"Brutal y atroz". Así definió Susana Ortiz, jueza del condado Cook, el
asesinato de una joven de 19 años con nueve meses de embarazo, cuyos restos fueron encontrados el miércoles en un basurero ubicado en la parte de atrás de la casa de las
acusadas, una madre y su hija de 24 años.
El
caso ha remecido a Estados Unidos. El 23 de abril pasado,
la joven acudió a la casa de la mujer, luego de que esta le ofreciera por Facebook un coche y ropa para su hijo. La víctima salió de la escuela y
se dirigió al domicilio ubicado en un suburbio del suroeste de Chicago.
En el lugar, la mujer y su hija
le mostraron las fotografías de un hombre, que resultó ser el hijo y hermano difunto de las atacantes, todo con el fin de distraerla.
Posteriormente, procedieron a asesinarla.
Según describió James Murphy, fiscal asistente del distrito de Chicago,
cuando comprobaron que la joven no tenía signos vitales, abrieron su vientre y sacaron al niño, al que dejaron en un balde.
Luego, las acusadas
llevaron el cadáver de la joven hasta el patio de atrás y lo dejaron en un basurero. Al regresar a la casa
, la mujer llamó al 911 para reportar que
había dado a luz y que
su hijo no respiraba.
Los paramédicos llegaron al domicilio, y
trasladaron al niño y a su supuesta madre hasta un hospital. Allí se percataron de que la mujer no tenía signos de un reciente parto, en tanto que el pequeño presentaba severo daño cerebral.
Las autoridades presumen que
la mujer quería criar un nuevo niño, luego de que su hijo mayor falleciera por causas naturales. Para ello,
en octubre pasado le informó a su familia que estaba embarazada y comenzó a subir a sus redes sociales, imágenes de ecografías y fotografías de una habitación decorada con motivos infantiles.
Peligro para la comunidad
Cuando la familia de la joven de 19 años reportó su desaparición,
la policía no conectó su caso con el de la llamada de la mujer al 911. Sin embargo, el pasado 7 de mayo, amigos de la víctima y detectives
revisaron su Facebook y se percataron de que había hablado con la mujer en un grupo de embarazadas.
Paralelamente, la acusada había iniciado una campaña de recolección de fondo para el funeral de su supuesto hijo recién nacido. Los detectives cruzaron ambos casos y tras realizar pruebas de ADN al pequeño, descubrieron que era hijo de la joven desaparecida.
Brendan Deenihan, jefe de los detectives, reveló que
cuando acudieron a la casa de la entonces sospechosa, su hija les dijo que su madre había ido al hospital porque tenía una herida en su pierna, además de agregar que recientemente había dado a luz.
"Ella
contó una historia extremadamente extraña", afirmó Deenihan.
La policía
revisó el vecindario y halló el automóvil de la joven. El martes pasado
allanaron el domicilio de la sospechosa, donde
encontraron rastros de sangre. Posteriormente,
dieron con el cadáver de la víctima en el basurero.
Ante lo impactante de los hechos,
la jueza negó la libertad bajo fianza de la mujer y su hija, quienes fueron
acusadas de asesinato. Asimismo, afirmó que sentía que "es grande la presunción" de que ellas
cometieron "un asesinato brutal y atroz",
y que representan un peligro "real y presente" para la comunidad.
Las acusadas
estaban tranquilas durante la audiencia. Cuando se fueron, la madre miró hacia atrás a la galería llena de gente, donde los amigos y familiares de la víctima llenaban los bancos de espectadores.