciudad, y así ahorrarse los kilómetros que debe viajar diariamente.
Pero tras la larga espera, la Junta de Revisión del Desarrollo le dijo que no, y el hombre decidió expresar su disgusto de forma artística, con una enorme escultura.
"Me pasaron por alto y no está bien. No me trataron de manera justa", alegó Pelkey en Boston.com. "Estaba sentado en un bar y le dije a mi esposa:
'Quiero tener una estatua del dedo del medio y la voy a poner en el césped'", contó.
Efectivamente, tras gastar 4 mil dólares en una gran figura de madera de más de 300 kilos, que fue puesta sobre un enorme poste de casi 5 metros de altura, Pelkey exhibe su insulto a las autoridades desde la mitad de su antejardín.
Y para asegurarse de que su escultura se vea las 24 horas del día, puso enormes luminarias.
"Fue fundamental para mí asegurarme de que mis vecinos y las personas que viven en esta ciudad comprendieran que no iba dirigido a ellos", comentó. "Está dirigido directamente a las personas que se sientan en la oficina de nuestra ciudad", agregó.
Según averiguó, las autoridades no pueden prohibirle su venganza, ya que corresponde a un derecho de libertad de expresión y solo tendría problemas si se tratara de publicidad.
Pelkey se encuentra apelando su caso y espera que en enero, revisen nuevamente su petición para ampliar su casa. De momento, no tiene pensado quitar su enorme mano del antejardín.