El Mercurio (imagen referencial)
"Somos prisioneros extranjeros en la prisión de
Shanghái, China. Fuimos forzados a trabajar en contra de nuestra voluntad. Por favor ayúdanos y notifica a organizaciones de derechos humanos", fue la frase que dejó impactada a una
niña de seis años en Reino Unido y que encontró en una de las
tarjetas navideñas que había comprado hace algunos días en un supermercado local.
La nota fue hallada por la pequeña
Florence Widdicombe, quien mientras escribía en las cartulinas de Navidad a sus compañeros de clase para desearles felices fiestas, se encontró con que una de estas ya tenía un mensaje en su interior.
Al final del mensaje, los supuestos prisioneros en China pedían contactar a
Peter Humphrey, un periodista británico que estuvo detenido en el mismo centro hace cuatro años.
El padre de la menor,
Ben Widdicombe, indicó en una reciente entrevista con la BBC que al principio cuando su hija la mostró la carta pensó que se trataba de una broma. "Pero, al reflexionar nos dimos cuenta que
podía ser algo potencialmente muy serio. Sentí la responsabilidad de transmitírselo a Peter Humphrey, tal y como lo pedía el autor", señaló el inglés.
Crédito: Captura video The Washington PostPor su parte, la empresa
Tesco, cadena de supermercado que vendía las tarjetas,
suspendió la producción de estas desde la fábrica china y señaló que los había eliminado de su lista de proveedores, indicando que estaban "sorprendidos" por el hallazgo. "Nunca permitiríamos el trabajo forzado en prisión en nuestra cadena de suministros", añadieron.
"Nos sorprendimos por estas acusaciones e inmediatamente detuvimos la producción en la fábrica e iniciamos una investigación", señaló un funcionario de la cadena. Además, indicó que desde la firma tenían un sistema para asegurar que los proveedores no sometieran a trabajo forzado a sus trabajadores, y que dicha empresa china había sido revisada el mes pasado y
no se había encontrado ninguna evidencia de esto. Este lunes la misma fábrica cuestionada negó haber forzado a trabajadores tras el descubrimiento de Widdicombe, según señalaron al medio local China Global Times. Además, desde el
Ministerio de Relaciones Exteriores del país indicaron que la acusación era "una farsa"."La prisión de Qingpu en Shanghái no tiene tales prisioneros extranjeros sometidos a trabajos forzados", señaló
Geng Shuang, un funcionario del Ministerio chino.