SANTIAGO.- La
rutina diaria de las
niñas y adolescentes en algunas zonas de
Mauritana, África, consiste en tomar varios litros de
leche de camella,
comer de forma permanente grandes cantidades de alimentos, y
moverse lo justo y necesario.
Estos hábitos forman parte de la
tradición conocida como
gavage o lebouh, cuyo objetivo es hacer
engordar a las jóvenes para poder
encontrarles un futuro esposo a temprana edad, ya que la comunidad cree que
la obesidad es signo de belleza y riquezas.
El País de España publicó varios testimonios de jóvenes sometidas a esta práctica.
Choueina Ahmed M'Barik (24), por ejemplo, relató que a los 13 años su familia la
obligaban a comer para poder casarla con su primo. "Mi familia me decía que todos se burlarían de mí porque era
flaca y fea, y que debía solucionarlo para que me convirtiera en
bella y gorda, así les honraría en la sociedad y los haría felices", relató la joven mauritana.
"
Engordé unos 30 kilos en ocho meses cuando era pequeña. Ahora
tengo muchos problemas de salud, no valió la pena. Si no comía, me castigaban, y por el mal que me causaban,
me forzaba a comer. También me vigilaban de cerca para que no vomitara lo que había comido", relató
Choueina, quien aseguró que
nunca le impondría esta tradición a su hija.
Varias
organizaciones internacionales junto con el Gobierno de Mauritania, están prestando especial atención a este asunto para la
protección de las niñas, realizando campañas para visualizar los
efectos negativos que provocan estas tradiciones.
En este sentido, la Presidenta de la Asociación de Mujeres Cabezas de Familia,
Aminatu Mint El Moktar, se encuentra realizando programas de
concientización para estos pueblos.
"Persisten dos formas para la práctica del
gavage, la tradicional es más común en
zonas rurales y se basa en dar de beber mucha leche, comer de forma permanente y moverse poco. Ahora también está la
versión moderna, que incluso a veces elige la propia joven, que consiste en
tomar corticoides y fármacos de animales, para poder engordar", explicó Aminatu.
La activista, además, manifestó la
preocupación que existe, ya que muchas de estas
niñas mueren, tienen crisis cardíacas, deformaciones, les sale vello facial, sufren de ansiedad, dolores en el cuerpo y no pueden dormir, por lo que se vuelven frágiles y terminan con
desórdenes mentales irreversibles.
Wahba Malloum, fue sometida al gavage por parte de su familia y hoy como autoridad de la
ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Mauritania, comenta que cada vez es
menos frecuente este tipo de tradiciones en el país, pero que aún quedan familias que continúan con la costumbre.
"Han
fallecido casi todas por obesidad. Después es difícil adelgazar y muchas llegan a sufrir de
diabetes, de
enfermedades al corazón, incluso
cánceres, pero cada vez hay
más conciencia que hay que hacer
deporte", concluyó Wahba.