MADRID.- Organizar los
horarios de la familia, estar pendientes de las necesidades emocionales de los
hijos y administrar las tareas dentro de la casa, son labores domésticas que siguen recayendo, mayoritariamente, en las
mujeres.Un
estudio estadounidense afirmó que este tipo de labores dañan la
salud mental y física de las
mujeres, debido a que muchas veces no son compartidas por ambos padres y son solo ellas quienes deben
equilibrar entre trabajo
profesional y doméstico.
"Aunque puede que las
mujeres estén menos involucradas en el lavado, continúan teniendo la
responsabilidad de asegurarse de que el detergente no se agote, toda la ropa sucia se lave y siempre hayan toallas disponibles", resumió Lucia Ciciolla, profesora de psicología de la
Universidad de Oklahoma y autora del
estudio publicado en la revista "Sex Roles".
“Las mujeres están empezando a reconocer que todavía mantienen la
carga mental del hogar, incluso si otros comparten el trabajo físico", agregó Ciciolla.
Ella y su grupo de
investigadores, de las universidades de Oklahoma y Arizona, entrevistaron a 393 mujeres estadounidenses casadas o comprometidas con hijos menores de 18 años. Más del 70 % de las encuestadas tenía, al menos, educación universitaria.
Para analizar cómo el
trabajo doméstico afectaba el nivel de satisfacción de las mujeres con sus vidas y a sus sentimientos de
angustia o vacío, los investigadores establecieron tres grupos de tareas: organizar los
horarios de la familia, fomentar el
bienestar de los hijos y tomar decisiones
financieras importantes.
Casi 9 de cada 10 mujeres respondieron que se sentían las únicas responsables de
organizar los horarios de la familia, un porcentaje alto dado que un 65 % de las encuestadas tenían un
empleo, según
Suniya Luthar, una de las autoras del estudio.
Por otro lado, 7 de cada 10 revelaron que también eran responsables de otras áreas de las
rutinas familiares, como la asignación de tareas
domésticas.“Esa responsabilidad exclusiva de la
administración del hogar mostró vínculos con los niveles de
angustia de las madres", explicó Luthar.
La tarea de estar pendientes de las necesidades emocionales de los
hijos también recaía casi exclusivamente en dos tercios de las encuestadas. Además, 8 de cada 10 dijeron ser las únicas que
conocían a los
profesores de los niños.
De acuerdo con el estudio, esa
labor invisible de buscar el bienestar de los hijos se vinculó fuertemente con la angustia de las mujeres y con sus sentimientos de vacío. También se relacionó con
bajos niveles de satisfacción con su pareja y con la vida en general.
En cuanto a la distribución de
responsabilidades compartidas, las encuestadas mencionaron la tarea de inculcar valores a los hijos y la toma de decisiones financieras.
"Necesitamos atender el
bienestar de las madres si queremos que a los niños les vaya bien, y también por el propio bien de ellas", subrayó Luthar.
"Ser capaces de abordar las
desigualdades en el trabajo invisible puede permitir crear hogares más funcionales y ahorrar tratamientos mentales a las mujeres, para que encuentren espacio y tiempo para cuidarse a sí mismas", indicó Ciciolla.