Empezó como la "emperatriz del punk" y terminó convirtiéndose en la gran estrella de la moda británica. Vivienne Westwood falleció este jueves a los 81 años luego de cinco décadas en que hizo del diseño de ropa un arte político.
"Vivienne Westwood murió hoy (jueves) en paz y acompañada por su familia en Clapham, en el sur de Londres. El mundo necesita a personas como Vivienne para cambiar hacia mejor", indicaron en un mensaje en la cuenta de Twitter de la diseñadora.
En un comunicado citado por la agencia PA, su marido y compañero creativo, Andreas Kronthaler, aseguró que estuvieron "trabajando hasta el final" y que le "dio muchísimas cosas con las que seguir adelante". "Muchas gracias, querida", afirmó.
Entre los tributos, el museo Victoria and Albert de Londres la describió como una "verdadera revolucionaria y una fuerza rebelde en la moda", y la secretaria de Cultura británica, Michelle Donelan, afirmó que fue una "figura sobresaliente".
"Su estilo punk cambió las reglas de la moda en los años 1970 y fue muy admirada por su coherencia con sus valores a lo largo de su vida", destacó.
En su trayectoria, Westwood hizo desfilar a Kate Moss con el pecho descubierto y comiendo helado, y casi rompe el tobillo de Naomi Campbell, que se tropezó en unos zapatos de tacón con una plataforma de 23 centímetros.
Aunque desde hace años había cambiado su cresta punk por un cabello blanco recogido con un moño, Westwood siempre se mantuvo fiel a sí misma.
En 2016 dejó la dirección artística de su firma en favor de su esposo Kronthaler, un austriaco 25 años más joven. Pero la marca de Westwood siguió allí: rebelde, transgresora y comprometida políticamente. "Defender ideas me hace feliz", explicaba a su amigo Ian Kelly, coautor de su autobiografía publicada en 2014.
Su tienda se convirtió en epicentro del movimiento punk británico
Vivienne Swire nació el 8 de abril de 1941 en el pueblo de Tintwistle, cerca de Manchester, donde su madre trabajaba en una fábrica de algodón y su padre reparaba zapatos.
De adolescente se confeccionaba sus propios vestidos y estudió joyería en Londres, aunque lo dejó rápido. "No sabía que una chica de clase obrera como yo podía ganarse la vida en el mundo del arte", admitió.
Se convirtió en profesora, se casó con el empleado fabril Derek Westwood, de quien tomaría el apellido, y tuvo un hijo a los 22 años.
Pero su vida dio un giro radical unos años después cuando dejó a su marido por Malcolm McClaren, entonces gerente de la polémica banda punk Sex Pistols.
Juntos abrieron una tienda de ropa en la famosa calle King's Road de Londres, que se convirtió en epicentro del movimiento punk británico. Las camisetas desgarradas y los artículos de látex y cuero de estilo BDSM se convirtieron en el uniforme provocativo de una generación.
En 1981, organizó su primer desfile en Londres, bautizado como "Piratas". De ese periodo procede su célebre camiseta con el rostro de la reina Isabel con un alfiler de gancho –elemento tradicional de los punks– en la nariz. Y, aunque a lo largo de los años se aleja de la estética BDSM, nunca traicionará su espíritu punk.
"Lo que hago ahora, es todavía punk. Se trata de gritar contra la injusticia y de hacer reflexionar a la gente incluso si es incómodo. Seré siempre punk en este sentido", le dijo a Ian Kelly.
Su lucha política se destacó especialmente en el medioambiente. Pionera, desde 2008 ya pedía a la industria de la moda tomar en cuenta el cambio climático y alertaba contra el consumo masivo de ropa.
Su otro gran combate fue la defensa de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, detenido en 2019 tras haber pasado más de siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. En 2021, llegó a encerrarse en una jaula ante un tribunal de Londres para protestar contra su juicio de extradición a Estados Unidos.