La pionera mamá bloguera Heather Armstrong, quien puso al descubierto sus luchas como madre y sus batallas contra la depresión y el alcoholismo en su sitio Dooce.com y en las redes sociales, murió a los 47 años.
La influencer se quitó la vida, según dijo su novio Pete Ashdown a The Associated Press, revelando que la encontró el martes por la noche en su casa de Salt Lake City.
Ashdown dijo que Armstrong había estado sobria durante más de 18 meses, pero que recientemente había tenido una recaída. Sin embargo, no proporcionó más detalles.
La mujer quien tuvo dos hijos con su ex esposo y socio comercial, Jon Armstrong, comenzó con su blog "Dooce" en 2001 y lo convirtió en una lucrativa carrera. Fue una de las primeras y más populares mamás blogueras, escribiendo con franqueza sobre sus hijos, relaciones y otros desafíos.
Ella aprovechó sus éxitos con el blog, en Instagram y en otros lugares como en acuerdos para hacer un libro, publicando una autobiografía en 2009, "Apestaba y luego lloré: Cómo tuve un bebé, una crisis y un muy necesario Margarita".
Armstrong
apareció en Oprah y estuvo en la lista de Forbes de las mujeres más influyentes en los medios.
En 2012, la pareja anunció que se separaba. Se divorciaron más tarde ese año. Así la mujer c
omenzó a salir con Ashdown, un ex candidato al Senado de los Estados Unidos, hace casi seis años. Vivían juntos con los hijos de Armstrong, Leta de 19 años y Marlo de 13 años. Por su parte, él tiene tres hijos de un matrimonio anterior que también pasaban tiempo en su casa.
Armstrong nunca se contuvo en Instagram ni Dooce -este último un nombre que surgió de su incapacidad para deletrear rápidamente "amigo" (dude) durante los chats en línea. Sus
publicaciones crudas y sin pedir disculpas, sobre todo desde el embarazo y la lactancia hasta la tarea y el uso compartido del automóvil, a menudo estaban llenas de garabatos. A medida que crecía su popularidad, también lo hacían las críticas que la acusaban de mala crianza y cosas peores.
Blog "Dooce".
Una de sus publicaciones en Dooce hablaba de una victoria anterior sobre el alcohol.
"
El 8 de octubre de 2021 celebré seis meses de sobriedad sola en el piso junto a mi cama sintiéndome como un animal herido que quería que lo dejaran sólo para morir", escribió Armstrong. "No hubo nadie en mi vida que pudiera comprender cuán simbólica fue esa victoria para mí, aunque... una llena de lágrimas y sollozos tan violentos que en un momento pensé que mi cuerpo se partiría en dos. La pena me sumergió en maremotos de dolor. Durante unas horas me resultó difícil respirar".
Y continuó: "La sobriedad no era un misterio que tenía que resolver.
Era simplemente mirar todas mis heridas y aprender a vivir con ellas".
En sus memorias, describió cómo su blog comenzó como una forma de compartir sus pensamientos sobre la cultura pop con amigos lejanos. En un año, su audiencia creció de unos pocos amigos a miles de extraños en todo el mundo, escribió.
Armstrong dijo que cada vez más se encontraba escribiendo sobre su vida personal y, eventualmente, un trabajo de oficina, y "cuánto deseaba estrangular a mi jefe, a menudo usando palabras y frases que avergonzarían a un marinero".
Su empleador encontró el sitio y la despidió, escribió. Lo eliminó, pero comenzó de nuevo seis meses después, escribiendo sobre su nuevo esposo, Armstrong, y cómo el desempleo los había obligado a mudarse de Los Ángeles al sótano de su madre en Utah.
Pronto quedó embarazada. El embarazo ofreció "un tesoro sin fin" de contenido, escribió, "pero realmente creía que lo dejaría todo una vez que tuviera el bebé".
No lo hizo, de hecho, hizo una crónica de sus altibajos como nueva madre. "
No creo que hubiera sobrevivido si no hubiera mostrado mi historia o si no hubiera buscado ayuda para superar la soledad", escribió.
Armstrong se crió en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pero dejó la religión hace años. Sufrió depresión crónica durante gran parte de su vida, según su libro. En 2017, después de la ruptura de su matrimonio, la estrella de Internet apodada "la reina de las mamás blogueras" por The New York Times Magazine cayó en popularidad.
Su depresión empeoró, lo que la llevó a inscribirse en un ensayo clínico en el Instituto Neuropsiquiátrico de la Universidad de Utah, según una entrevista que le dio a Vox. La pusieron en un coma inducido químicamente durante 15 minutos por cada vez, durante 10 sesiones.
"Sentía que la vida no estaba destinada a ser vivida", dijo Armstrong a Vox. "Cuando estás tan desesperado, intentas cualquier cosa. Pensé que mis hijos merecían tener una madre feliz y saludable, y necesitaba saber que había probado todas las opciones para ser eso para ellos".