El método de un supermercado en Canadá para frenar el uso de bolsas plásticas: avergonzar a los clientes

Un inusual método instauró el supermercado East West Market en la ciudad de Vancouver, Canadá, para intentar cambiar las costumbres de sus clientes con respecto al uso de bolsas plásticas y ayudar al medio ambiente: la vergüenza.

Esto, ya que desde que comenzó la nueva normativa, los clientes que no dispongan de sus propias formas reutilizables para llevarse los productos, tendrán que salir del supermercado con bolsas plásticas que contengan frases como, "Wart Ointment Wholesale" ("Mayorista de crema para verrugas") o "Into the Weird Adult Video Emporium" ("Emporio de videos para adultos raros").

La cabeza detrás de esta idea fue el dueño del supermercado, David Lee Kwen, quien contó a The Guardian que el plan no fue con el fin de incomodar a los clientes, sino que hacerlos reflexionar. "Queríamos hacer algo divertido, pero también que los hiciera pensar", aseguró.

Antes de llegar a la idea de los inusuales mensajes, Kwen empezó a cobrar por cada bolsa plástica para intentar desalentar su uso. Sin embargo, el plan no tuvo el efecto que él esperaba, por lo que decidió cambiar a una medida más drástica.

Las nuevas bolsas del supermercado, las cuales siguen teniendo el mismo precio que las anteriores, fueron pensadas para obligar a los clientes a pensar dos veces en los hábitos de consumo antes de comprarlas.

En sus redes sociales, publicaron un mensaje con una fotografía de estas, donde señalaron que millones de bolsas plásticas se utilizan solo una vez antes de ser desechadas, y esto forma parte del creciente problema de los residuos contaminantes.


Crédito: East West Market / Instagram

En Canadá, al igual que muchos países alrededor de mundo, están intentando controlar una gran cantidad de plástico que no se puede reciclar y que termina en los basurales. La semana pasada, el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció nuevos planes para prohibir los plásticos de un solo uso para 2021.

A pesar de los esfuerzos del dueño del supermercado por evitar el uso de las bolsas, admitió que tuvo una consecuencia no esperada. "Algunos clientes quieren compararlas y coleccionarlas porque les encanta la idea de tenerlas", dijo, agregando que a pesar de esto, cree que el plan funcionó ya que cada persona tiene que llegar a un lugar explicando el origen de la bolsa y ahí ya se instala el tema.