Imagen compartida de cómo sería un centro de reducción natural orgánica de los cuerpos.
Katrina Spade / Instagram
Una nueva alternativa de enterrar a los seres queridos en la que los cuerpos son convertidos en tierra, llamada
"reducción natural orgánica", podría ser autorizada en el estado de
Washington, Estados Unidos, con el fin de cuidar el medio ambiente.
El proyecto de ley para poder legalizar el proceso ya fue aprobado por el congreso, y enviado al gobernador
Jay Inslee, para su admisión. En caso de ser promulgada, entraría en vigencia el 1 de mayo del 2020.
Jaime Smith, quien trabaja con el gobernador, aseguró que están revisando la medida, la cual convertiría al estado del país en el primero en permitir el método, y que por el momento, "parece ser una iniciativa seria para reducir el efecto" que se tiene hoy en la Tierra.
El cerebro detrás de la idea fue el senador
Jamie Pedersen, con el objetivo de deshacerse de los cadáveres de esta forma y así producir un mínimo de efecto en el medio ambiente, sobre todo en las zonas donde vive más gente.
Por otro lado,
Katrina Spade, es la fundadora y directora general de
Recompose, una institución que ofrece el servicio a los familiares de convertir los cuerpos de sus seres queridos en tierra, para poder "nutrir nuevas vidas" cuando ya no estén.
Spade, era una estudiante de postgrado de arquitectura en la Universidad de Massachusetts Amherst y la idea se le ocurrió
emulando la práctica que los agricultores han usado durante décadas para deshacerse del ganado muerto.
Pero, para llevar a cabo la idea se debe pasar por un proceso de
reducción natural orgánica el que produce 0,76 metros cúbicos (una yarda cúbica) de tierra por cadáver, lo suficiente como para llenar unas dos carretillas grandes.
El senadora Pedersen aseguró que las mismas leyes que se aplican a la incineración de restos se aplican a la composta: Los familiares pueden
mantener el abono en urnas, usarlo para plantar un árbol en una propiedad privada o esparcirlo en terrenos públicos del estado, siempre y cuando cumpla con las regulaciones existentes relacionadas a restos humanos.
"Es sorprendente que uno tenga esta experiencia humana universal -todos vamos a morir- y esta es un área donde
la tecnología no ha hecho nada por nosotros. Durante miles de años hemos tenido dos maneras de deshacernos de los cadáveres: enterrar y quemar", dijo Pedersen, agregando, "parece un área lista para que la tecnología nos ayude a tener mejores opciones de las que hemos tenido".