El
debate sobre si deberían o no seguir existiendo los zoológicos en las ciudades está completamente vigente y en él muchas veces
se enfrentan posiciones muy opuestas, ya que mientras para algunos esos recintos son centros de maltrato animal, para otros cumplen una función de rescate.
Según señaló el biólogo marino chileno
Rodrigo Barahona, magíster en ciencias con mención en ecología y biología evolutiva, en una entrevista realizada por Michelle Carrere para
Mongabay Latam, en su opinión es necesario
renovar la mirada que se tiene de los zoológicos, reconocer el rol que juegan en la conservación, y vigilar que
en un futuro no muy lejano dejen de tener fines recreacionales y
pasen a enfocarse definitivamente en la protección de animales.
"Buena parte de los zoológicos del mundo tienen una
función de conservación de especies. Obviamente hay otros que lamentablemente buscan ser centros de diversión, pero buena parte de los zoológicos tienen la capacidad estructural y funcional para poder mantener individuos de especies amenazadas. Por lo tanto, los zoológicos son reservorios ex situ de material genético que
permiten hacer intercambio de genes y mantener a las especies en el tiempo", explicó el experto.
Barahona señaló que desde esa mirada, los zoológicos permiten la conservación real de animales que si se insertan nuevamente en la naturaleza, por presión de caza o pérdida de hábitat, lo más probable es que no sobrevivan. "Hasta que las condiciones de conservación sean adecuadas,
es importante mantener a esas especies en zoológicos para poder conservarlas vivas", agregó.
Consultado respecto a si en su explicación se refiere a un grupo de animales en particular, Barahona aclaró que existen varios ejemplos en el mundo de especies que se han recuperado gracias a los zoológicos, y uno de estos en
Chile es el de la rana de Darwin, "una especie que ha ido declinando constantemente y el Zoológico Metropolitano de Santiago tiene un programa de conservación de esta especie".
"Otro caso es la
rana del Loa. Un grupo de científicos logró encontrar una población remanente en muy malas condiciones, no había curso de agua y las ranas estaban mal. Lograron rescatar un grupo grande de estas ranas, las llevaron al zoológico y actualmente se están recuperando y podrían reproducirse en el tiempo. Eso significa que
el zoológico tiene las capacidades para poder recuperar estas especies y, posteriormente, cuando las condiciones en su medio estén bien, se puedan reintroducir", agregó el experto.
"Hay muchas especies que podría seguir nombrando que sin los zoológicos no habrían podido sobrevivir.
La tasa de extinción de especies sería mucho más alta sin la intervención de los zoológicos", indicó.
Se espera aumentar las poblaciones de paujil de pico azul en zoológicos y luego criar animales para su liberación. Crédito: Mongabay.- ¿Los zoológicos tienen, en general, el propósito de reintroducir las especies en el medio natural?
- Algunos programas sí tienen esa intención, como es el caso del
caballo de Przewalski. Esa especie se reprodujo por años en varios zoológicos de Europa, a pesar de que tenían una baja diversidad genética, y lograron que una población pequeña de 20 o 30 individuos fuera liberada en las llanuras de Mongolia. Ahora esa población ha crecido en número.
El experto puntualizó que "la idea es que los
zoológicos se conviertan en centros de rescate de la fauna nativa" y que se vayan desligando de las especies que son más exóticas. "Ahora, también hay zoológicos que reciben animales exóticos que han sido rescatados de incautaciones en circos o propiedades privadas o algún traficante de animales. Por ejemplo, al
circo de los Tachuelas se le incautaron un montón de animales, incluyendo una elefanta que fue trasladada al safari de Rancagua y ahora, hace muy poco, se fue a vivir a un santuario de elefantes en Brasil", agregó.
Un manatí es atendido por el personal que del Zoológico y Jardín Botánico Bararida. Crédito: Mongabay. El zoológico Metropolitana y la posibilidad de adquirir especies no nativas
"
Los zoológicos no promueven la captura de animales de su hábitat nativo. Eso debe estar sumamente claro. Los zoológicos que se dedican a la conservación, hoy en día, no pagan a alguien para que capture un elefante, un león, una cebra, o el animal que sea", explicó Barahona.
Además, agregó que lo que hacen estos centros de animales son intercambios con otros zoológicos para mantener la diversidad genética y fomentar los programas de conservación. "El Zoológico Metropolitano ha tenido muchas crías de jirafas que no se quedan en Santiago, sino que se las llevan a otros zoológicos para que tengan crías con otras jirafas. Ese es el tipo de adquisición que se hace.
Se ceden los animales, siempre y cuando el lugar cumpla con objetivos de conservación", indicó.
Sin embargo, Barahona explicó que existen centros de animales privados, de
gente multimillonaria que dentro de sus "fetiches" está gastar su dinero en especies extrañas. Por otro lado, el experto señaló que las
percepciones negativas hacia los zoológicos se basan en lo que eran estos centros antiguamente. "El Zoológico Metropolitano de Santiago en sus inicios era muy triste porque los espacios eran muy reducidos, eran jaulas.
En los últimos años el zoológico ha remodelado su estructura, ha mejorado las condiciones de vida de varios de los animales y ha logrado cambiar la percepción de varias personas", añadió.
"Cuando lo grupos animalistas, que a veces son muy radicales y confrontacionales, suelen tomar abanderamiento por algún tipo de animal o rescate no miran eso, porque son personas que no han visto realmente nunca un ataque, no han visto nunca cómo la fauna exótica tiene un efecto negativo en la fauna nativa.
Es relevante que los grupos animalistas amplíen la mirada y empaticen un poco con nuestras especies nativas", finalizó Barahona.