SANTIAGO.- La cirrosis es una enfermedad que muchas personas asocian al consumo de alcohol en exceso. Sin embargo, esta patología también puede producirse producto del hígado graso no alcohólico, una condición que en los últimos años ha ido al alza en Chile y que según la Sociedad Chilena de Gastroenterología podría afectar a cerca de un 35% de la población
Si bien se desconoce con exactitud la causa del hígado graso, esta enfermedad se asocia comúnmente al sedentarismo, la obesidad, la diabetes la dislipidemia y la hipertensión arterial.
El doctor Edgar Sanhueza, gastroenterólogo de Clínica Alemana, explicó que muchas veces los pacientes desconocen que padecen esta enfermedad, ya que no suele presentar síntomas. "Se trata de una enfermedad producida por la acumulación de triglicéridos en las células de este órgano, las cuales a largo plazo producen la inflamación del hígado y aumenta la probabilidad de desarrollar fibrosis", dijo el especialista.
Sanhueza añadió que al estar asociado a un estilo de vida poco saludable, el alza del sedentarismo y la obesidad han provocado un aumento en los pacientes que padecen hígado graso no alcohólico.
Sobre la relación entre esta enfermedad y la cirrosis, el gastroenterólogo señaló que "la acumulación de trigliceridos en las células hepáticas produce inflamación, denominada esteatohepatitis. Esta inflamación genera cicatrización, llamada fibrosis, lo cual constituye una cirrosis".
Esta cicatrización a la larga va haciendo que el hígado cada vez funcione con mayor dificultad y en una etapa avanzada puede ser potencialmente mortal.
Del porcentaje de población que tiene hígado graso, alrededor de un 30% tiene esteatohepatitis y entre el 3 y 5% de estos pacientes llega a desarrollar cirrosis en un plazo de 10 a 30 años.
Consejos para evitar la cirrosis
Una de las medidas más importantes que pueden tomar los pacientes con hígado graso para evitar la cirrosis es llevar un estilo de vida saludable y tener un peso adecuado a su estatura.
"También deben identificarse y corregirse los factores de riesgo, tales como obesidad, dislipidemia y trastornos del metabolismo del azúcar, como insulino resistencia, intolerancia a la glucosa y diabetes, entre otros", aseguró el gastroenterólogo.
El especialista recomendó preferir alimentos ricos en fibra, legumbres, proteínas, frutos secos crudos y semillas. Además, se puede consumir antioxidantes, como vitamina A, C y E.
"Sin embargo, hay que considerar que una vez producida, la cirrosis es irreversible", advirtió Sanhueza y añadió que generalmente la mayoría de pacientes con hígado graso descubren que lo padecen de forma incidental al hacer exámenes de sangre o de imágenes, por lo que es importante realizarse controles habituales de salud.